De una parte, la rivalidad entre norteamericanos y británicos por quedarse con Cuba hizo que alguno de ellos siempre apoyara a España para evitar que el otro se quedara con ella (Thomas Jefferson llegó a ofrecer a Cuba su adhesión a la Unión). En 1812, por lo tanto durante las guerras napoleónicas, se inicia la guerra entre ambos países por el control de Canadá, todavía en manos inglesas.
Y por otra parte, en la misma época se desmontó una conspiración independentista de esclavos neցros a la haitiana, por lo que los criollos pusieron sus barbas a remojar y se mantuvieron fieles a España.