Mi infierno empezó así.
Cuando le dije a la médica internista que me atendió aquel día de nochebuena que era empresario (entre en urgencias por ataque de pánico), su respuesta fue esta.
-Ahhh valeee.....que eres empresario? ¡acabáramos!. Mi marido también lo es!. No te preocupes! Desde hace un año -que estaba como tú- le meto en el colacao sin que se entere las mismas pastillas que te voy a recetar...y ahora va de maravilla!
Juro que estas fueron sus palabras. Cuento esta historia y muestro esta foto en muchas conferencias que doy a empresarios.