Creo que no...
¿Y si no lo hubieras conseguido? «Pues nada, hubiera estado orgullosa de haberlo intentado», responde.
Después de hacerse «40 tras*ferencias de embrión», Tere vive por y para su hija Martina. «Estos tres años hasta que vaya al cole estoy dedicada a ella, es supermotoreta, en carácter se parece a mí, y de cara es igualita a su padre, ja, ja», se ríe Tere. «Genéticamente no es nuestra, pero parece que la epigenética ha hecho su trabajo, porque es igualita a mi marido, me lo dice todo el mundo», sostiene.