Nuestro país no tiene un proyecto... como país.

Estoy al tanto de Maestro e Insua y no me van. Tengo una visión esencialista de la nación, opuesta a lo exterior. Creo que ese neocatolicismo materialista y universalista es algo muy de la Revolución francesa, muy de "humanidad" y de "ciudadano del mundo". Pero ser ciudadano del mundo no garantiza sanidad y educación públicas, ni pensiones. Los diferentes no te pagarán la pensión ni te mantendrán cuando seas viejo. Hay que crear una tribu, y España no la tiene. Está Castilla y sus opuestos: principalmente las tribus del norte. Esas son las dos identidades opuestas; al menos, las más grandes e importantes.
Si no hay sentimiento de nación, no se defiende lo tuyo, y así es más fácil caer en trampas exteriores. Sin razones para defender tu identidad pierdes lo material. La identidad y la propiedad van de la mano. Por eso decía lo de que España no tiene nación pero sí Estado. Aquí hay Estado, pero no sentimiento tribal ni identidad. Esto es culpa del catolicismo que, por cierto, arrastran los de Gustavo Bueno y cía. Eso de la Hispanidad se opone a la nación de la sangre, que es en el fondo la que se mantiene. véase al pueblo vasco.

La identidad de sangre se conjuga con la identidad de lengua e identidad religiosa. Tres identidades para las tres escalas de la realidad (biología, cultura, pensamiento abstracto teológico-filosófico):
1. El mundo hispano es la nación étnica más grande del mundo tras los chinos Han. 500 millones de personas tienen sangre española en las venas.
2. La lengua es el español (más portugués, para incluir al Brasil, porque no debe pertenecer a otro polo, francamente)
3. La religión es la católica, con todas las desviaciones que la orbitan (ateocatólicos, protestantecatólicos...).
 
Me he acordado de este hilo que abrí hace tiempo.

Al releerlo me percato de que tengo un impulso por poner orden al caos y que ciertamente doy palos de ciego.

Solo quería dejar constancia de esta impresión.
 
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