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Bruselas aprueba el plan de ayudas que el Gobierno de ese país ha destinado a promover la clausura definitiva de explotaciones ubicadas en áreas de conservación de la naturaleza. El plan impide reabrir las explotaciones en otros estados de la UE.

La Comisión Europea (CE) aprobó hoy el esquema de ayudas de Estado de Países Bajos para destinar 1.470 millones de euros a compensar a ganaderos por el cierre voluntario y definitivo de zonas de cría en áreas de conservación de la naturaleza y reducir así la acumulación de nitrógeno. Las ayudas, que se desplegarán hasta el 2028, estarán abiertas a pequeños y medianos ganaderos que clausuren voluntariamente las explotaciones que excedan ciertos niveles mínimos de deposición de nitrógeno, indicó el Ejecutivo comunitario en un comunicado.

Las ayudas se estructuran en 500 millones de euros de subvenciones directas para «compensar hasta el 100 % de las pérdidas sufridas por los ganaderos que decidan cerrar sus criaderos de ganado lechero, porcino y avícola» y otros 975 millones de euros destinados a los criaderos que emiten unos altos niveles de nitrógeno que podrán llegar hasta el 120 % de las pérdidas. Las ayudas compensarán tanto las pérdidas sufridas por los ganadores como los costes de demolición de las instalaciones.

A cambio de esas ayudas del presupuesto neerlandés aprobadas por el Ejecutivo comunitario, los beneficiarios tendrán que garantizar «que el cierre de su capacidad de producción es definitivo e irreversible, y que no iniciarán la misma actividad de cría en otros lugares de los Países Bajos o dentro de la UE». La Comisión consideró que las ayudas diseñadas por Países Bajos van «a favor del desarrollo sostenible» son respetuosas «con el medio ambiente de la ganadería».

«Los esquemas son necesarios y apropiados para mejorar las condiciones ambientales de las áreas seleccionadas y para permitir una producción de alta calidad, sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Además, la ayuda es proporcionada, ya que se limita al mínimo necesario», agregó la Comisión Europea. Bruselas entiende que los efectos positivos de las subvenciones «superan cualquier posible distorsión de la competencia y el comercio en la UE».

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