"Los fiel a la religión del amores que invadieron la península en 711 formaban un ejército muy sofisticado"

El Pionero

Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Desde
16 May 2014
Mensajes
35.054
Reputación
116.277
Lugar
Marbella de tal y tal
"Los fiel a la religión del amores que invadieron la península en 711 formaban un ejército muy sofisticado"
Yeyo Balbás da una nueva visión más realista y cruda de la conquista islámica en 'Espada, hambre y cautiverio'.
Eduardo Manzano Moreno: "En España nunca se ha sabido qué hacer con nuestro pasado islámico".

La batalla de Guadalete, de Salvador Martínez Cubells.La batalla de Guadalete, de Salvador Martínez Cubells.(Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid).
"Conmoción y terror", decapitaciones masivas, miles de esclavos, expolio, cambio climático... El relato que de la conquista fiel a la religión del amora de la Península Ibérica del año 711 hace el historiador Yeyo Balbás en Espada, hambre y cautiverio (Desperta Ferro, 2022) rompe con muchas leyendas y tópicos preexistentes. Una lectura moderna, con las últimas investigaciones, que lejos de la romantización, la épica o la manipulación política trata de adentrarse de forma realista en una guerra. Una que ocurrió en una época sobre la que construir un relato fidedigno es componer un puzzle imposible a través de retazos de fuentes literarias poco fiables y evidencias científicas de compleja interpretación.

Balbás responde a las preguntas de 20minutos sobre la batalla erróneamente denominada como de Guadalete, la siempre polémica batalla de Covadonga -de la que en este 2022 se cumplen 1.200 años-, el peliagudo concepto de Reconquista o la nueva reforma educativa y cómo afecta a la enseñanza de la Historia.

Apoyado en los textos de la época, en la leyenda, ¿quizá el relato de aquella conquista quedó en esos términos legendarios y limpios y se le quitó el sufrimiento, el horror y la fin que toda guerra conlleva? Toda guerra o conquista acarrea una tragedia. En el ámbito ideológico conservador, las guerras suelen teñirse de épica; para la historiografía marxista, suponen “procesos de tras*formación” y por ello se centran en cuestiones socieconómicas; en ambos casos, se obvia su dimensión trágica. En el caso concreto de la conquista islámica de Spania, han imperado dos visiones antagónicas. Para historiografía española tradicional, supuso una “plaga de langostas” que asoló la cristiandad. Según el imaginario árabe, “los árabes no llegaron a Córdoba como conquistadores, sino como enamorados”; la conquista de un territorio suponía su “apertura” al Islam y las figuras de los grandes conquistadores, como Tāriq ibn Ziyad o Mūsà ibn Nusayr, están rodeadas de un aura reverencial similar a la de los santos.

¿Necesitaba el 711 un análisis menos literario y más militar y arqueológico? Los estudios sobre la conquista islámica de la Península han tendido a realizarse desde una perspectiva filológica, o se han centrado en la implantación de la fiscalidad y la administración omeyas. Algo esencial para desenmarañar los muchos problemas de las fuentes textuales y los modos de implantación del dominio político sobre el territorio. El propio autor de la Crónica Mozárabe de 754 otorga una gran relevancia a los aspectos fiscales. No obstante, al mismo tiempo, ha imperado cierto desconocimiento sobre las cuestiones puramente militares, como estrategia y logística, de modo que algunas interpretaciones sobre hechos de gran relevancia, como el cruce del Estrecho o la batalla del Lago, han sido bastante desafortunadas. En las dos últimas décadas, se han realizado avances arqueológicos muy significativos para el conocimiento de la Tardoantigüedad y la conquista fiel a la religión del amora de la Península, que he tratado de integrar en mi obra.

Las plagas, el clima, el hambre, las guerras intestinas o el enfrentarse a un ejército especializado en conquistas rápidas… Todo influyó, pero ¿qué elemento cree que resultó más determinante? Sin duda, el factor más decisivo fueron las disputas nobiliarias surgidas tras la prematura fin de Witiza. Esto hizo que Tāriq invadiera un reino dividido, sumido en una guerra civil, con al menos tres facciones en pugna, además de beneficiarse de la traición a Rodrigo por algunos sectores de la nobleza, en la batalla del Lago. En segundo lugar, y en contra de lo comúnmente asumido, Tāriq no lideraba una amalgama de tribus del desierto, sino un ejército profesional con un aparato logístico y administrativo muy sofisticado, empapado de las doctrinas militares de las dos grandes potencias de la Tardoantigüedad, el imperio bizantino y el sasánida.

Desde luego, lo que su trabajo descarta categóricamente es el de la asimilación pacífica y arabización progresiva que desde sectores cercanos al andalucismo se había vuelto a defender en los últimos años… Los nacionalismos tienden a proyectar sobre el pasado unas identidades monolíticas e inalterables. Desde su concepción esencialista de la historia, naciones y etnias son inmutables, no existen disrupciones ni cambios. Blas Infante fantaseó con una Andalucía eterna, inalterable desde Tartessos. Paradójicamente, han sido las teorías de un fascista como Ignacio Olagüe, quien negó la existencia de una conquista islámica en un intento de españolizar al-Ándalus, las que han fraguado los mitos fundacionales del andalucismo moderno. A partir de una pueril identificación entre Andalucía y al-Ándalus, el oxímoron de la “conquista pacífica” permite construir un díptico temporal, en el cual, por oposición, la “Reconquista” supone un genocidio. La primera sería un proceso legítimo, beatífico y natural; la segunda, uno ilegítimo, violento e impuesto. No se trata de comprender hechos históricos, sino de atribuir categorías jovenlandesales.

En el libro, asegura que los fiel a la religión del amores utilizaron una doctrina de “conmoción y terror” en su actuación en la Península y habla de “decapitaciones multitudinarias”… Aunque tendemos a concebir las grandes batallas como el paradigma de la guerra medieval, en realidad se trataba de hechos inusuales, cuya resonancia en las crónicas responde precisamente a su excepcionalidad. Desde mediados del siglo pasado, la historiografía militar ha destacado que las incursiones para devastar el territorio enemigo, con el objeto de privarle de recursos y sembrar el terror, constituían el grueso de las operaciones bélicas del Medievo. La Crónica Mozárabe de 754, junto a otros textos del siglo VIII, como el himno Tempore belli, describen estas prácticas empleadas por los fiel a la religión del amores durante la conquista.

También menciona el expolio al que se sometió al antiguo reino visigodo, de un auténtico río de oro y esclavos hacia Damasco del que incluso hay evidencias arqueológicas… Las fuentes árabes destacan la magnitud del botín de guerra obtenido y el gran número de cautivos. Tanto los tesoros como las cifras de prisioneros son exageraciones, destinadas a engrandecer las hazañas de los conquistadores árabes, aunque reflejan el impacto que tuvieron en la sociedad islámica de la época. A nivel arqueológico, contamos con unos 160 sellos de plomo con los que sellaron las sacas del botín y la tributación de las ciudades sometidas, incluido un ejemplo que menciona a una “perla sin horadar”, esto es, una chica virgen. Ocultamientos como el tesoro de Guarrazar o el de Torredonjimeno reflejan el temor de la población hispanogoda hacia el contenido de sus iglesias.

Guadalete es lo que nos enseñaron en la escuela, lo que aparece en la Wikipedia, cuenta con una enorme implantación popular. Debemos realizar una paciente labor de divulgación entre todos.
Con el relato sobre la determinante batalla del Lago y ya apoyada esa ubicación por otros especialistas cono Soto Chica, ¿no se debería empezar y abandonar la denominación de Guadalete y no me refiero solo a los círculos académicos? En el ámbito académico, está ampliamente asumido, desde hace ya tiempo, que la batalla entre Rodrigo y Tāriq tuvo lugar junto a la Janda, ya desde el siglo XIX, de la mano de investigadores como los hermanos José y Manuel Oliver Hurtado o Eduardo Saavedra. La insistencia con la que Claudio Sánchez Albornoz defendió Guadalete, unido a su enorme prestigio académico, han oficializado el nombre de “batalla de Guadalete”. Es lo que nos enseñaron en la escuela, lo que aparece en la Wikipedia, cuenta con una enorme implantación popular. Debemos realizar una paciente labor de divulgación entre todos.

La gruta de Covadonga no desempeñó ningún papel en la posible emboscada a la hueste islámica; su vinculación con la batalla sería a posteriori

La legendaria batalla de Covadonga celebra centenario este año y usted cierra el relato de su libro con ella, ¿existió? ¿ocurrió tal y como la imaginamos? Hubo un enfrentamiento armado en torno al monte Auseva que hizo que el sector central de la Cornisa cantábrica dejara de estar bajo dominio de la religión del amor, al tiempo que reforzó la jefatura de Pelayo. No es fácil deducir los hechos concretos. Las cifras de fiel a la religión del amores aportadas por las crónicas asturianas son exageraciones, los sucesos se adaptaron para que evocasen pasajes del Antiguo testamento. Desde la Antigüedad, un recurso defensivo habitual ante una incursión enemiga consistía en reunir a la población dispersa en aldeas y caseríos, para refugiarse en alguna cumbre o castro. El monte Auseva parece un lugar idóneo y, en mi opinión, la gruta de Covadonga no desempeñó ningún papel en la posible emboscada a la hueste islámica; su vinculación con la batalla sería a posteriori, dada su proximidad física a una victoria vinculada con el auxilio divino. Algunas evidencias arqueológicas permiten contextualizar el armazón factual sobre la rebelión pelagiana referido por las crónicas, obviando los pasajes legendarios.

¿Inició esa Reconquista que tanto debate genera? ¿O también deberíamos empezar a cambiar el término? En la actualidad, por Reconquista se entiende una ideología legitimadora asociada a la expansión asturleonesa a costa de al-Ándalus. La “restauración” del reino visigodo permitía englobar las distintas campañas militares dentro de una causa común y legítima. Por extensión, a este proceso, y a la realidad social que conformó, se le suele llamar Reconquista, aunque se ha de tener presente que la sociedad andalusí estaba formada por población hispanogoda islamizada y arabizada. Al emplear el término, estamos asumiendo la visión cristiana. La idea de “echar a los jovenlandeses” no tiene sustento.

Creo que la batalla de Covadonga supuso el germen del reino asturiano, aunque, en ese aspecto, resultó aún más decisiva la sucesión de conflictos internos y externos en el que se vio sumido el califato desde la década de 720 y que desembocó en el derrocamiento de la dinastía omeya. La gran rebelión bereber de 741 mermó las guarniciones fiel a la religión del amoras en el valle del Duero y las campañas en el norte peninsular no se reiniciaron hasta 782. Todo ello resultó esencial para la consolidación de los núcleos de resistencia cristianos.

La nueva reforma educativa es una tragedia: se está pauperizando lo académico en favor de lo ideológico

¿Qué le parece la última reforma sobre el Bachillerato y la Historia de España que se dará en ella? Una tragedia. Tanto por la reducción de los contenidos sobre historia española previos a 1812, como por el modo en que afecta a la asignatura de Filosofía. Se está pauperizando lo académico en favor de lo ideológico y, quienes ahora lo celebran, se llevarán las manos a la cabeza cuando esto mismo lo hagan otros.

https://www.20minutos.es/noticia/49...book.com&utm_medium=smm&utm_campaign=noticias
 
Me lo estoy leyendo ahora. Habla de las conquistas islámicas desde Mahoma en la península arábiga, la expansión del islam por el norte de África, Persia, la península ibérica y el sureste de Francia.

La motivación era el botín, las riquezas y mujeres.

No fue una oleada turística pacífica, por más que algunos se empeñen. Se han hallado restos de edificios incendiados y huesos, aparte de los sellos que ponían los jovenlandeses a las sacas del botín.

Es cierto también que los godos pactaban con los jovenlandeses y por ejemplo don Pelayo antes de la rebelión servía al gobernador de la religión del amor.

En el territorio conquistado seguía habiendo iglesias, pero eran los jovenlandeses quienes ponían a los obispos más cercanos a sus intereses. Por eso el beato de Liebana puso a parir al obispo de Toledo, que era una marioneta de los jovenlandeses.

Una curiosidad es la importancia de la toma de esclavas con fines sensuales, que en otras culturas no se daba de forma tan exagerada.

Es un libro interesante, denso pero merece la pena leerlo.
 
Una de las causas del éxito de la oleada turística fiel a la religión del amora en la península fue la inestabilidad de la monarquía visigoda, provocada por luchas internas por la sucesión al trono que mermó el poder militar visigodo, y que su rey, Rodrigo, se encontraba luchando en el norte contra los vascones y tardó dos semanas en recibir la noticia del ataque, llegando tarde al sur, al Guadalete para luchar contra el bereber Tariq, partiendo ya desde una desventaja, unida además a la posterior traición de los partidarios de Witiza, que abandonaron el ejército visigodo pasándose con sus tropas al bando de la religión del amor.
 
Muy sofisticado, es cierto, ya tenian condones especiales para usar con sus cabras.
 
Según el imaginario árabe, “los árabes no llegaron a Córdoba como conquistadores, sino como enamorados”; la conquista de un territorio suponía su “apertura” al Islam y las figuras de los grandes conquistadores, como Tāriq ibn Ziyad o Mūsà ibn Nusayr, están rodeadas de un aura reverencial similar a la de los santos.
Eso es cierto, si hablas con un jovenlandés y le dices que Tariq fue un teniente de Muza (nacido en Yemen), que a su vez lo era del califa de Damasco Suleimán I, se indigna mucho (y eso que por prudencia es mejor callar que los árabes consideran a los magrebíes como jovenlandeses de tercera división). Creen sinceramente que conquistaron España, cuando jovenlandia tiene una historia muy complicada, como país unificado es relativamente reciente, mucho más que España.
 
Eso es cierto, si hablas con un jovenlandés y le dices que Tariq fue un teniente de Muza (nacido en Yemen), que a su vez lo era del califa de Damasco Suleimán I, se indigna mucho (y eso que por prudencia es mejor callar que los árabes consideran a los magrebíes como jovenlandeses de tercera división). Creen sinceramente que conquistaron España, cuando jovenlandia tiene una historia muy complicada, como país unificado es relativamente reciente, mucho más que España.

Amén. Lo he dicho varias veces en el foro. En jovenlandia les venden la conquista del 711 como si fuera suya. Y ni siquiera se sabe dónde nació Tarik, aunque parece probable si origen bereber.
 
Tariq era vandalo , ya islamizado, y su ejercito era vandalo que fue llamado en ayuda de los witizianos. La batalla de Guadalete fue una batalla entre godos , el bando de Rodrigo quedó aniquilado y vencieron los vándalos y sus aliados witizianos, que se pasaron al islam. Había un tercer bando de godos en España, minoritario que no me acuerdo que pasó con ellos.

Los vandalos se encontraron como los dueños de Hispania de la noche a la mañana, excepto de la esquina noroeste, que no quisieron ceder el poder ni islamizarse.

Pero todo eso no es cool en la Historia de España, hay que inventarse algo.
 
. Había un tercer bando de godos en España, minoritario que no me acuerdo que pasó con ellos.

Agila II , el otro candidato al trono. Rodrigo iba a enfrentarse a el y al enterarse de la llegada de los jovenlandeses dio la vuelta hacia el sur.

Goberno lo que hoy es Cataluña y Aragon, aguantando hasta el 713, le sucedio Ardon que aguanto unos años mas hasta que fue derrotado, siendo extraoficialmente, el ultimo rey godo.
 
Eso es cierto, si hablas con un jovenlandés y le dices que Tariq fue un teniente de Muza (nacido en Yemen), que a su vez lo era del califa de Damasco Suleimán I, se indigna mucho (y eso que por prudencia es mejor callar que los árabes consideran a los magrebíes como jovenlandeses de tercera división). Creen sinceramente que conquistaron España, cuando jovenlandia tiene una historia muy complicada, como país unificado es relativamente reciente, mucho más que España.
De hecho nada ha cambiado. Las monarquías del Golfo Pérsico siguen despreciando a los bereberes amacabras del Magreb del mismo modo que hicieron sus antepasados árabes y sirios.
 
Por aquel entonces el mundo árabe estaba bastante más avanzado que el europeo. En todos los aspectos. Fue todo un logro el que Europa resistiese a la dominación islámica (Covadonga, Poitiers, Viena...)

Luego cuando se cambiaron las tornas Europa si que fue capaz de dominar al mundo árabe sin demasiado esfuerzo.

Incluso trazando el mapa geopolítico que a día de hoy persiste.

Diferencia?

Europa ha evolucionado bastante desde la Edad Media. El mundo de la religión del amor no tanto. En algunos casos nada.

Claro que ambas fueron conquistas crueles. Obvio que siempre el conquistador se va a poner a si mismo como un "explorador" en vez de un invasor.

El resto son fantasías progres.
 
Volver