Las contradicciones del carlismo

El Carlismo no está justificado sobre el papel de un tratado juridico, sino por la necesidad real de unas fuerzas que habian de ponerse en marcha para frenar al leviatan del heztado liberal cuya peste ya se anticipaba entonces y hoy ya es sulfuro de alta densidad. En terminos legalistas, en el marco del chupatintismo, el Rey podria designar a su caballo si quisiere porque quien tiene la corona decide a quien ponersela pues es titulo de propiedad, con una ley de sucesión al gusto.
 
Los carlistas eran los libertarios del siglo XIX. Simplemente querían vivir a su manera sin imposiciones de gente a cientos de kms. La peña suele pensar que durante el Antiguo Régimen el Rey era un ser omnímodo, cuando en realidad estaba ocupado en la Corte y "dejaba hacer" en cualquier rincón de sus dominios.

En el Antiguo Régimen el Rey "dejaba hacer" en sus dominios... a la nobleza. Que era la que no pagaba impuestos. Los plebeyos no solo tenían que pagar mas impuestos que un orate, si no que estaban a merced de su aristócrata local.

No es de extrañar que todos los plebleyos lo que deseaban era ser territorios de Realengo, dependientes directamente del Rey. Sentimiento reflejado en obras inmortales como Fuenteovejuna.
 
Los Estados liberales suelen tener impuestos mayores que los Estados no-liberales o las Monarquias por una razón muy sencilla: son menos legítimos.

Inglaterra después del siglo XVII se convirtió en lo que Luigi Blanch describió como “una machina per fare la guerra”, gracias a lo que se llamo la “revolución financiera inglesa”. Su razón es que tenía la capacidad ssuperior no sólo a la de los Borbones franceses sino también a la de cualquier otra monarquía europea importante) de elevar los impuestos y los préstamos sin causas crisis financieras. Cito a Di Vittorio, A., Historia económica de Europa. Siglos XV-XX, Crítica, Barcelona, 2007, p. 176-177:

“Ello era debido a la fundación del Banco de Inglaterra en 1694. Permitió al gobierno inglés obtener préstamos garantizados y establecer una estabilidad financiera sin comparación en Europa. El banco respondía ante el Parlamento y no ante el Rey. Esta independencia isntitucional respecto a la monarquía dio sensación de seguridad a los inversores en deuda pública inglesa, mientras que la estabilidad de la base de las finanzas públicas jugó un importante papel en el relativamente precoz desarrollo de los bancos provinciales de depósito y las cajas de ahorro en Inglaterra. Al contrario que en la Europa continental, donde se imponían impuestos a los grupos de inversores privados, en la Inglaterra del XVIII eran los bancos provinciales los que establecían impuestos para la Corona. Todos estos factores permitieron que los gobiernos británicos pudieran hacer frente a los gastos militares y navales que lastraban a sus rivales. El mejor ejemplo de ello es el éxito del gobierno británico en cubrir las enormes deudas que la guerra de Independencia generó mediante préstamos garantizados durante dos décadas, mientas que las muy inferiores deudas que supuso la guerra para Franca, la sumieron en la crisis final de las finanzas de la monarquía francesa, que fue la causa directa de lso acontecimientos que llevaron a la Revolución de 1789 (ibídem, 177).”

Otra cita: “En contra de la idea tradicional, por tanto, en los regímenes parlamentarios, los ciudadanos pagaban más impuestos que en las monarquías absolutas. La razón era que los ciudadanos ingleses admitían una mayor presión fiscal porque controlaban, a través del Parlamento, cómo se administraban y gastaban los impuestos” (Comín, F., Historia económica mundial. De los orígenes a la actualidad, Alianza Editorial, 2013, Madrid, p. 370.)

Luego ya en filosofía política, hay un paso importante de formas de gobierno personales al lento, pero firme avance de los Estados modernos. El Estado como forma de gobierno tiene que imponerse coactivamente por su carácter artificial. El Estado es un aparato técnico, una organización de gran capacidad coactiva que despersonaliza las relaciones de poder. Ante el Estado, la obediencia deja de ser una cuestión de fidelidad (de fides), normal todavía en el Estado Monárquico, para tras*formarse en una exigencia externa de lealtad (de lex). El Estado conforme se establece y desarrolla deviene en menos político y más administrativo. Tiende a despolitizarse. Esto es algo que ya diagnóstico Tocqueville: El Estado plenamente desarrollado, la administración es lo primero y la política algo accidental.

El Gobierno es algo natural, no el Estado.

Si algún día alguien se anima sobre un post sobre la historia de los impuestos, podría poner cosas interesantes. Nicolas de Liyre, por ejemplo, insistió en la idea de que un monarca que exigía demasiados impuestos perdía el alma y se convertía en un tirano. Hay todo un ejercicio de legitimación del impuesto a lo largo de la época moderna (cuando la presión fiscal comienza a aumentar en paralelo con la revolución militar (Parker)), justamente porque saben que no es legítimo. En la ilegitimidad del impuesto está el origen de las Cortes.

De alguna forma el Estado moderno se construye como tecnología y economía de guerra, precisamente contra el Imperio (que sería la estructura humana). Como toda economía de guerra, concentra el capital y el esfuerzo en aquello definido por la élite a costa de la supervivencia a largo plazo de las naciones de los hombres. Primero la guerra: luego, ya veremos.

Desde el punto de vista histórico puede perfectamente verse como una fase de saqueo, un quemar los muebles, una inversión regresiva al "imperio interior": finalizada la expansión imperial -los nuevos yacimientos- sólo queda desmenuzar, en un fracking social, a la masa para ver de dónde se puede sacar más.

Cuando el humus imperial (el humus basal humano) deja de suministrar capital a la cúpula, una serie de crisis devuelven el sistema a su estado estable: el de la Ley divina.
 
De alguna forma el Estado moderno se construye como tecnología y economía de guerra, precisamente contra el Imperio (que sería la estructura humana). Como toda economía de guerra, concentra el capital y el esfuerzo en aquello definido por la élite a costa de la supervivencia a largo plazo de las naciones de los hombres. Primero la guerra: luego, ya veremos.

Desde el punto de vista histórico puede perfectamente verse como una fase de saqueo, un quemar los muebles, una inversión regresiva al "imperio interior": finalizada la expansión imperial -los nuevos yacimientos- sólo queda desmenuzar, en un fracking social, a la masa para ver de dónde se puede sacar más.

Cuando el humus imperial (el humus basal humano) deja de suministrar capital a la cúpula, una serie de crisis devuelven el sistema a su estado estable: el de la Ley divina.

Es interesante.

A lo que podría añadirse la tesis del vínculo entre guerra y Estado. Digamos que como dice Parker “la guerra hace al Estado” no a la inversa. Es decir que las diferentes modalidades de guerra generan diferentes formas de Estado. De esta manera podemos decir que la guerra medieval es inherente del feudalismo. No se puede hacer una guerra medieval sin señores feudales; para costear 1 caballero se necesitaban las rentas de 10 pueblos. De igual modo, el surgimiento de ejércitos permanentes en la Edad Moderna, lleva a crear estructuras permanentes que puedan mantener esos ejércitos. En la actualidad, podríamos plantearnos la cuestión de que en las actuales guerras posmodernas de tipo asimétrico que modalidades estatales pueden surgir.

La pregunta que te hago: ¿Contra qué Imperio? Porque en términos abstractos, lo que vemos es que hay una resiliencia de los Imperios. Incluso hoy en día los Estados-nación europeos actuales tienen vocación imperial: Francia y Alemania fundamentalmente. Los Imperios que surgirán se harán sobre la matriz de los Estados-Nación, lo que plantea una modalidad radicalmente distinta de lo que habían sido hasta entonces los Imperios que se fundaban en una heterogeneidad de reinos; ahora se van a formar Imperios fundados en naciones.
 
Es interesante.

A lo que podría añadirse la tesis del vínculo entre guerra y Estado. Digamos que como dice Parker “la guerra hace al Estado” no a la inversa. Es decir que las diferentes modalidades de guerra generan diferentes formas de Estado. De esta manera podemos decir que la guerra medieval es inherente del feudalismo. No se puede hacer una guerra medieval sin señores feudales; para costear 1 caballero se necesitaban las rentas de 10 pueblos. De igual modo, el surgimiento de ejércitos permanentes en la Edad Moderna, lleva a crear estructuras permanentes que puedan mantener esos ejércitos. En la actualidad, podríamos plantearnos la cuestión de que en las actuales guerras posmodernas de tipo asimétrico que modalidades estatales pueden surgir.

La pregunta que te hago: ¿Contra qué Imperio? Porque en términos abstractos, lo que vemos es que hay una resiliencia de los Imperios. Incluso hoy en día los Estados-nación europeos actuales tienen vocación imperial: Francia y Alemania fundamentalmente. Los Imperios que surgirán se harán sobre la matriz de los Estados-Nación, lo que plantea una modalidad radicalmente distinta de lo que habían sido hasta entonces los Imperios que se fundaban en una heterogeneidad de reinos; ahora se van a formar Imperios fundados en naciones.

El Imperio es una pulsión consustancial al hombre, es lógico que intente sobresalir por detrás de las estructuras de los Estados nación, trepe y se apoye en ellas. Lenin venía a decir que el capitalismo sale por los poros y si algún loco -como él mismo- pretende que no exista, ha de presionarlo y someterlo continuamente, como una represa conteniendo las aguas. El Imperio es lo mismo: lo bombea el corazón de los hombres una y otra vez. El Imperio se define más contra lo desconocido que contra lo conocido; en la verdad última del Más Allá está la base de la idea de Imperio. No hay manera de contenerla.

El Estado francés o el alemán siempre fueron malos trampolines para la idea imperial. Creyeron siempre que el Imperio empieza y acaba en ellos, como extensión de la tecnología estatal y como proyección a su servicio, como si la obra del carpintero fuera extensión del martillo mismo. Aquí es cuando el Estado se construye contra el Imperio. Cuando se olvida el segundo y centra la atención demasiado en el primero. El error se paga: son sumideros de la idea imperial. Cuando el hombre levanta la vista e intenta trepar por esas dos naciones, pierde pie y se viene abajo.

En realidad, el Estado nación es una estructura osificada más de la Historia orgánica que tiene el hombre. Una excrecencia útil. Un arma que produce el cuerpo, como el cuerno del ciervo. Pero como todas, acaba caída, arrastrada por el caudal humano. No podemos confiar en última instancia en ella. El Estado nación lleva siendo caduco un buen tiempo: Perón decía que es tiempo de continentalismo, y así se demuestra: sólo los Continentes (los Estados continente, como Rusia o China, como la América del MAGA) tienen capacidad de obrar a día de hoy. Y están llamados a quedarse pequeños, cuando tengamos Mundos, pero es pronto para pensar en eso.
 
Última edición:
Qué pesados los vasallitos discutiendo qué señor le da mejores latigazos

Es verdad, me recuerdan a los que fantasean con Lenin, Stalin, Castro, Maduro, Pablo Iglesias,... Todos discutiendo quién de ellos les daba mejores latigazos.
 
En el antiguo regimen existia una amplia base de baja nobleza, la hidalgia. Por ejemplo en Cantabria o Vascongadas más del 90% de la población lo eran. Luego también estaban las villas que se regían por fueros al margen del pueblo llano. En españa no ha existido servidumbre en el antiguo régimen, el hombre atado a la tierra como parte del capital del terrateniente. En comparativa hoy el ayuntamiento ejerce un poder y un saqueo mucho mayor sobre el hombre.

Pero sí, la figura del Rey contrariamente a lo que ahora se proyecta, era una figura de protección del hombre frente a los bandos regionales. En vizcaya sin ir más lejos, el Rey de Castilla tuvo en alguna ocasión que dar señales de atención a los potentados locales por sus abusos, que hablarian un perfecto euskera oiga.

En el Antiguo Régimen el Rey "dejaba hacer" en sus dominios... a la nobleza. Que era la que no pagaba impuestos. Los plebeyos no solo tenían que pagar mas impuestos que un orate, si no que estaban a merced de su aristócrata local.

No es de extrañar que todos los plebleyos lo que deseaban era ser territorios de Realengo, dependientes directamente del Rey. Sentimiento reflejado en obras inmortales como Fuenteovejuna.
 
Curiosamente que el Estado si que ha alcanzado una idea imperial, el denominado como nuevo orden mundial, vea esa tendencia de delegar a organismos supranacionales para elaborar "una democracia más perfecta", ya no es tanto la legalidad burocrática de los estado, como herramientas emanadas del derecho, sino que se adapten a una corriente filosófica determinada por la ONU ect. Hay un embazado de un ego trascendental que va tomando forma, que culmirará en una religión pública y un infinito contra el que expandirse; la razón, el cristianismo y sus obras.

De alguna forma el Estado moderno se construye como tecnología y economía de guerra, precisamente contra el Imperio (que sería la estructura humana). Como toda economía de guerra, concentra el capital y el esfuerzo en aquello definido por la élite a costa de la supervivencia a largo plazo de las naciones de los hombres. Primero la guerra: luego, ya veremos.

Desde el punto de vista histórico puede perfectamente verse como una fase de saqueo, un quemar los muebles, una inversión regresiva al "imperio interior": finalizada la expansión imperial -los nuevos yacimientos- sólo queda desmenuzar, en un fracking social, a la masa para ver de dónde se puede sacar más.

Cuando el humus imperial (el humus basal humano) deja de suministrar capital a la cúpula, una serie de crisis devuelven el sistema a su estado estable: el de la Ley divina.
 
Curiosamente que el Estado si que ha alcanzado una idea imperial, el denominado como nuevo orden mundial, vea esa tendencia de delegar a organismos supranacionales para elaborar "una democracia más perfecta", ya no es tanto la legalidad burocrática de los estado, como herramientas emanadas del derecho, sino que se adapten a una corriente filosófica determinada por la ONU ect. Hay un embazado de un ego trascendental que va tomando forma, que culmirará en una religión pública y un infinito contra el que expandirse; la razón, el cristianismo y sus obras.

Es un imposible no tender al Imperio. Hasta las estructuras más envenenadas, mientras sigan con vida, tienen algo de verdad por su mera existencia, que proviene, en continuidad ontológica, del Dios existe. Pero el devenir de los hechos las juzgará rápido. Si bajo su mando las naciones y los pueblos se hunden, es que la torcedura y la maldad pesaban más en la balanza. El Imperio sólo puede ser bueno: aquello del imperio depredador, por ser imperio, es una concesión demasiado generosa a las estructuras enfermas.

Hoy el impulso se mantiene por el extraordinario poder técnico, que maquilla y sirve de muleta a las pulsiones genocidas de tipo malthusiano. Plantear un escenario hipertécnico en tiempos de nuestra Monarquía hubiera sido imposible, ya que el hombre dependía más de sí mismo, de su familia, de la comunidad, de sus brazos y de su Fe, así que el prototipo divino necesariamente debía ser humano y no antihumano ni tras*humano.

De todas formas, alguna vez sí he pensado que esta fase de la historia es necesaria, como lo son las catástrofes bíblicas, para que el hombre llegue a nuevos puertos.
 
No os escuernéis, la cuestión dinástica del Carlismo era la excusa. No era más que un movimiento anti-liberal de un mundo que se moría y que pretendía oponerse al nuevo mundo que nacía (el liberal-capitalista).

El antiguo régimen tiene muchas cosas libertarias y capitalistas. Muy al contrario de lo que se cree, el "mundo liberal-capitalista" que comenzó en el siglo XIX, es el comienzo de la edad dorada de los políticos, del estado, del control bancario y de la política monetaria nacional. Los liberales como Riego o Espartero eran de todo menos liberales.

Yo del carlismo recuperaría algunas cosas buenas, como la descentralización política "a la suiza" pero en versión española, con fueros. También la oposición a los planificadores políticos, que en aquella época y ahora pretendían implantar un modelo de sociedad totalmente ajeno a la realidad del momento.
 
El antiguo régimen tiene muchas cosas libertarias y capitalistas. Muy al contrario de lo que se cree, el "mundo liberal-capitalista" que comenzó en el siglo XIX, es el comienzo de la edad dorada de los políticos, del estado, del control bancario y de la política monetaria nacional. Los liberales como Riego o Espartero eran de todo menos liberales.

Yo del carlismo recuperaría algunas cosas buenas, como la descentralización política "a la suiza" pero en versión española, con fueros. También la oposición a los planificadores políticos, que en aquella época y ahora pretendían implantar un modelo de sociedad totalmente ajeno a la realidad del momento.

pueblerino, que una oligarquía nobiliaria tenga sojuzgado al campesino de turno no tiene nada de liberal. No existían leyes escritas en muchos casos, y había una total dependencia.

Ya te han dicho que la plebe perdía el pandero por ser declarados territorios directamente bajo control del Rey, porque era el único que garantizaba la libertad del populacho ante la tiranía de la nobleza local.
 
pueblerino, que una oligarquía nobiliaria tenga sojuzgado al campesino de turno no tiene nada de liberal. No existían leyes escritas en muchos casos, y había una total dependencia.

Ya te han dicho que la plebe perdía el pandero por ser declarados territorios directamente bajo control del Rey, porque era el único que garantizaba la libertad del populacho ante la tiranía de la nobleza local.

Confundes leyes con regulaciones y normativas. Leyes si había hace 600 años, eran pocas y bien definidas, normalmente recopilaban los principios fundamentales del derecho negativo. También había muchas leyes y normas consuetudinarias y tácitas que no estaban recogidas pero que todo el mundo respetaba porque así era el uso y la costumbre (las normas de una casa o de un grupo de amigos es eso). Ahora no es que haya mas leyes escritas, es que hay millones de páginas del BOE llenas de regulaciones inaprehensibles que especifican hasta la composición que tienen que llevar los aditivos de las gasolinas, o los precios de la electricidad en las islas canarias.

La descentralización política es buena, por el simple hecho de que puedes huir al territorio de al lado si el noble de tu pueblo es un me gusta la fruta, o puedes pedir protección del rey como dices tu.

Y no, no me puedes convencer de que un estado con banca central moderna, con moneda fiduciaria de curso legal forzoso, es un estado "liberal-capitalista", eso es simple y llanamente una contradicción en los términos. Lo digo porque es en el siglo XIX cuando nace esa institución, el siglo que según tú es la edad dorada del capitalismo (mas bien el siglo XIX es el canto de cisne del capitalismo).
 
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