Vlad_Empalador
Será en Octubre
Demógrafos, economistas y sociólogos alertan de desajustes que dificultan el emparejamiento heterosexual y alientan la maternidad en solitario
Horizontal
El programa 'First Dates': Una comensal da una segunda oportunidad a su cita tras su sonado plantón Terceros
El mercado matrimonial en España: ¿por qué cuesta encontrar pareja estable?
MAYTE RIUS
BARCELONA
10/04/2022 01:26
1
Hace unos días, en esta misma sección, se informaba del aumento de los partos de mujeres de más de 50 años en los últimos años y de cómo más del 10% de los nacimientos que se producen en España corresponden a madres con más de 40. Y se explicaba que un porcentaje significativo de esas mujeres atribuyen su tardanza en ser madres a la falta de pareja. De hecho, un número creciente afronta la maternidad en solitario.
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“Las estadísticas indican que el 17% de los nacimientos corresponden a madres solas, y casi la mitad lo son después de los treinta y por elección; es decir, que ni el sesso ni los hijos son ya razones para que las mujeres formen pareja”, apunta Teresa Martín, investigadora del grupo de Dinámicas Demográficas en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC.
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SUSANA QUADRADO
Y explica que si en la década de los 80 se consolidó en España la disociación entre sexualidad y reproducción debido al uso generalizado de anticonceptivos y en la de los 90 se disoció matrimonio y reproducción al extenderse la cohabitación, ahora estamos asistiendo a la disociación entre conyugalidad y reproducción a través de la maternidad sin pareja y la maternidad sin sesso, mediante reproducción asistida.
“Hoy en día, el emparejamiento es una opción, no una obligación”, entre otras razones porque cada vez es más difícil encontrar pareja heterosexual, asegura.
No sólo para las mujeres. Según la encuesta de fecundidad, un porcentaje significativo de hombres que no ha tenido hijos lo atribuye a la falta de pareja. Los datos de la Encuesta Continua de Hogares que publica el INE muestran que, en 2020, prácticamente uno de cada cuatro hombres y un tercio de las mujeres de entre 30 y 45 años no está casado ni convive en pareja. Y, según la Encuesta Social General Española que elabora el CIS, el 43% de los españoles que no tienen pareja dice que es porque no encuentra a la persona idónea, mientras que un 22% asegura que no quiere tenerla.
Evolución de personas que no conviven en pareja
Las estadísticas evidencian el aumento de la población que no vive en pareja LV
“Hoy en día hay más experiencias de pareja que nunca en la historia de nuestro país: el 78% de los menores de 29 años ha tenido experiencias de pareja; por otra parte, las parejas existentes están más satisfechas que nunca porque las barreras para romper si no están a gusto son menores; pero también existe más frustración porque hay más gente desemparejada que no encuentra la pareja que busca”, afirma Luis Ayuso, catedrático de Sociología de la Universidad de Málaga que ha participado en un amplio estudio sobre la evolución de las parejas en España que está a punto de publicar la Fundación BBVA.
Hay más experiencias de pareja que nunca, pero también más gente que no encuentra la relación que busca
Luis Ayuso
Catedrático Sociología Universidad de Málaga
¿Por qué? ¿Cuál es la razón para que tantas personas no encuentren pareja en España? Demógrafos, economistas y sociólogos lo atribuyen a “desajustes en el mercado matrimonial”, que es como denominan a las posibilidades de emparejamiento, a la oferta y demanda de quienes buscan pareja.
Desajuste demográfico
Desequilibrio numérico y escasez de jóvenes 'casaderas'
Manuel Bagues, profesor de Economía de la Universidad de Warwick e investigador especializado en microeconomía aplicada, atribuye las dificultades para encontrar pareja al marriage squeeze ( apretón matrimonial) derivado del drástico descenso de la natalidad en España desde los 70 hasta mediados de los 90.
Según su análisis (publicado en Nada es gratis), los varones tienen a emparejarse con mujeres ligeramente más jóvenes, y el descenso continuado de la natalidad ha provocado que el número de féminas sea inferior al de chicos de dos o tres años más, con lo que no sólo hay menos oferta de jóvenes casaderas sino también más competencia de los varones nacidos en años anteriores.
Albert Esteve, director del Centre d’Estudis Demogràfics, dice que es cierto que las generaciones de mujeres jóvenes son cada vez menos numerosas y esa escasez puede contribuir al desajuste que se observa en el mercado matrimonial español, pero opina que “solo sería determinante si emparejarse fuese algo universal, que hiciésemos todos, de modo que no puede considerarse el principal motivo; hay otros factores”.
Desajuste educativo
Las mujeres, de media, están más cualificadas
Teresa Martín cree que uno de los factores más importantes es que, en las últimas décadas, el logro educativo se ha invertido en favor de las mujeres y, en la población de 30-34 años, el porcentaje de universitarias supera en 14 puntos al de universitarios. “El patrón tradicional era que los hombres se emparejan con mujeres más jóvenes con igual o menor nivel educativo, pero ahora no las encuentran porque, simplemente, las generaciones recientes de mujeres, de media, tienen una mayor nivel educativo que ellos”, enfatiza la investigadora del CSIC.
Y subraya que, aunque ha disminuido la proporción de hombres que rechaza emparejarse con una mujer que gana más que ellos, “aún hay cierta aversión a emparejarse con mujeres altamente cualificadas y con éxito profesional”.
La selectividad del cobi19 se generaliza esta semana en toda España. Varios estudiantes se preparan para comenzar los exámenes de acceso a la Universidad (EBAU, Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad) en el aula magna de la Facultad de Físicas de la Complutense en Madrid este lunes.
El porcentaje de mujeres con estudios superiores es muy superior al de varones Dani Duch
Eso ocasiona una falta de correspondencia entre las expectativas de hombres y mujeres de modo que “cuanto menos igualitarios sean los hombres y menos se adentren en la esfera doméstica, más dificultades seguirán teniendo para encontrar pareja (heterosexual)”, comenta Martín.
Esteve coincide en que el modelo más clásico de emparejamiento se ha visto erosionado por el papel de la mujer en la sociedad. “Los hombres buscan mujeres que ya han dejado de existir y las mujeres buscan hombres que aún tienen que existir, y eso crea desajustes”.
Desajuste de expectativas
La implicación en las tareas domésticas importa mucho
Luis Ayuso apunta que el análisis de la encuesta del CIS de octubre del 2021, que preguntaba sobre qué aspectos se consideran importantes a la hora de iniciar una relación de pareja, evidencia que siguen existiendo pautas tradicionales y diferencias de expectativas entre hombres y mujeres.
Ellos siguen dando más importancia al atractivo y a unas relaciones sensuales satisfactorias; ellas buscan hombres que tengan independencia económica; y la implicación en las tareas domésticas cuenta para ambos pero más para ellas. Para el 84% de encuestadas, que la pareja no se implique en casa es muy relevante a la hora de iniciar o no una relación.
Los hombres buscan mujeres que ya han dejado de existir y las mujeres hombres que aún tienen que existir
Albert Esteve
Director del Centre d’Estudis Demogràfics
En cambio, a la edad cada vez se le otorga menos importancia: sólo un tercio de los hombres y una cuarta parte de las mujeres valora como importante que el otro tenga diez años más. “Las expectativas de los hombres a este respecto están cambiando; según un reciente trabajo de tesis doctoral, las mujeres que ganan más dinero tienen más probabilidad de tener una pareja más joven que ellas, como tradicionalmente ocurría con los varones; eso está cambiando y va a revolucionar el proceso de emparejamiento”, enfatiza el sociólogo.
Desajuste económico
Retrasar la emancipación aumenta las exigencias
Los obstáculos económicos y laborales que dificultan que los jóvenes se emancipen pronto de sus padres y puedan convivir en pareja también desajustan el mercado matrimonial y complican el encontrar el perfil de pareja que uno quiere, según Esteve.
“El coste de oportunidad de emparejarte a los 27 es mayor que a los 19, porque buscas personas de otras características; si vas posponiendo el vivir en pareja porque estás estudiando, porque has de posicionarte en el trabajo... vas haciendo tu vida y cuando empiezas a buscar pareja ya tienes un estilo de vida, sabes lo que te gusta, y te vuelves más exigente y el margen de posibles candidatos se va estrechando; pides más y también cuesta más que te compense emparejarte”, ejemplifica el director del CED.
Desajustes sociales
Tener hijos no es prioritario pero sí relevante
El sociólogo Luis Ayuso apunta que la emancipación tardía también supone que la maduración, el rito de paso de joven a adulto, que antes llegaba con la incorporación al mercado laboral, ahora se vincule a tener el primer hijo.
“Y eso hace que muchos jóvenes asocien tener hijos a una responsabilidad muy grande, de modo que algunos no quieren tenerlos o crean muchas expectativas sobre la pareja con quien han de asumir ese reto porque sienten que establecerán un vínculo que no pueden romper porque una relación sin hijos es algo privado pero con hijos implica vincularse a una red de abuelos, tíos..., porque en España somos muy familiaristas”, detalla.
Cambios culturales
Las relaciones emocionales son más inestables
Eso afecta a las dinámicas de emparejamiento. “Hoy las relaciones se basan en los sentimientos, en el amor, que es algo subjetivo y por tanto inestable –‘hoy te quiero pero mañana ya no siento lo mismo y no tengo razón para continuar’–, de modo que el mercado ofrece parejas a corto plazo, relaciones débiles, pero no parejas estables, esas a las que llegado un momento se aspira para tener hijos”, comenta Ayuso.
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jóvenes enamorados
Resalta que la dificultad para encontrar pareja estable también tiene que ver con los cambios culturales y de valores. “Hoy estamos acostumbrados al aquí y al ahora, y eso se aplica a la hora de comprar en Amazon o de buscar pareja por una app, y en esa dinámica de vida las relaciones son emocionales e inestables, y es más difícil encontrar esa pareja que asociamos a un vínculo estable”, concluye.
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Horizontal
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1
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“Las estadísticas indican que el 17% de los nacimientos corresponden a madres solas, y casi la mitad lo son después de los treinta y por elección; es decir, que ni el sesso ni los hijos son ya razones para que las mujeres formen pareja”, apunta Teresa Martín, investigadora del grupo de Dinámicas Demográficas en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC.
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Y explica que si en la década de los 80 se consolidó en España la disociación entre sexualidad y reproducción debido al uso generalizado de anticonceptivos y en la de los 90 se disoció matrimonio y reproducción al extenderse la cohabitación, ahora estamos asistiendo a la disociación entre conyugalidad y reproducción a través de la maternidad sin pareja y la maternidad sin sesso, mediante reproducción asistida.
“Hoy en día, el emparejamiento es una opción, no una obligación”, entre otras razones porque cada vez es más difícil encontrar pareja heterosexual, asegura.
No sólo para las mujeres. Según la encuesta de fecundidad, un porcentaje significativo de hombres que no ha tenido hijos lo atribuye a la falta de pareja. Los datos de la Encuesta Continua de Hogares que publica el INE muestran que, en 2020, prácticamente uno de cada cuatro hombres y un tercio de las mujeres de entre 30 y 45 años no está casado ni convive en pareja. Y, según la Encuesta Social General Española que elabora el CIS, el 43% de los españoles que no tienen pareja dice que es porque no encuentra a la persona idónea, mientras que un 22% asegura que no quiere tenerla.
Evolución de personas que no conviven en pareja
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“Hoy en día hay más experiencias de pareja que nunca en la historia de nuestro país: el 78% de los menores de 29 años ha tenido experiencias de pareja; por otra parte, las parejas existentes están más satisfechas que nunca porque las barreras para romper si no están a gusto son menores; pero también existe más frustración porque hay más gente desemparejada que no encuentra la pareja que busca”, afirma Luis Ayuso, catedrático de Sociología de la Universidad de Málaga que ha participado en un amplio estudio sobre la evolución de las parejas en España que está a punto de publicar la Fundación BBVA.
Hay más experiencias de pareja que nunca, pero también más gente que no encuentra la relación que busca
Luis Ayuso
Catedrático Sociología Universidad de Málaga
¿Por qué? ¿Cuál es la razón para que tantas personas no encuentren pareja en España? Demógrafos, economistas y sociólogos lo atribuyen a “desajustes en el mercado matrimonial”, que es como denominan a las posibilidades de emparejamiento, a la oferta y demanda de quienes buscan pareja.
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Manuel Bagues, profesor de Economía de la Universidad de Warwick e investigador especializado en microeconomía aplicada, atribuye las dificultades para encontrar pareja al marriage squeeze ( apretón matrimonial) derivado del drástico descenso de la natalidad en España desde los 70 hasta mediados de los 90.
Según su análisis (publicado en Nada es gratis), los varones tienen a emparejarse con mujeres ligeramente más jóvenes, y el descenso continuado de la natalidad ha provocado que el número de féminas sea inferior al de chicos de dos o tres años más, con lo que no sólo hay menos oferta de jóvenes casaderas sino también más competencia de los varones nacidos en años anteriores.
Albert Esteve, director del Centre d’Estudis Demogràfics, dice que es cierto que las generaciones de mujeres jóvenes son cada vez menos numerosas y esa escasez puede contribuir al desajuste que se observa en el mercado matrimonial español, pero opina que “solo sería determinante si emparejarse fuese algo universal, que hiciésemos todos, de modo que no puede considerarse el principal motivo; hay otros factores”.
Desajuste educativo
Las mujeres, de media, están más cualificadas
Teresa Martín cree que uno de los factores más importantes es que, en las últimas décadas, el logro educativo se ha invertido en favor de las mujeres y, en la población de 30-34 años, el porcentaje de universitarias supera en 14 puntos al de universitarios. “El patrón tradicional era que los hombres se emparejan con mujeres más jóvenes con igual o menor nivel educativo, pero ahora no las encuentran porque, simplemente, las generaciones recientes de mujeres, de media, tienen una mayor nivel educativo que ellos”, enfatiza la investigadora del CSIC.
Y subraya que, aunque ha disminuido la proporción de hombres que rechaza emparejarse con una mujer que gana más que ellos, “aún hay cierta aversión a emparejarse con mujeres altamente cualificadas y con éxito profesional”.
La selectividad del cobi19 se generaliza esta semana en toda España. Varios estudiantes se preparan para comenzar los exámenes de acceso a la Universidad (EBAU, Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad) en el aula magna de la Facultad de Físicas de la Complutense en Madrid este lunes.
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Eso ocasiona una falta de correspondencia entre las expectativas de hombres y mujeres de modo que “cuanto menos igualitarios sean los hombres y menos se adentren en la esfera doméstica, más dificultades seguirán teniendo para encontrar pareja (heterosexual)”, comenta Martín.
Esteve coincide en que el modelo más clásico de emparejamiento se ha visto erosionado por el papel de la mujer en la sociedad. “Los hombres buscan mujeres que ya han dejado de existir y las mujeres buscan hombres que aún tienen que existir, y eso crea desajustes”.
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La implicación en las tareas domésticas importa mucho
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Ellos siguen dando más importancia al atractivo y a unas relaciones sensuales satisfactorias; ellas buscan hombres que tengan independencia económica; y la implicación en las tareas domésticas cuenta para ambos pero más para ellas. Para el 84% de encuestadas, que la pareja no se implique en casa es muy relevante a la hora de iniciar o no una relación.
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Desajustes sociales
Tener hijos no es prioritario pero sí relevante
El sociólogo Luis Ayuso apunta que la emancipación tardía también supone que la maduración, el rito de paso de joven a adulto, que antes llegaba con la incorporación al mercado laboral, ahora se vincule a tener el primer hijo.
“Y eso hace que muchos jóvenes asocien tener hijos a una responsabilidad muy grande, de modo que algunos no quieren tenerlos o crean muchas expectativas sobre la pareja con quien han de asumir ese reto porque sienten que establecerán un vínculo que no pueden romper porque una relación sin hijos es algo privado pero con hijos implica vincularse a una red de abuelos, tíos..., porque en España somos muy familiaristas”, detalla.
Cambios culturales
Las relaciones emocionales son más inestables
Eso afecta a las dinámicas de emparejamiento. “Hoy las relaciones se basan en los sentimientos, en el amor, que es algo subjetivo y por tanto inestable –‘hoy te quiero pero mañana ya no siento lo mismo y no tengo razón para continuar’–, de modo que el mercado ofrece parejas a corto plazo, relaciones débiles, pero no parejas estables, esas a las que llegado un momento se aspira para tener hijos”, comenta Ayuso.
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