A ver, no es cuestión de ir dando el cante con un carrito repleto de latunes y fabadas litoral. Lo primero porque es muy cantoso y la primera norma de esto es que no se note. Lo segundo, porque tienes que intentar que sea comida que puedas integrar dentro de tu consumo habitual (si no te gusta el atun pero prefieres sardinas o mejillones, pues estupendo. Si en vez de café prefieres colacao, pues igual) Y lo tercero, porque si lo compras todo a la vez todo te va a caducar al mismo tiempo, lo que dificulta mucho gestionar la comida en situación de normalidad (ir rotando la comida).
Como hay tiempo y aún no estamos en mitad del caos, basta con ir añadiendo un par de cosas a la compra habitual. ¿Te hace falta tomate frito? En vez de un paquete echa dos. ¿Unos mejilloncillos para el futbol? Pues igual, echa el doble. Los frutos secos tampoco están mal. Y si vas con coche, pues aprovecha y carga una garrafa de agua ya que estás.
Ese "extra" que compras pues pasa al alijo: Has comprado dos paquetes de tomate frito, uno que vas a consumir y otro que pasa a despensa. En el momento en que te quede solo un paquete (el de la despensa), tienes que volver a salir a comprar otro par de paquetes.
Tras esa segunda compra, tendrás el paquete que vas a consumir (el que quedaba de la 1º compra) y otros 2 en la despensa de la 2º compra. Esto se va repitiendo con todos los alimentos que consumas habitualmente que tengan fechas de caducidad prolongadas, incrementando tu despensa hasta que tengas las unidades que tu estimes oportunas en reserva. Por ejemplo, 10 unidades. Y a partir de ahí, pues simplemente te centras en no bajar de esas 10 unidades y de que nada se te ponga malo.
Yo lo he hecho así y en un par de meses me he montado una despensa bastante maja haciendo prácticamente la misma compra.