Me resulta muy injusto que por el hecho de no querer contestarme a mí le prives de un nombre digno al milenario país de marras.
Así qué, como soy un tío muy espléndido y generoso a la par que ocurrente, he decidido que si los descendientes directos del glorioso linaje que llevó a cabo la primera revolución industrial del Mediterráneo, no tenéis nada en contra, a partir de ahora nos dirijamos a este territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado, o territorio constituido en estado soberano, con el glorioso nombre de La Sierra Leona del Mediterrani.
De res.