No lea este artículo
(Bernat Puigtobella, Núvol)
(Traducción: Laura Fàbregas)
Si creéis que en estos momentos criticar a Tv3 es minar el proceso soberanista, ya podéis ahorraros de leer este artículo. No vaya a ser que os decepcione, patriotas.
Tv3 nació con la voluntad de suplir una carencia histórica de Cataluña, faltada de un medio de comunicación de masas que la representara. Desde Madrid se veía con malos ojos la creación de un canal catalán que podría servir de instrumento de propaganda política en manos de los nacionalistas. Fue en ese momento tan revelador en que Felipe González, puso como condición que Tv3 se limitara a preservar las tradiciones y folklore de la región. Siempre hemos querido creer que nos burlamos de aquel dictamen, pero la realidad es que Felipe González fue profético.
Porqué hoy, paradójicamente, tanto el miedo como la desiderata de Felipe González se han hecho realidad. Televisión de Cataluña se ha convertido en un poderoso altavoz del ideario soberanista, pero también en una tele eminentemente antropológica. Vamos por pasos.
En primer lugar, es una canal que se ha decantado ideológicamente por un proceso que vive un momento de exaltación. Me diréis que hay otros canales del estado español que son más impúdicamente partidistas y sectarios, pero eso no quita verdad a la afirmación: Tv3, de siempre, también ha tomado partido.
Ser el canal de una afirmación nacional históricamente tan ambiciosa obliga a Tv3 a mantenerse como líder de audiencia en Cataluña. De otro modo, la fuerza de su visión no tendría la repercusión necesaria para justifica el gasto enorme que genera. Tv3 es cara, pero es la cara del país, y eso la salva. Tuli Márquez, que ha trabajado en Televisión de Cataluña, explica muy bien hoy en Núvol las tiranías de la audiencia y las distorsiones que genera, por ejemplo, en la programación cultural. Decir que Tv3 no atiende la cultura catalana sería inexacto. De hecho, pasa justo lo contrario, la cultura ha sido la auténtica obsesión de la cadena. Si las artes y las letras han quedado relegadas al Canal 33 es porqué la programación de Tv3 se ha centrado en un concepto antropológico de la cultura. Estoy seguro de que en el departamento de nuevos formatos han concebido programas como Un lloc estrany o Vides privades como programas culturales. Que El Convidat es un programa cultural si se entrevista a Jaume Sisa y que Forasters es una exploración antropológica elevada a Fiesta Mayor. Tanto si hacen Caçadors de paraules como Caçadors de bolets, todo es cultura. Nos fascina nuestra propia extinción.
Este domingo Joan M. Minguet publicaba en su blog Pensacions un artículo que recogemos hoy en Núvol. Minguet respondía a las declaraciones que Bibiana Ballbè hacía en una aparición en el programa de Roger de Gràcia. La meva, que repasaba los programas culturales de Tv3. Bibiana se defendía de las acusaciones de frivolidad que Minguet le había formulado hacía unos meses aquí mismo y en su blog. Para Bibiana la cultura a la tele ha de servirse como a entretenimiento. Las declaraciones de Ballbé han escalofriado a unos cuantos compañeros de Cultura de Tv3, pero ninguno de ellos se ha sentido aludido por el artículo de Minguet ni ha aceptado la invitación de Núvol de defender un tratamiento más riguroso de la cultura en la tele.
Tv3 ha optado por la vía antropológica porqué se ha erigido como espejo de los catalanes. Quizás los catalanes ahora mismo prefieren un espejo a una ventana. El problema es que Tv3 se ha convertido en un espejo de ella misma. La meva, el programa que critica Minguet, sería la prueba más fehaciente, pero también entraría dentro de este efecto espejo el APM o hasta un programa como Polònia, que si me permitís también es cultura, donde salen parodiados sistemáticamente los presentadores de Telenotícias y otras carnes de plató.
El éxito de Polònia es extraordinario y muy divertido, pero los guionistas de nuestro gran guiñol no parecen tener límites. Es impagable la imitación que hacen de Mas o Rajoy, pero cuando me imitan Raquel Sans están parodiando alguna cosa más que una simple presentadora del TN: me están distorsionando la visión de los informativos hasta al punto que no puedo ver las noticias sin pensar en la caricatura. La audiencia es la audiencia, aunque sea a costa de explotar la credibilidad de los informativos, que son los espacios que tendrían que preservar la credibilidad y la autoridad de postular la realidad. Parece que nadie se salva. Tv3 se devora a sí misma.
La vehemencia acrítica del proceso por un lado, la fagocitación humorística por el otro. Parece que no sepamos por dónde tirar. Por favor, que alguien abra la ventana y que nos podamos creer lo que vemos. Y si nos miramos al espejo, que no nos muramos del todo de reír