¿Pero cuál es el problema de estar solo, a ver?
Si, por lo que sea, es lo que te ha tocado, pues lo aprendes a llevar. Yo me siento más solo que la una desde los catorce. Y a menudo esa es la auténtica felicidad.
Vengo ahora de zumbarme a la tía con la que andaba antes de marcharme a Alemaña y luego a EEUU. Que me ha echado mucho de menos y que no me vuelva a largar. Que seamos novios. Y anda que no ha mejorado, la tía. Se ha puesto en forma, se ha tirado sin comerse un rosco desde que la planté, me ha arreado un polvo que me ha dejado sordo y luego me ha echado el lazo con toda la emboscada preparada.
Ok, me lo tengo que pensar, le he dicho. Y me he ido a cenar.
En nada me pita el microondas.
Y mañana le pita el wasap a la pava esta.
Porque le doy puerta con el desayuno y dos frases cortas.
La vida es demasiado corta como para remolcar a nadie.