Yo siempre digo que el problema principal de los coches eléctricos es la recarga, al menos en un país como el nuestro donde el 70% de los coches duermen en la calle.
Los precios de las baterías han ido bajando y no hay motivo para pensar que no lo sigan haciendo. La autonomía ha ido creciendo de forma más o menos lineal y algunos modelos ya han alcanzado ese valor a partir del cual ya no interesa meter más kwh, sino reducir peso.
En cuanto a la recarga, para el que tenga parking propio y posibilidad de poner un punto de carga, ningún problema. Y básicamente el que hoy en día se compra un coche eléctrico está en esa situación. Con vehículos que tengan una autonomía de más de 600 km cada vez que salen del parking, ya me diréis qué clientela van a tener los puntos de carga que la ley obliga a instalar en gasolineras y otros que ya funcionan.
La clientela potencial de las "electrolineras" son los vehículos que hacen trayectos muy largos (un porcentaje muy bajo) y los que se aventuren a comprar un V.E. sin tener punto de carga propio. Pero claro, éstos últimos tienen que decidir si cargar a un precio normal (que son 40 céntimos/kwh) a una velocidad baja, durante varias horas, o usar cargadores ultrarrápidos -que si los coches actuales los admiten son para ocasiones puntuales, jamás como solución habitual- a un precio de 70 - 80 céntimos. Esto son 12 euros cada 100 km, que es casi el doble de lo que cuesta un diésel. Y ojo, porque el cargador ultrarrápido siguen siendo 15 - 20 minutos como mínimo para una autonomía de 400 - 500 km, lo que te condiciona una barbaridad.