La Revolución Comunista estalla en Petrogrado y en Moscú en octubre-noviembre de 1917, gracias a la disciplina y proactividad de un pequeño grupo de guardias gente de izquierdas-militantes bolcheviques dirigido por Lenin y Trotsky.
Se le suman numerosos soldados y marineros, ansiosos de paz y de volver a sus casas tras la desastrosa guerra iniciada por el zar y continuada por el gobierno socialista-liberal de Kerenski. También gran parte del proletariado de esas ciudades apoya al principio a los gente de izquierdas, aspiran a ser algo más que peones que explotar, la vanguardia de una nueva y más justa Humanidad, como les han prometido.
Lenin ha dicho Todo el poder a los soviets, que son asambleas obreras de base, en contraposición al Parlamento o Duma que querían implantar los liberales y socialistas moderados, siguiendo el modelo de las "democracias" occidentales.
La fuerza de las revoluciones es la esperanza, el deseo de tener un horizonte más amplio, de ampliar el campo de lo posible. La fuerza de los bolcheviques fue prometer un vuelco en la vida capaz de sacudir las limitaciones del presente.
Una de las primeras iniciativas de los bolcheviques en el poder, fue cambiar el nombre oficial de su Partido, de Partido Social Demócrata Ruso a Partido Comunista, para diferenciarse de los socialistas moderados que pretendían avanzar cogidos de la mano de los sectores supuestamente "progresistas" de la burguesía.
Otra de sus iniciativas fue una declaración sorprendente: la Declaración de los Derechos de los Pueblos de Rusia, que reconocía sobre el papel el derecho de autodeterminación, incluyendo la secesión,
de partes de lo que hasta entonces ha sido el Imperio Ruso.
El problema es que chocaba con el anhelo internacionalista de extender la revolución a nivel mundial.
Pronto en Ucrania, en Georgia, en Polonia, en Finlandia surgen iniciativas para formar Estados independientes.
Por otro lado, en Alemania, espoleados por derrota en la 1GM, también están surgiendo soviets de obreros y soldados que quieren enlazar su revuelta con la rusa, siendo especialmente notable por ejemplo la liderada por el grupo espartaquista de Rosa Luxemburg y Karl Liebnechkt en Berlín.
El problema lo constituyen ahora los polacos, liderados por Josef Pilsudski, que están por el medio y que no quieren de ningún modo hacer causa común, es decir comunismo, con los rusos. En cambio buscan una alianza con los independentistas-nacionalistas ucranianos liderados por Petliura, también en lucha contra los gente de izquierdas.
Lenin y Trostky entienden, a despecho de la Declaración inicial de 1917, que la revolución rusa necesitaba enlazar con la incipiente revolución alemana y que ello sería una etapa en la conquista primero de Europa y luego del derrumbe del capitalismo a nivel mundial.
El Ejército Rojo invade Polonia, pero sorpresivamente es derrotado cuando estaba llegando a Varsovia.
es.wikipedia.org
Se pueden señalar varios factores en esa derrota, quizá la principal fue que la mayoría de los polacos eran muy nacionalistas y veían a los rusos como sus enemigos tradicionales, por lo que les resbalaban los discursos internacionalistas venidos de labios rusos.
Pero Trotsky Y Tujachevski--su segundo-- también echaron parte de la culpa a Stalin, que no estaba dispuesto a seguir las órdenes de Trotsky y prefirío maniobrar por su cuenta, desbaratando así en parte el operativo. Más tarde Stalin, molesto por las críticas recibidas, ajustaría cuentas a lo grande: A Trotsky (1940), a Tujachevski (1937) y a los polacos (Katyn, 1940).
Hay una película al respecto. Aunque a mí me parece bastante mala, buscando ridiculizar excesivamente a los soviéticos, a mi modo de ver, por lo que a menudo parece más cómica que trágica.
Se le suman numerosos soldados y marineros, ansiosos de paz y de volver a sus casas tras la desastrosa guerra iniciada por el zar y continuada por el gobierno socialista-liberal de Kerenski. También gran parte del proletariado de esas ciudades apoya al principio a los gente de izquierdas, aspiran a ser algo más que peones que explotar, la vanguardia de una nueva y más justa Humanidad, como les han prometido.
Lenin ha dicho Todo el poder a los soviets, que son asambleas obreras de base, en contraposición al Parlamento o Duma que querían implantar los liberales y socialistas moderados, siguiendo el modelo de las "democracias" occidentales.
La fuerza de las revoluciones es la esperanza, el deseo de tener un horizonte más amplio, de ampliar el campo de lo posible. La fuerza de los bolcheviques fue prometer un vuelco en la vida capaz de sacudir las limitaciones del presente.
Una de las primeras iniciativas de los bolcheviques en el poder, fue cambiar el nombre oficial de su Partido, de Partido Social Demócrata Ruso a Partido Comunista, para diferenciarse de los socialistas moderados que pretendían avanzar cogidos de la mano de los sectores supuestamente "progresistas" de la burguesía.
Otra de sus iniciativas fue una declaración sorprendente: la Declaración de los Derechos de los Pueblos de Rusia, que reconocía sobre el papel el derecho de autodeterminación, incluyendo la secesión,
de partes de lo que hasta entonces ha sido el Imperio Ruso.
El problema es que chocaba con el anhelo internacionalista de extender la revolución a nivel mundial.
Pronto en Ucrania, en Georgia, en Polonia, en Finlandia surgen iniciativas para formar Estados independientes.
Por otro lado, en Alemania, espoleados por derrota en la 1GM, también están surgiendo soviets de obreros y soldados que quieren enlazar su revuelta con la rusa, siendo especialmente notable por ejemplo la liderada por el grupo espartaquista de Rosa Luxemburg y Karl Liebnechkt en Berlín.
El problema lo constituyen ahora los polacos, liderados por Josef Pilsudski, que están por el medio y que no quieren de ningún modo hacer causa común, es decir comunismo, con los rusos. En cambio buscan una alianza con los independentistas-nacionalistas ucranianos liderados por Petliura, también en lucha contra los gente de izquierdas.
Lenin y Trostky entienden, a despecho de la Declaración inicial de 1917, que la revolución rusa necesitaba enlazar con la incipiente revolución alemana y que ello sería una etapa en la conquista primero de Europa y luego del derrumbe del capitalismo a nivel mundial.
El Ejército Rojo invade Polonia, pero sorpresivamente es derrotado cuando estaba llegando a Varsovia.
Guerra polaco-soviética - Wikipedia, la enciclopedia libre
Se pueden señalar varios factores en esa derrota, quizá la principal fue que la mayoría de los polacos eran muy nacionalistas y veían a los rusos como sus enemigos tradicionales, por lo que les resbalaban los discursos internacionalistas venidos de labios rusos.
Pero Trotsky Y Tujachevski--su segundo-- también echaron parte de la culpa a Stalin, que no estaba dispuesto a seguir las órdenes de Trotsky y prefirío maniobrar por su cuenta, desbaratando así en parte el operativo. Más tarde Stalin, molesto por las críticas recibidas, ajustaría cuentas a lo grande: A Trotsky (1940), a Tujachevski (1937) y a los polacos (Katyn, 1940).
Hay una película al respecto. Aunque a mí me parece bastante mala, buscando ridiculizar excesivamente a los soviéticos, a mi modo de ver, por lo que a menudo parece más cómica que trágica.
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