Jose Tomás y la ética del samurai

Hontanares

Himbersor
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Soy plenamente consciente de posibles controversias y tabús, así que hago aclaraciones varias. Abro el hilo en esta sección del foro por los siguientes motivos:

-El “fenómeno” Jose Tomás se ha convertido con el tiempo en un torbellino que trasciende más allá del -ahora encerrado en sí mismo- mundo de los toros, como en su día lo fueron Manolete o Belmonte, generando ríos de tinta que ya no tratan exclusivamente de veleidades puramente estéticas; muchos comentarios en la calle hablan ya de la figura como leyenda viva, valorando que en cualquier momento esta personalidad pronto pasará a la historia dejando de hacer acto de presencia, debido a su extrema temeridad en los ruedos.

-En esta sección del foro he observado que el nivel de conocimientos históricos es lo suficientemente elevado, tanto como para servir a sus participantes de banderilla contra el bichito animalista, tras*mitido por zombies con los sesos deformados por la hegemonía de pensamiento anglosajón -no el del añorado Hemingway, por desgracia- , y que las más de las veces se comportan como inanes sin juicio propio ante cualquier debate relacionado, dedicándose a espetar consignas propias de autómatas con la única intención de secuestrar la discusión por las bravas y terminarla con su pretendida superioridad jovenlandesal. Aquí tengo algunas esperanzas, y ganas de aprender de las opiniones de aquellos a los que le interese mínimamente el asunto.

-Los zombies serán convenientemente ignorados como en la vida real. Había tauromaquia antes de que nacer vosotros y la seguirá habiendo cuando os vayáis con vuestra moda pasajera a la cripta de nuevo. Es mejor que lo vayais asimilando de cara a evitar frustraciones perennes que no se resuelven.




Jose Tomás, el toreo metafisico

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Escribir sobre José Tomás es un serio problema. Su tauromaquia no cuenta con ninguna referencia anterior, pese a las notables influencias que su toreo tiene: el estoicismo de Manolete, el sitio de Lorenzo Garza, el impávido o inhumano valor de Diego Puerta...y sin embargo, todos ellos se distancian de Tomás hasta un punto donde el pase natural de nuestro torero en cuestión es un imposible físico: la ruptura del cánon de Belmonte, donde el toro no pasa en derredor, sino a través. Un estremecimiento metafísico.

Valga hacer un memorial de agravios: se le considera un torero sin mando, con codilleo; que participa en el trapazo, en el tremendismo serio de mancharse el traje.Algunos le acusan de ser un samurai, un suicida que traza el 7 del seppuku, pero toreando. Se le pone en solfa al vender su toreo a precios exorbitantes y en sitios exclusivos prestos a la manipulación. También, y por extensión de lo anterior, se le acusa de tener el poder de llenar cualquier plaza del mundo, y no hacerlo con las más necesitadas. José Tomás, el único que llenaba la Monumental de Barcelona, el torero más grande de la posmodernidad, se esté o no de acuerdo.

En mi personal opinión, el toreo de Tomás me parece metafísico; metafísica por cuanto su tauromaquia es capaz de tras*mitir, como ninguna otra, una sensación de fin y belleza, todo inmediato, todo ofrecido. La fin es un campo que no experimentamos propiamente: tras la fin cerebral y la nada, hemos dejado de percibir el mundo, pues la fin no es el mundo, ni está en él. Esa imposibilidad de conocer la fin, de vivirla, solo puede romperse con el ritual; tras la misa latina, y algunos rituales de interés etnográfico en comunidades remotas, no conocemos a la fin más que como una molesta irrupción en nuestra vida cotidiana, capaz de perturbar con el dolor de la desaparición de un ser querido, o la violencia; la modernidad ha perdido entonces la capacidad de 'vivenciar' la fin más allá de todo rasgo doloroso y social; pero necesitamos otra cosa; sin perder de vista, la fin como experiencia pura. Sin embargo, occidente solo cuenta con la tauromaquia para la intromisión de la fin en la vida. Tomás es quien más llega tras ese muro, con su torero que en cada pase es fin y emoción, y una caracterización de la valentía, la más grande. Por eso Viard dice que su tauromaquia es un "sobresalto místico y ético", y tiene toda la razón.

Pero aquella suciedad manchada, aquella acusación sobre "no saber torear", es terriblemente imprecisa. Es entonces cuando recordamos su primera puerta grande en Madrid con este corto toro de Alcurrucén, la primera de 7: una total y absoluta cátedra de toreo al natural, esto es, de tauromaquia clásica y pura:

https://www.youtube.com/watch?v=pMPxg2mkkAY&channel=chicuelina0



¿Cómo puede lanzarse una acusación de incapacidad técnica sobre José Tomás, después de este puño en la mesa del toreo contemporáneo? La resurreción del toreo clásico, en una línea que iniciara Ortega, y siguiera Bienvenida, Antoñete, Rincón...Todo ese toreo clásico y puro, por extensión el más difícil de practicar, reivindicado en esta faena. Tomás sabe torear.

Luego conoceríamos al torero maduro, pasado por el tamiz de la experiencia, y la saludable influencia de un apoderado, Antonio Corbacho, quien lo inició en la ética y la mentalidad de los samurais, en la obsesiva reiteración de los pases y lances proyectados desde un estado interior, en la renuncia del Yo...en fin, en una forma de espiritualidad con la fin, reflejada a la perfección en el filme catalán El Brau Blau, donde una persona se obsesiona con el toreo de José Tomás, e inicia un camino interior hacia la faena y la fin. De ese filme, se desprenden unas palabras de Belmonte superpuestas a unas de Takuan y luego el mismo torero; todo es casi poesía:


Dijo Juan Belmonte:

"Tan pronto como el toro salió, fui a él

y al tercer pase oí el clamor

de la multitud puesta en pie.

¿Qué había hecho?

Al instante me olvidé del público,

de los otros toreros, de mí mismo...

...en incluso del toro.

Comencé a torear como lo había hecho

tan frecuentemente en los corrales

y en las dehesas,

con la misma precisión

que si hubiera estado trazando

un dibujo en una pizarra..."

"La espada no tiene voluntad propia,

no es sino vacuidad.

Es como el destello de un relámpago.

El hombre que está a punto

de ser abatido es también vacuidad

y lo mismo el que maneja la espada.

Como son vacuidad, el hombre

que golpea no es un hombre,

la espada en sus manos

no es una espada,

y el "yo"

que está a punto de ser abatido

es como el corte

de la brisa primaveral

en el destello de un relámpago.

Cuando la mente no se fija,

la espada que se blande

es como el soplo del viento.

El viento no es consciente de sí,

cuando sopla sobre los árboles

hace estragos en ellos.

Así ocurre con la espada."


Maestro Takuan, siglo XVll.

Dijo José Tomas:

"El valor es dejar dormir la mente

para que el espíritu

toree con libertad."

No evadas la forma.

Repite hasta la saciedad.

Tienes que librarte del peso.

Tienes que sentirlo todo

sin tener nada.

Esa es la esencia del toreo interior.

Absoluta mismidad.

Un ritual pleno y cerrado.

Un lugar para perderse.






Entonces inauguramos la época donde José Tomás demostrará un valor inhumano en los ruedos: a su sitio, totalmente cruzado, estoico, quieto, vertical y cercano a la cruz del toro, hay que añadirle una condición inusual para reponerse y quedarse en pie tras la cornada. Si bien es cierto que todos los toreros están hechos de otra pasta, y todos están dispuestos a brindarnos un testimonio de cómo torear con el cuerpo atravesado por una cornada, también es verdad que en Tomás esto parte del concepto ético de su tauromaquia: su sitio es el más expuesto, torea donde nadie, y por ello, debe cambiar toreo por cornada, y cornada por toreo. Las acusaciones sobre sus errores técnicos acaso obvien este principio: la tauromaquia de José Tomás es evidenciar al máximo la posibilidad de la cornada, la oportunidad y el honor del toro,y cambiar esto por toreo, en el filo preciso de la fin. Quizá por ello su tauromaquia, que he dicho metafísica, sea la más poderosa en la tras*misión de la sensación de la fin.




Recordemos esta corrida en Madrid, donde cortó 3 orejas, pero también sufrió 3 cornadas durísimas en sus muslos. El primer toro, de El Puerto de San Lorenzo, rajado en tablas y apretando hacia adentro, pero el torero obviando la existencia de la tabla, en una faena de complicaciones técnicas. Su segundo toro, con tras*misión y recorrido, y Tomás con la pierna perforada, pero haciendo un toreo de distintos registros -colocación de frente, de perfil absolutamente cruzado, manoletinas de escándalo, una estocada pura que valió cornada-:


https://www.youtube.com/watch?v=hq-EuoIgJqo&channel=compedro



Es el José Tomás de la impureza estética, pero de la ética pura, que quizá pueda ser explicada en este feliz aparte de la nota luctuosa sobre la fin de su apoderado y mentor, el maestro Antonio Corbacho:

"Corbacho aplicaba al mundo del toro el ‘Bushido’ y los códigos de comportamiento de los guerreros japoneses. Se acercó a aquel mundo a través de Michael Von der Goltz, un amigo suyo novillero y barón alemán con el que entraba en los cines a ver películas de Kurosawa después de beber sake. A partir de ese momento, el apoderado, que resultó un estudioso de autores como Confucio y Anácletas, depuró un código mental, unas reglas radicales de comportamiento que influyeron en sus pupilos. «El toreo tiene que ver mucho con aquel mundo de honor del samurai, de compromiso vital, de aceptación de la propia fin». Una parte importante de esas teorías se vieron en los toreros que forjó y en su capacidad para el sacrificio en la plaza, «algo incomprensible hoy en día, en una sociedad en la que la gente se cree con todos los derechos y ninguna obligación»."

¿Y la estética de José Tomás? La pregunta peca de palmaria, pues, ¿qué sería de un torero moderno, tras la revolución de Belmonte y Chicuelo, si no tuviera estética al torear? Cuando en José Tomás la carga ética y dramática logra conciliarse con su técnica, su pureza, y su forma de torear plena de tras*misión, surge su estética. Resulta de sumo interés esta corrida en Madrid, con toros enclasados de Victoriano del Río -el último con un galope encastado-, toros con la embestida y la cabeza suelta, esto es, con dificultades técnicas, pero a los que José Tomás les receta un concepto de toreo por abajo y 'semidefrente' exquisito. En el tercer video se ve al toro rozar la taleguilla en el inicio de la faena por estatuarios; cabe recordar que el estatuario, también conocido como Pase del Celeste Imperio para denotar su engaño, en José Tomás no es engaño: solo él ha podido pegarle un trincherazo a un toro que arranca atrás de la cadera, y solo él ha podido rematarlo en la pala contraria, como si el toro hubiese atravesado al torero: el pase ha sido absolutamente toreado. Cortó 4 orejas:

https://www.youtube.com/watch?v=4lKIqzeWX3k&channel=Forotoros

https://www.youtube.com/watch?v=l0QVA9m4QsY&channel=Forotoros




Esta es pues la estética de Tomás: verticalidad pero con verdad, impresionismo, que no tremendismo; ética total en la danza con la fin, valor y nuevamente valor, y si me apuran, una ruptura del cánon de Belmonte, una trascendencia del cánon del toreo moderno. La espada sin mentiras:


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Y sin embargo, sigo insistiendo en que escribir sobre José Tomás es un serio problema, como seria es la fin, y todo lo que sobre ella trata. Luego José Tomás se irá diluyendo, toreando a cuenta gotas cada año-agitando profundamente las aguas de la tauromaquia cuando aparece en el ruedo-, buscando la perfección a costa de toda esta voluntad de no hacer una temporada decente, cosa que lo enemista con un gran sector de la afición. El torero que pasaba 14 horas frente a un espejo de gimnasio haciendo el mismo lance de capote, no ha aparecido en el 2013, y el año anterior solo hizo 3 paseíllos en ruedos convencionales. Conmocionó profundamente al mundo taurino en el 2012 con una encerrona en Nimes que tocó la perfección en algunos apartes, incluido el indulto de un toro que llamaron Ingrato, pese a llamarse Vándalo. En este punto me da igual la reiteración sobre lo manipulado; lo que advierto es un torero de pasos y pases medidos con perfección geométrica, y toreo al natural con la mano derecha, con la muleta asida a la manera de Antoñete.


https://www.youtube.com/watch?v=iwUA6OZrVZc&list=UUUUnJbZX1aAjWjLDMO8s2qg&channel=angeltoal82
 
Un malo que maltrata, hiere y asesina a un animal hervíboro.

Escribo HERVÍBORO, no carníboro. Un toro no va a atacarte. Pensad por qué el toro entra en la plaza encabronado y queriendo apiolar a quien pille.... (pensad qué le hacen en los testículos para que se encabrite y salga así).

UN malo. EL TOREO NO ES ARTE. ES UNA DEGENERACIÓN.
 
Última edición:
Un malo que maltrata, hiere y asesina a un animal hervíboro.

Escribo HERVÍBORO, no carníboro. Un toro no va a atacarte. Pensad por qué el toro entra en la plaza encabronado y queriendo apiolar a quien pille.... (pensad qué le hacen en los testículos para que se encabrite y salga así).

UN malo. EL TOREO NO ES ARTE. ES UNA DEGENERACIÓN.
Que toree a su querida progenitora que así de mal le educó!!


Los toreros son asesinos. El toreo a fin es una salvajada que debería estar prohibida. El toro es torturado.

Pero el toreo es un arte. Y José Tomás un genio con los huevones de titanio. Y punto.
 
Sin entrar en debate con los animalistas, diré que JT es el paradigma del héroe clásico. A través de una tauromaquia insólita, representa el anhelo de perfección de los valores clásicos, mostrando en su ejercicio un desprecio de fin que lo convierte en un mito. Lástima que en estos tiempos de tanta vulgaridad y borreguismo, JT no reciba el reconocimiento que merece un artista (en el sentido mas pleno del término) de importancia histórica. Sólo en Francia (será verdad lo de la excepción cultural) ha recibido una consideración acorde con su mérito.
 
Soy un hombre de mente abierta y muy tolerante.

Desde mi desconocimiento del "arte" del toreo reconozco que la valentía de este torero es digna de mención. Pero no puedo considerar, de ninguna manera ARTE al maltrato de un animal.

Tal vez si en lugar de un toro fuese un diputado/a del Congreso me emocionaría al ver tan noble arte del toreo. Pero me temo que aún no es así en este bello país.
 
No tengo gran idea de toros, no me llaman la atención, pero creo que puede ser interesante el hilo. Luego lo leo, que te lo has currado.
 
Soy un hombre de mente abierta y muy tolerante.

Desde mi desconocimiento del "arte" del toreo reconozco que la valentía de este torero es digna de mención. Pero no puedo considerar, de ninguna manera ARTE al maltrato de un animal.

Tal vez si en lugar de un toro fuese un diputado/a del Congreso me emocionaría al ver tan noble arte del toreo. Pero me temo que aún no es así en este bello país.

Se agradece el tono más moderado de tu mensaje (poco habitual con este tema). En la tauromaquia, desde luego, hay un sacrificio animal, pero no una "intención" de maltrato. La lidia y fin del toro es una exigencia para que el toreo no sea un simulacro y el lidiador se enfrente realmente a la fin.
Sobre la atribución al toro de lidia, y en general a los animales, de ciertos rasgos humanos, habría mucho que hablar. Esto no quiere decir que se pueda hacer cualquier cosa con los animales, pero sí que ciertas necesidades tanto materiales, como culturales-espirituales pueden justificar su sacrificio.
 
Asur los hipopótamos también son vegetarianos pero causan más muertes en África que el resto de animales.


Por lo demás no soy aficionado pero se agradecen estos hilos tan políticamente incorrectos.
 
Se agradecen comentarios como los vuestros, Tmax y SinPrisas. Igual sale de este hilo una buena faena. Gulpiyuri, no soy yo el autor de tan magnífico artículo, echa un vistazo al enlace y encontrarás mucho más de varios entendidos de verdad.

Os lanzo un par de preguntas:

-¿Habéis tenido el enorme privilegio de ver torear en vivo al dios de piedra de Galapagar, tal y como él muchas veces desearía que la afición lo hiciese, en vez de televisado?

-Algunos entendidos sitúan la figura de JT como un matador único, último de una estirpe dentro del toreo clásico sin solución de continuidad, y otros consideran que ha abierto nuevas puertas para crear escuela, quizás marcada por una excesiva quietud, verticalidad impuesta, retazos de Manolete… y terminar de una vez por todas con el llamado toreo postmoderno, caracterizado por la lejanía al toro y a la afición por demasiados años ya. ¿Cuál es vuestra postura en esto?

Referente a una temida eventual prohibición, me gustaría daros ánimos: aunque pinten bastos económicamente y la situación no parezca demasiado halagüeña en lo social (mucho ruido de red social, más que otra cosa, en la calle son pocos), hay en marcha una estudiada propuesta conjunta de protección para presentarla ante la unesco y que la valoren por parte de España, Francia y varios países hispanoamericanos, mientras a nivel país -que yo sepa-, en México, Colombia y España oficialmente ya cuentan con calificación de Patrimonio Cultural, y la cría del toro de lidia otro tanto de lo mismo. Que es análoga a la de Patrimonio Medioambiental.
 
Si tan seguro estás de tus argumentos, cuando quieras te llevo a una finca de bravo, te dejo elegir cercado entre erales, novillos y toros. Y nos metemos los dos en el cercado, de unas 2 o 3 hectáreas, con el ganado suelto y pastando,y nos damos un tranquilo paseo disfrutando de ese magnífico ecosistema que es la dehesa. El que antes salga corriendo paga la cena.
:no:ehhh:bla::pinocho:

Cuándo quieras, ingenuo!:p

https://www.youtube.com/watch?v=YCX5X7OuV0o

https://semillasysalud.wordpress.co...-tortura-un-ejemplo-iniciado-por-su-cuidador/
 
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