Los predadores o yautjas son unos seres de comics y películas. Tienen un código de honor que no pueden romper ni de forma accidental.
La primera regla de su código es que la presa tiene que ser digna de ser cazada. Porque si no el trofeo no valdría nada. Para ser digna tiene que ser capaz hasta de apiolar al predador. Asesinar niños, hombres enfermos, mujeres embarazadas o ancianos sería una deshonra. Solo cazan a hombres armados, entrenados, sanos, en la flor de la edad y además alertas ante el peligro.
La segunda regla es que cuanta menos tecnología, trampas y tretas se utilicen al salir de caza, más valioso es el trofeo. Los cazadores deben permitir e incluso alentar que sus presas puedan prepararse y luchar por sus vidas. Una buena presa es la que está preparada para la lucha. Y una presa ideal es la que demanda combate cuerpo a cuerpo. En este caso el predador está obligado a luchar en la misma condición que su adversario.
La quinta regla es el respeto a las presas que sobreviven a la cacería. Ya nadie puede cazarlos.
La décima regla es que los que rompan alguna regla son fieras y pasarán a ser presas de cazadores honorables. Solo si el que infringe las normas es un cazador totalmente inexperto se permite una excepción a esta norma.