Roswell
No seas membrillo
Franco asumió el mando de un país dividido y devastado por la guerra y lo llevó a ser la octava potencia mundial, pero dejó a ese país sumido en la incultura política más absoluta, con una fé ciega en el Estado, creyendo que los gobernantes eran buenos por el mero hecho de ser gobernantes y que iban a ser tan benevolentes como él.
Y de aquellos polvos, estos lodos.
Y de aquellos polvos, estos lodos.
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