Hilo oficial del SIDA MAGNETICO y Vídeos de LA QUINTA COLUMNA


bg7kyr
Este vídeo sigue ahí... 5 meses ya... fruta IA, ¡ji ji ji!... Comparte, Chimpli:

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Última edición:
Ricardo Delgado: «A pesar de la evidencia, lo siguen negando»
Entrevista a Ricardo Delgado, bioestadístico, fundador y director de La Quinta Columna

Magdalena del Amo 04 Abr 2023 - 13:05 CET​
Ricardo Delgado: A pesar de la evidencia, lo siguen negando

Archivado en: Opinión
Miles de personas, unas en directo en la ciudad de Sevilla y otras por streaming en el resto del mundo han podido contemplar en el microscopio el contenido de las banderillas, mantenido en secreto como cualquier arma de guerra. Se realizó este evento justo en el tercer aniversario de este periodo de distopía que han denominado esa época en el 2020 de la que yo le hablo, causada por un bichito malo y contagioso que no existe, olas y variantes que tampoco, y sí, en cambio, miles de antenas irradiando los cuerpos humanos inocentes, víctimas de la gran mentira del sistema, inoculados con una sustancia llamada banderilla que contiene óxido de grafeno reducido, un nanomaterial que está marcando el futuro de la humanidad en su camino hacia el tras*humanismo. Ricardo Delgado ha tenido a bien concedernos esta entrevista, que esperamos pueda aclarar algunas dudas a nuestros lectores.
Magdalena del Amo: Al principio de esta situación llamada esa época en el 2020 de la que yo le hablo, usted, como tantas otras personas, creyó que la causa era un bichito muy contagioso, y que la respuesta nos vendría a través de los biólogos. De hecho, ellos empezaron a alertar sobre el ARNm y la proteína spike. ¿Cuándo se dio cuenta de que había que cambiar el foco, que la verdad estaba en otro lado?
Ricardo Delgado: Nos dimos cuenta de que las respuestas directas solo podrían venir de un sitio: la observación directa mediante el análisis de las «banderillas». La medicina y la biología apenas podían explicar los daños, porque desconocían la verdadera causa que los originaba. Sin embargo, disciplinas como la epidemiología nos daba las claves. Esto quedaba constatado con el hecho de que la «enfermedad de moda» y los primeros casos de lo que llamaban «cobi19» se registraron en la ciudad china de Wuhan, a partir del 30 de noviembre de 2019; justamente, la primera ciudad del mundo elegida en tiempo y lugar para el encendido tecnológico de la red 5G.
A día de hoy, sabemos por el análisis pionero de los inyectables, realizados por La Quinta Columna y otros que tuvieron lugar más adelante, así como los efectuados en otras partes del mundo, que NO existe material biológico en las muestras. Evidentemente, tanto la plataforma ARNm como la afectación de la famosa proteina espiga solo eran cortinas de humo para desviar la investigación de todo aquel que analizara, in situ, las «banderillas».
Cuando el grafeno inoculado y etiquetado como «banderilla» entra en contacto con la sangre, genera la formación de una corona biomolecular proteica. La función de esta corona de proteinas es proteger a nuestra biología de la introducción del material extraño para hacerlo pasar inadvertido. Sin embargo, determinados colectivos la etiquetan como tóxica y la relacionan con la proteina pico o spike. Una vez más, con la única intención de desviar el foco del origen de todo daño en la biología, puesto que el mal viene originado por la causa –el grafeno— y no por su consecuencia –la corona de proteinas—.
M. del A.: Presuponiendo que la gran mayoría de los lectores se acerca a esta información por primera vez, me gustaría ir desgranando los puntos más importantes sobre la situación que estamos viviendo y, en concreto, sobre el contenido de las «banderillas». Lo que han descubierto en La Quinta Columna es alarmante. ¿Cómo han llegado a estas conclusiones y en qué se basan?
R. D.: Nos basamos en la evidencia corroborada a través de la observación, en el principio rector del método científico, en el uso de herramientas científicamente validadas para conocer y caracterizar aquello que observamos. Nuestra investigación ha sido corroborada en diferentes partes del mundo, lo cual nos ha permitido establecer un modelo predictivo que nos facilitó incluso adelantarnos a lo que iba a suceder.
M. del A.: Han encontrado óxido de grafeno reducido en los viales; sin embargo, muchos dudan y otros lo niegan. ¿Por qué esto se ha convertido en un tema tabú?
R. D.: La evidencia de la existencia de óxido de grafeno reducido en los inóculos es clara y, además, ha sido corroborada en otras partes del mundo mediante distintos tipos de caracterización, como son: la microscopía óptica en campo claro y oscuro, electrónica SEM Y TEM, pruebas de compatibilidad de absorbancia ultravioleta, difracción de Rayos X, comparación óptica con imágenes del patrón, técnicas de fluorescencia y, sobre todo, caracterización por vibración RAMAN a través de barrido de electrones, ofreciendo la vibración RAMAN o los picos característicos del óxido de grafeno reducido.
M. del A.: Todo esto es muy técnico y tendríamos que hacer un curso para entenderlo; pero vayamos a lo práctico: estamos ante un material cuasi mágico, desconocido hasta hace poco, dotado de características espectaculares. ¿Cuáles son estas caulidades?
R. D.: Cuando revisamos la toxicidad o presunta biocompatibilidad del material en la biología humana, la literatura científica también es muy clara. El grafeno o sus derivados, como el óxido de grafeno reducido, posee propiedades intrínsecas, entre ellas, es superconductor, magnético en contacto con células vivas, piezoeléctrico, alta capacitancia, radiomodulable, flexible y tras*parente.
Su capacidad superconductora explica su afinidad por órganos eminentemente eléctricos, como el sistema cardíaco y el sistema nervioso central, léase neuronas y médula espinal.
En función del magnetismo adquirido en contacto con moléculas orgánicas, se explica el fenómeno magnético aparecido en las personas inoculadas con el material.
Debido a su cualidad piezoeléctrica, se explica la excitación del material para generar electricidad bajo cualquier presión, ya sea acústica, presión del peso del agua u otras.
La capacitancia del material es tal que, actualmente, se usa para la construcción de baterías de última generación. Esta cualidad hace que pueda condensar la energía obtenida de focos externos. Esto, unido a estar presente en órganos vitales como el corazón, hace que esas descargas electricas que el material condensa puedan interrumpir el tejido de conducción eléctrica cardíaco, generando arritmias y los clásicos desvanecimientos (por falta de irrigación sanguínea cerebral) que, en muchos casos, acaban en fin súbita.
El hecho de que este material sea radiomodulable indica claramente que se excita mediante microondas. En definitiva, actúa como amplificador o catalizador de las señales de radiación electromagnética, como la actual 5G. Su extraordinaria dureza –200 veces más duro que el acero— hace que nuestra biología opte por expulsarlo en lugar de degradarlo.
M. del A.: Amplíenos sobre la toxicidad del óxido de grafeno, sustanciado en los múltiples daños que produce en el organismo, curiosamente los mismos atribuidos a la el bichito.
R. D.: Debo resaltar que todos deberíamos entender que este metamaterial extraño a la biología no puede ser inocuo dentro de la misma. En primer lugar, el sistema inmune lo maneja como si se tratase de un patógeno. Dependiendo de su vía de entrada en la biología, su toxicidad es relativa.
M. del A.: ¿Qué quiere decir exactamente?
R. D.: Cuando el óxido de grafeno penetra en nuestra biología por vía intramuscular, el sistema inmune actúa frente a él con una malla de neutrófilos y globulos blancos. Cuando se encuentra en el pulmón, que es una de las vías de eliminación, es atacado por enzimas como la mieloperoxidasa. En contacto con la sangre, es envuelto por una corona proteica llamada corona biológica o corona de biodistribución molecular. La función de estas proteínas estructurales es envolverlo para hacerlo pasar inadvertido a la biología humana por su alta toxicidad.
El óxido de grafeno es un coagulante y, de hecho, se usan esponjas de óxido de grafeno en tratamientos hemostáticos para cicatrizar heridas. La coagulación, además, facilita el efecto Rouleaux de la propia acción de microondas. (El efecto Rouleaux es un literal apilamiento de glóbulos gente de izquierdas [eritrocitos] y deformidad de los mismos que, actualmente, estamos viendo en la sangre de los inoculados mediante sesiones de microscopía óptica). Evidentemente, tras la coagulación, obtenemos, como consecuencia, todo tipo de trombogenicidad, que ha contribuido a tromboembolismos y accidentes cardiocerebro vasculares, además de accidentes isquémicos, ictus, infartos y otros trastornos.
Tambien hay que tener en cuenta la cualidad radiomodulable del óxido de grafeno. Amplificando la radiación de microondas de entrada, también amplificamos sus daños en el organismo.
M. del A.: ¿Cuál es la primera reacción del organismo ante la entrada de grafeno?
R. D.: El primer mecanismo de respuesta es la inflamación allá donde tenga paso el material por nuestra biología. Es por eso que se están viendo miocarditis, pericarditis, miopericarditis, inflamación pulmonar… Tiene igualmente paso por sistemas de depuración como el hígado y el riñón. En el hígado genera inflamación del mismo (hepatitis) y problemas importantes en el riñón –donde permanece durante bastante tiempo—, cuando filtra la sangre contaminada por el material. Asimismo, impregna el sistema nervioso central, por afinidad superconductora, donde altera el funcionamiento del mismo, generando parálisis de todo tipo. Inflama las neuronas dando lugar a diversos tipos de neuropatías, incluida la pérdida inicial de memoria, la falta de atención, niebla mental o dificultad para concentrarse.
Amplificando los daños de la radiación no ionizante de microondas, aumenta considerablemente el estrés oxidativo, lo cual contribuye al envejecimiento prematuro y a la aparición de diversos tipos de cáncer y tejidos tumorales.
En las células reproductoras –y según la propia literatura científica—, afecta a la motilidad y movilidad del esperma humano, reduciendo drásticamente la fertilidad masculina.
También tiene afectación a la regulación hormonal en mujeres, contribuyendo, en definitva, a su infertilidad y generando síndrome postmenopáusico.
M. del A.: Se entiende que no es lo mismo recibir una «banderilla» que cuatro, dado que el orgaismo va eliminando el grafeno.
R. D.: Así es. Los daños son directamente proporcionales al número de dosis y a la cantidad de radiación electromagnética que el material absorbe o la cantidad de exposición a microondas dirigidas que el inoculado recibe.
Todos estos daños y otros que no hemos mencionado, no solo son causa del exceso de mortalidad actual por estas patologías, sino que aparecen claramente identificados en la literatura científica desde hace años, cuando se revisa la citotoxicidad, genotoxicidad, biocompatibilidad y biodistribución del óxido de grafeno en la biología. Incluido el famoso «pulmón el bichito» que solo es una neumonitis o inflamación pulmonar, como una de las vías de eliminación del material, contribuyendo a las disneas –dificultad para respirar— y bronquiolitis que vemos a diario.
M. del A.: Y mientras la sociedad continuaba atemorizada por un bichito inexistente, publicitado por políticos y periodistas, La Quinta Columna, con usted a la cabeza, ya había descubierto al auténtico malo de esta trama.
R. D.: En efecto, La Quinta Columna descubrió y demostró este envenenamiento premeditado de toda la sociedad con óxido de grafeno reducido, mientras que las instituciones hablaban de un «cobi19» que, a día de hoy, nadie ha visto.
M. del A.: No cabe duda que estamos hablando de un hito importante, de un descubrimiento vital y trascendente, no solo para la humanidad del presente, sino para la del futuro en su tránsito al tras*humanismo. ¿Pero por qué esto no llega al conocimiento del gran público o, si llega, lo hace acompañado de cierto escepticismo?
R. D.: Las evidencias presentadas son conocidas por un gran número de personas en todo el mundo, pero sí es cierto que no han calado en la sociedad en la medida necesaria. Hemos demostrado que este material fue introducido masivamente en la campaña antigripal 2019, cuya población directa eran los mayores de las residencias o geriátricos, lo que contribuyó al gran exterminio de ancianos, que formó parte de lo que llamaron «primera ola».
Hemos demostrado asimismo que lo que han denominado «brotes» y «olas» no es más que la consecuencia de elevar la radiación ambiental mediante antenas de telefonía, cuyas microondas excitan el óxido de grafeno (radiomodulable) para generar más estrés oxidativo y, en definitiva, todos los daños vistos anteriormente en la biología. Y, a pesar de todo, gran parte de la sociedad sigue sin enterarse.
M. del A.: ¿Cree que es pura disonancia cognitiva o se trata de otra cosa? ¿Hay algo que se nos escapa?
R. D.: En mi opinión, existen factores importantes para que esta evidencia no haya salido a la luz por su propio peso, pero permítame que dejemos esto para el final.
M. del A.: Bien, como guste. Continuemos hablando del material: ¿Para qué introducen óxido de grafeno reducido en esa «cosa» que llaman banderilla?
MM-1.png

MM-2.png

MM-3.png

MM-4.png

MM-5.png

MM-6.png

MM-7.png

MM-8.png

MM-9.png

MM-10.png

MM-11.png

MM-12.png

MM-13.png

MM-14.png

MM-15.png
 
Volver