Iba yo caminando feliz y tranquilo por la ciudad cuando de repente se me acerca un pícaro mozuelo. Se interpuso en mi camino y, con esa habilidad que sólo los hombres de la calle poseen trabó un diálogo conmigo.
Me detengo aquí para señalar que en realidad yo venía ocupado en mis pensamientos y con pocas ganas de conversar con un extraño pero, quien haya estado en un zoco jovenlandés o se haya topado con algunos etnianos sabrá que el diálogo surge de algún modo mágico y desconocido.
- Payyyyooooo -lanzó con su particular acento-, que tengo bitcoins payo, que te los dejo baratitos.
No pude menos que sorprenderme y, debo confesar, tuve que anotar este hecho como un triunfo de muyuu y el Dr. elemento. Tal como ellos anunciaron cuando se vendieran bitcoins en la calle es que la madurez de este maravilloso "medio de pago" (que no es moneda recordemos) estaría demostrada, consolidada y probada como si mil hashes hubieran sido sumados en la cadena de verificación.
Apenas si atiné a balbucear:
- Pero... es que yo ni tengo un wallet aún !
- No importa payo. Que lo abrimos ahora mismo con una app que bajas el móvil y te llevas unos bitcoins nuevos y estupendos a precio de amigo.
Debo reconocer que la sorpresa por un lado y la habilidad extraordinaria de este vendedor callejero me tenían paralizado como si fuera un ratoncillo frente a una boa contrictor. Tratando de recuperarme lancé la típica pregunta defensiva:
- Y a qué precio tienes los bitcoins ?
- Essso payo, que asssi me gusta. Que vamos a ver cuánto cotiza que para eso está MtGox payo.
Con una rapidez endiablada movió sus dedos sobre el teclado de su móvil y, un bonito gráfico apareció en el mismo, dio vuelta la pantalla y con voz de triunfo exclamó:
- Vesss payo, que ya essstá en 81.
- 81 mortadelos verdes por un bitcoin !!! alcancé a decir mientras sin duda mi rostro se tras*figuraba.
- Si payo, pero no te hagas problemas que yo estoy aquí con una oportunidad de oro, que te dejo los bitcoins al mínimo de cotización del día que son $ 74.
- Por Dios!, eso es una oportunidad -no pude menos que reconocer- pero dónde está el truco aquí ?, cómo me va a dejar a $ 74 lo que está a $ 81 ?, acaso son bitcoins robados ?
- Que no payo, que no !, pero cómo te crees que yo que soy honesto voy a vender bitcoins robados !!, que estos son de la primera camada, de cuando minábamos con GPUs y la cosa salía barata. Que te estoy haciendo un favor porque mi hijo está enfermo y mi esposa tiene hambre payo, que si no los vendo en MtGox !!
Juro que la tentación estaba a punto de vencerme. Ya me imaginaba yo, acompañando en su riqueza a la elite bitcoinera del foro, sentado a la diestra de Dr. elemento, cerca de Demokratos y a la par de Muyuu y una sensación electrizante recorrió mi espalda.
Yo. Un humilde chico de barrio con bitcoins y consiguiendo a $ 74 lo que claramente vale $ 81, 91, 101 o lo que diga el mercado (como bien enseña Dr. elemento)... y si Chipre decidía adoptarlo como moneda y, en un pase mágico el bitcoin pasaba a $ 900 o más como se había dicho en el foro ?, y si eBay lo adoptaba como moneda y la cotización del bitcoin humillaba definitivamente a la de cualquier emporio financiero del Universo conocido ?
No podía perderme esta oportunidad!, tenía que dar ese paso!, sólo restaba una última comprobación y, casi al descuido y mientras dirigía mi mano a la billetera para sacar mis asquerosos y viles papeles pintados y recibir el favor de canjear esa sarama de celulosa falsa con la que el sistema nos engaña por el santo grial de las monedas se me ocurre preguntarle:
- Cuál fue el volumen operado en la jornada ?
Debo decir aquí que el rostro de mi interlocutor sufrió un cambio singular, duró apenas un segundo porque, sin duda con su entrenamiento de generaciones un pequeño percance en el proceso de venta es algo que sabría dominar y manejar con soltura pero, la sombra estuvo, pude percibirla, fue veloz y quizás hubiera pasado desapercibida para cualquier otro pero, tal vez por el modo en que luz del sol daba en su rostro, tal vez por esas cosas de la visión periférica... no sé, "algo" ocurrió.
Con un tono de voz casi sin modificaciones me dijo:
- Y para qué quieresss saber el volumen payo ?, esa es cossa de afeminados, lo que vale es el precio, el mercado es Diosssss...
Aunque, tal como dije su tono de voz apenas había variado lo cierto es que el hipnótico proceso que se vivía hasta el momento se rompió como el frágil cristal, "algo" olía mal.
Mi mano se alejó de la billetera -y pude advertir que ese detalle no escapó al hábil ojo de mi interlocutor- y mi voz, algo más firme ahora, repitió la pregunta:
- De veras. Quiero saber el volumen negociado. Te fijas en tu móvil o uso el mío ?
De algún modo percibí que sus emociones eran similares a los de una araña cuando advierte que la mosca acaba de liberarse de la tela... es como que la magia había muerto... la energía había desaparecido.
Con cierto tono de derrota me dijo mientras apartaba la vista:
- Que son 15.000 bitcoins payo!, cada día hay más demanda, mira el precio que es lo que importa $ 81, $ 81, eso, eso $ 81.
- Pero... pero si hay como 12 millones de bitcoins minados ?, cómo es posible que apenas se tras*en 15.000 para determinar el precio de 12 millones ?
- Pero a quién le importa el volumen payo ? -dijo ya con la aspereza de la gente violenta que ha estado fingiendo dulzura- el precio payo, lo que importa al mercado es el precio.
Me había perdido... nada era igual. Hasta en cierto modo me sentía triste y adolorido de que la magia hipnótica que nos había unido hasta ese momento ya no estuviera.
Para poder dar un fin elegante al momento y seguir mi camino, le dije con cierta dulzura y delicadeza:
- Sabes qué pasa ?, que existe un proceso llamado "escasez inducida" y que consiste en utilizar MUY POCAS UNIDADES de un activo a fin de lograr un alto precio. Pero la escasez inducida es una técnica espúrea, no determina un PRECIO REAL sino un PRECIO FICTICIO producto, justamente, de esa escasez que se simula.
Debo decir que mi intento fue malo o la personalidad real del personaje no era tan simpática como parecía. Mientras levantaba su dedo medio se alejó bruscamente diciéndo:
- Que te parta un rayyo payyo... qué te parta un rayyyo...
Fue un hecho extraño y singular. No podía menos que contarlo en el foro.