condimento
aliñando rutas everywhere
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Yo tampoco tengo nada de lobo de mar pero las cosas lógicas las capto como cualquiera.
Aquí el asunto ha sido de lo más informal, no necesitas calentarte la cabeza. Según explican los allegados el dueño del resort compró la barquita con la intención de usarla para recrear a los turistas, darse una vuelta por las islitas de alrededor. Pero como era una prueba piloto, la lancha de apenas 12 metros de eslora no iba equipada con nada para emergencias, sólo chalecos y apenas agua. Sí, llevaba dos motores, uno de ellos auxiliar, pero parece que no funcionó. De modo que se vino el drama cuando estuvieron a merced de las corrientes marinas. Esa parte de Borneo tiene precisamente multitud de pecios en el fondo del mar por las embarcaciones que perdieron su gobierno.
Parece por las informaciones que ambos en la pareja no son precisamente un par de gilipishas pero es ese tipo de casualidad en que te quedas a dos velas. El chaval solía llevar consigo GPS en cualquier excursión, lo que pasa es que esa situación se convierte en un drama a los pocos minutos. No tienes otra que ponerte el chaleco y tirarte al mar. Y claro, con los nervios viene la angustia y la desorganización.
La mala leche es que los vieron desde el aire en el agua pero las corrientes marinas se los llevaron para el mar de China. Y aunque el agua sea tropical no dejar de darte hipotermia, siempre chopado pierdes calorías, además del sobreesfuerzo por mantenerte a flote aunque tengas el chaleco.
Para mí se trata de una puñetera fatal casualidad, yo he hecho selva y montaña por Trópico y controlo bastante, pero también me he caído redolando por un barranco unos metros, o me he quedado sin agua. Yo que sé, la naturaleza es exigente con el aventurero, si se junta la mala fortuna, pues te la juegas. No hay que darle más vueltas.
Aquí el asunto ha sido de lo más informal, no necesitas calentarte la cabeza. Según explican los allegados el dueño del resort compró la barquita con la intención de usarla para recrear a los turistas, darse una vuelta por las islitas de alrededor. Pero como era una prueba piloto, la lancha de apenas 12 metros de eslora no iba equipada con nada para emergencias, sólo chalecos y apenas agua. Sí, llevaba dos motores, uno de ellos auxiliar, pero parece que no funcionó. De modo que se vino el drama cuando estuvieron a merced de las corrientes marinas. Esa parte de Borneo tiene precisamente multitud de pecios en el fondo del mar por las embarcaciones que perdieron su gobierno.
Parece por las informaciones que ambos en la pareja no son precisamente un par de gilipishas pero es ese tipo de casualidad en que te quedas a dos velas. El chaval solía llevar consigo GPS en cualquier excursión, lo que pasa es que esa situación se convierte en un drama a los pocos minutos. No tienes otra que ponerte el chaleco y tirarte al mar. Y claro, con los nervios viene la angustia y la desorganización.
La mala leche es que los vieron desde el aire en el agua pero las corrientes marinas se los llevaron para el mar de China. Y aunque el agua sea tropical no dejar de darte hipotermia, siempre chopado pierdes calorías, además del sobreesfuerzo por mantenerte a flote aunque tengas el chaleco.
Para mí se trata de una puñetera fatal casualidad, yo he hecho selva y montaña por Trópico y controlo bastante, pero también me he caído redolando por un barranco unos metros, o me he quedado sin agua. Yo que sé, la naturaleza es exigente con el aventurero, si se junta la mala fortuna, pues te la juegas. No hay que darle más vueltas.