Buenos días.
Hoy, en "historias raras de la portera" tenemos:
EL EXTRAÑO CASO DEL ESCRITOR ATACADO EN UNA CUNETA.
¿Carlos Ruiz Zafrón con lentillas pillado en la sección de cervezas de Mercadona? ¡No! La foto corresponde a Raymond Dolin, escritor de Virginia que viajaba por todo su pais promocionando un libro del que era autor.
El señor Dolin se encontraba haciendo autoestop en Montana (sí, no me pregunteis, pero parece que en Montana les dan algo raro raro con la comida, se vuelven todos un poco majaras y les da por hacer cosas raras al llegar a las autopistas) cuando al parecer se acercó un desconocido en una camioneta marrón, le disparó en un brazo y salió huyendo (oigan, igual es un fan desencantado por el final del ultimo libro, o le pareció cara la ultima edición o lo confundió -oh, dios mio- con el auténtico Carlos Ruiz, que dios guarde muchos años y esconda el word del ordenador a buen recaudo). El caso es que lo llevaron a un hospital y la polícía, después de que el escritor diera una descripción bastante vaga del agresor, detuvo a este hombre:
Como autor de un delito mayor de asalto. El caso adquirió cierta relevancia porque precisamente el libro que Dolin estaba promocionando era "La amabilidad en los Estados Unidos", lo que si miramos bien el suceso no deja de tener su gracia chunga :cook:.
Pero poco después, la historia dió un vuelco bastante sorpresivo. La policía detecto algunas incongruencias en la historia y cuando fue al hospital a confirmar el relato, el escritor se derrumbó y confesó que él mismo se había disparado, en un intento de promocionar su libro y aumentar las ventas. Vamos, sí lo más normal del mundo: te disparas en un brazo y la gente te compra un libro... para ver a un escritor... manco :
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(Lo dicho, si vais a Montana, cuidadito porque tiene que haber una especie de algo que funde las neuronas operativas. Y si sólo tienes un par como el pavo este...)
Bueno, como final cuasi feliz, ya se le ha informado al ex presunto autor del disparo (que oigan, mala suerte vivir por ahi y tener una camioneta marrón) que le han librado de todos los cargos de agresión. Lamentablemente no puede ir a celebrarlo con unas cervezas, porque cuando lo detuvieron estaba conduciendo su camioneta marrón... más borracho que una cuba.
Ignoro lo que le pasará ahora al imaginativo -y lerdo- escritor, pero por su bien deberían prohibirle el acceso a ordenadores, maquinas de escribir, armas de fuego y programas de sucesos. Y a Montana
