JoseII
Madmaxista
Pues si el mundo, rpomocionando que las mujers viajen solas,..que guay, y con lo empoderadas que estan como nbo podía ser menos...., venga todas a viajar solas por donde la vida de una mujer vale menos que la de una cabra.
Venga guapisimas
Viajar sola: una tendencia en alza que revolucionará tu vida | Lifestyle | EL MUNDO
Viajar sola: una tendencia en alza que revolucionará tu vida (y tanto si te violan o dan el pasaporte)
Aunque en el imaginario colectivo quedan reticencias a los viajes de mujeres en solitario, este se ha convertido en un mercado en alza. Según Marybeth Bond, escritora de National Geographic, ha habido un aumento del 230% en el número de agencias solo para ellas en los últimos seis años. Y Santiago Rey, fundador de yporquenosolo.com, afirma que en los 10 años de existencia de su web especializada en viajes sin compañía, el 70% de los usuarios son mujeres.
Estos datos avalan el auge de las aventureras que no necesitan acompañantes para volar y emprender sus propias hazañas. De hecho, cada vez cuentan con más películas, libros y premios donde buscar inspiración. Como el Internacional de Relatos de Viajeras de la editorial Casiopea, al que en su octava y última edición enviaron más de 500 historias. El mundo 'online' ha cogido carrerilla y proliferan los 'blogs' testimoniales donde las mujeres encuentran respuestas a sus dudas y agencias especializadas en el mundo femenino. Todas las que lo han hecho coinciden en la sensación de libertad que se siente. Y debe de enganchar. Porque si algo tienen en común es que todas repiten la experiencia.
Alice Fauveau trabajaba como cooperante en Perú cuando tuvo la idea de montar una agencia para mujeres que quisieran viajar e interaccionar con la gente del país. Así nació en 2009 Focus on women, dedicada a organizar periplos con el objetivo de conocer la cultura de la mujer en el mundo y dar visibilidad a las más inspiradoras. Pero el gusanillo de coger las maletas sin mirar atrás ya le había picado muchos años antes. "Cuando tenia 16 daba clases de francés y cantaba ópera en la calle para ganar dinero e irme de viaje. Siempre me ha fascinado descubrir otros lugares y culturas. Y viajar se convirtió en una adicción", dice.
Como referentes siempre ha tenido a las viajeras victorianas del siglo XIX. "Y en el XX el icono en España ha sido Rosa María Calaf", especifica, y añade: "Lo mejor de ir sola es la apertura de mente que desarrollas. Estás constantemente absorbiendo sensaciones y cosas nuevas. Cuando vas acompañada te pierdes vivencias porque te implicas con el lugar y la gente de allí de otra manera". Cada vez que Alice prepara un viaje sola para después incorporarlo a la oferta del catálogo de su agencia, se informa muy bien sobre el destino. "Investigo su idiosincrasia, costumbres y seguridad, e intento imaginarme cómo será de valiosa la experiencia en ese país. Tengo que estar segura de que tanto yo como las que se apunten podremos disfrutar de una realidad auténtica, no solo como turistas".
En el libro Mi vida en la carretera, la escritora estadounidense Gloria Steinem dice con 81 años: "Cuando la gente me pregunta cómo conservo la esperanza y la energía, siempre respondo lo mismo: porque viajo. Durante más de 40 años he pasado la mitad del tiempo en la carretera". Pioneras contemporáneas como ella han sido imprescindibles para las generaciones femeninas venideras. Mujeres valientes que no necesitan más que su pasaporte para moverse por el mundo. Así, Sira Debén cuenta que a los 16 años se fue a vivir sola a París. "He vivido en ciudades como Roma, Londres o Lisboa, desde donde me movía por muchos países", cuenta. Pero el viaje que hizo a Malasia significó para ella un antes y un después. Lo comenzó con una chica malaya que al llegar a Kuala Lumpur decidió quedarse en la ciudad y Sira quiso conocer el país: "Tomé sola un bus hacia la selva. Allí conocí a unas chicas que viajaban cada una por su lado y sus aventuras me dieron el empujoncito que necesitaba. Estaba cansada de desperdiciar vacaciones por esperar a la gente y que luego se echara atrás. O de amoldarme a los planes de los demás haciendo cosas que no me gustaban ni apetecían". De vuelta pidió una excedencia de un año y viajó durante 14 meses. Tiene historias como si hubiera vivido siete vidas. "Recorriendo la Patagonia argentina a dedo, me alojé en casa de una mujer mayor llamada Juani. Por las conversaciones que tuvimos me di cuenta de que tenía que compartir más con aquella persona, que era muy especial", recuerda. Y lo que iba a ser una parada de una noche acabó siendo una semana. La improvisación es más fácil al no depender de nadie.
Casi tan joven como Sira, con 21 años, salió de su Venezuela natal Virginia Castelló, presidenta de la asociación Música en Vena. "Me fui a Japón por trabajo. Fue una experiencia hermosa y dura a la vez. Pero tenía como referencia a mi padre: un español aventurero que se fue muy joven a América para emprender. Él sigue siendo mi ejemplo para comerme el mundo sin miedos", dice. Virginia siempre ha sabido que quería bailar y viajar sola para ser capaz de enfrentarme a la vida sin depender de nadie: "Ir a mi ritmo. Tener libertad, ilusión, madurez, independencia y valentía. Descubrir el mundo sin nada que temer y saber enfrentarme a los obstáculos que se presentan en el camino". El primero suele ser el idioma. "No tenía ni idea de japonés y me comunicaba por señas", dice orgullosa. Virginia soñaba con venir a España, anhelaba bailar flamenco. "Me planté en Sevilla y estuve un mes sin trabajo y sin dinero. Hasta que conseguí un puesto en un pabellón de la Expo y pude vivir mi sueño", señala. Echa la vista atrás y reflexiona sobre los aprendizajes de viajar sola: "Me ayuda a enfrentarme a situaciones difíciles de mi día a día con serenidad", explica. Hasta el momento Virginia ha conocido Hawái, Nueva York, Miami, Medellín, Bogotá, Nagasaki y Tokio, entre otras ciudades. Y aconseja a las demás perder el miedo: "Tenemos que ser capaces de vivir una experiencia y encontrarnos a nosotras mismas. Hay que abrir la mente, conocer otras culturas. Viajar sola es aprender de ti misma y de la vida. Además, la gente te ayuda".
La música es otra de sus grandes pasiones y le gusta visitar los clubs de jazz o salas de conciertos de música autóctona. Hace cuatro años y medio creó en España la asociación Música en Vena para llevar sonidos en directo a 13 hospitales de la Comunidad de Madrid. "Lo hago", explica, "para alegrar a los pacientes, familiares y personal sanitario y que tengan una estancia mas llevadera en el hospital. Ha sido el último gran viaje que he iniciado con mi corazón como única brújula".
De valentía e independencia también habla la historia de la fotógrafa Rosa Martínez. "Nunca tuve problemas en ir sola a ningún lado. Antes de ser progenitora [ahora tiene dos hijas] recorrí Cuba, Argentina y España en varias ocasiones. Pero hace cuatro años, al divorciarme, lo retomé con más fuerza. Me fui a Ámsterdam unos días buscando encontrarme. Y en ese periodo sentí que crecía todo el tiempo", explica. Además en ese viaje comenzó una tradición inspiradora: "Envié una carta a mis hijas desde la casa de Ana Frank. Y desde entonces se las mando desde cada lugar al que voy. La intención es que cuando ellas sean mayores me contesten desde ese mismo sitio. Les encanta que les llegue la carta aunque yo ya haya regresado. Y sueño con el día en que ellas me las devuelvan".
Después de Ámsterdam Rosa decidió volar más lejos. Descubrió California e Indonesia. "Unas veces ha sido premeditado y otras nadie podía venir conmigo. Pero no viajar por esa razón nunca ha sido una opción para mí». También disfruta al compartir sus experiencias con otras viajeras. Por eso hace año y medio montó Viajosola.com (en Facebook @mujeresqueviajansolas). Desde esta plataforma contacta con personas con sus mismas inquietudes, que participan expresando sus preocupaciones y motivaciones. "Me ha dado mucho ánimo conocer a mujeres increíbles. Y también cuando me escriben diciendo que gracias a lo que han leído se han atrevido a viajar solas. Solo por eso ha merecido la pena". ¿Consejos? "Que confíen en sí mismas y en que todo va a salir bien. Los miedos suelen aparecer antes más que durante el viaje. Luego si sigues tu intuición te irá bien. En el mundo hay más gente buena que mala". También recomienda que escriban un diario: "Un día les encantará recordar lo que les hizo sentir. Sola estás conectada contigo misma y sientes que evolucionas". Y como datos prácticos: "Una linterna, un cargador extra para el móvil y una tarjeta de teléfono local".
Venga guapisimas
Viajar sola: una tendencia en alza que revolucionará tu vida | Lifestyle | EL MUNDO
Viajar sola: una tendencia en alza que revolucionará tu vida (y tanto si te violan o dan el pasaporte)
Aunque en el imaginario colectivo quedan reticencias a los viajes de mujeres en solitario, este se ha convertido en un mercado en alza. Según Marybeth Bond, escritora de National Geographic, ha habido un aumento del 230% en el número de agencias solo para ellas en los últimos seis años. Y Santiago Rey, fundador de yporquenosolo.com, afirma que en los 10 años de existencia de su web especializada en viajes sin compañía, el 70% de los usuarios son mujeres.
Estos datos avalan el auge de las aventureras que no necesitan acompañantes para volar y emprender sus propias hazañas. De hecho, cada vez cuentan con más películas, libros y premios donde buscar inspiración. Como el Internacional de Relatos de Viajeras de la editorial Casiopea, al que en su octava y última edición enviaron más de 500 historias. El mundo 'online' ha cogido carrerilla y proliferan los 'blogs' testimoniales donde las mujeres encuentran respuestas a sus dudas y agencias especializadas en el mundo femenino. Todas las que lo han hecho coinciden en la sensación de libertad que se siente. Y debe de enganchar. Porque si algo tienen en común es que todas repiten la experiencia.
Alice Fauveau trabajaba como cooperante en Perú cuando tuvo la idea de montar una agencia para mujeres que quisieran viajar e interaccionar con la gente del país. Así nació en 2009 Focus on women, dedicada a organizar periplos con el objetivo de conocer la cultura de la mujer en el mundo y dar visibilidad a las más inspiradoras. Pero el gusanillo de coger las maletas sin mirar atrás ya le había picado muchos años antes. "Cuando tenia 16 daba clases de francés y cantaba ópera en la calle para ganar dinero e irme de viaje. Siempre me ha fascinado descubrir otros lugares y culturas. Y viajar se convirtió en una adicción", dice.
Como referentes siempre ha tenido a las viajeras victorianas del siglo XIX. "Y en el XX el icono en España ha sido Rosa María Calaf", especifica, y añade: "Lo mejor de ir sola es la apertura de mente que desarrollas. Estás constantemente absorbiendo sensaciones y cosas nuevas. Cuando vas acompañada te pierdes vivencias porque te implicas con el lugar y la gente de allí de otra manera". Cada vez que Alice prepara un viaje sola para después incorporarlo a la oferta del catálogo de su agencia, se informa muy bien sobre el destino. "Investigo su idiosincrasia, costumbres y seguridad, e intento imaginarme cómo será de valiosa la experiencia en ese país. Tengo que estar segura de que tanto yo como las que se apunten podremos disfrutar de una realidad auténtica, no solo como turistas".
En el libro Mi vida en la carretera, la escritora estadounidense Gloria Steinem dice con 81 años: "Cuando la gente me pregunta cómo conservo la esperanza y la energía, siempre respondo lo mismo: porque viajo. Durante más de 40 años he pasado la mitad del tiempo en la carretera". Pioneras contemporáneas como ella han sido imprescindibles para las generaciones femeninas venideras. Mujeres valientes que no necesitan más que su pasaporte para moverse por el mundo. Así, Sira Debén cuenta que a los 16 años se fue a vivir sola a París. "He vivido en ciudades como Roma, Londres o Lisboa, desde donde me movía por muchos países", cuenta. Pero el viaje que hizo a Malasia significó para ella un antes y un después. Lo comenzó con una chica malaya que al llegar a Kuala Lumpur decidió quedarse en la ciudad y Sira quiso conocer el país: "Tomé sola un bus hacia la selva. Allí conocí a unas chicas que viajaban cada una por su lado y sus aventuras me dieron el empujoncito que necesitaba. Estaba cansada de desperdiciar vacaciones por esperar a la gente y que luego se echara atrás. O de amoldarme a los planes de los demás haciendo cosas que no me gustaban ni apetecían". De vuelta pidió una excedencia de un año y viajó durante 14 meses. Tiene historias como si hubiera vivido siete vidas. "Recorriendo la Patagonia argentina a dedo, me alojé en casa de una mujer mayor llamada Juani. Por las conversaciones que tuvimos me di cuenta de que tenía que compartir más con aquella persona, que era muy especial", recuerda. Y lo que iba a ser una parada de una noche acabó siendo una semana. La improvisación es más fácil al no depender de nadie.
Casi tan joven como Sira, con 21 años, salió de su Venezuela natal Virginia Castelló, presidenta de la asociación Música en Vena. "Me fui a Japón por trabajo. Fue una experiencia hermosa y dura a la vez. Pero tenía como referencia a mi padre: un español aventurero que se fue muy joven a América para emprender. Él sigue siendo mi ejemplo para comerme el mundo sin miedos", dice. Virginia siempre ha sabido que quería bailar y viajar sola para ser capaz de enfrentarme a la vida sin depender de nadie: "Ir a mi ritmo. Tener libertad, ilusión, madurez, independencia y valentía. Descubrir el mundo sin nada que temer y saber enfrentarme a los obstáculos que se presentan en el camino". El primero suele ser el idioma. "No tenía ni idea de japonés y me comunicaba por señas", dice orgullosa. Virginia soñaba con venir a España, anhelaba bailar flamenco. "Me planté en Sevilla y estuve un mes sin trabajo y sin dinero. Hasta que conseguí un puesto en un pabellón de la Expo y pude vivir mi sueño", señala. Echa la vista atrás y reflexiona sobre los aprendizajes de viajar sola: "Me ayuda a enfrentarme a situaciones difíciles de mi día a día con serenidad", explica. Hasta el momento Virginia ha conocido Hawái, Nueva York, Miami, Medellín, Bogotá, Nagasaki y Tokio, entre otras ciudades. Y aconseja a las demás perder el miedo: "Tenemos que ser capaces de vivir una experiencia y encontrarnos a nosotras mismas. Hay que abrir la mente, conocer otras culturas. Viajar sola es aprender de ti misma y de la vida. Además, la gente te ayuda".
La música es otra de sus grandes pasiones y le gusta visitar los clubs de jazz o salas de conciertos de música autóctona. Hace cuatro años y medio creó en España la asociación Música en Vena para llevar sonidos en directo a 13 hospitales de la Comunidad de Madrid. "Lo hago", explica, "para alegrar a los pacientes, familiares y personal sanitario y que tengan una estancia mas llevadera en el hospital. Ha sido el último gran viaje que he iniciado con mi corazón como única brújula".
De valentía e independencia también habla la historia de la fotógrafa Rosa Martínez. "Nunca tuve problemas en ir sola a ningún lado. Antes de ser progenitora [ahora tiene dos hijas] recorrí Cuba, Argentina y España en varias ocasiones. Pero hace cuatro años, al divorciarme, lo retomé con más fuerza. Me fui a Ámsterdam unos días buscando encontrarme. Y en ese periodo sentí que crecía todo el tiempo", explica. Además en ese viaje comenzó una tradición inspiradora: "Envié una carta a mis hijas desde la casa de Ana Frank. Y desde entonces se las mando desde cada lugar al que voy. La intención es que cuando ellas sean mayores me contesten desde ese mismo sitio. Les encanta que les llegue la carta aunque yo ya haya regresado. Y sueño con el día en que ellas me las devuelvan".
Después de Ámsterdam Rosa decidió volar más lejos. Descubrió California e Indonesia. "Unas veces ha sido premeditado y otras nadie podía venir conmigo. Pero no viajar por esa razón nunca ha sido una opción para mí». También disfruta al compartir sus experiencias con otras viajeras. Por eso hace año y medio montó Viajosola.com (en Facebook @mujeresqueviajansolas). Desde esta plataforma contacta con personas con sus mismas inquietudes, que participan expresando sus preocupaciones y motivaciones. "Me ha dado mucho ánimo conocer a mujeres increíbles. Y también cuando me escriben diciendo que gracias a lo que han leído se han atrevido a viajar solas. Solo por eso ha merecido la pena". ¿Consejos? "Que confíen en sí mismas y en que todo va a salir bien. Los miedos suelen aparecer antes más que durante el viaje. Luego si sigues tu intuición te irá bien. En el mundo hay más gente buena que mala". También recomienda que escriban un diario: "Un día les encantará recordar lo que les hizo sentir. Sola estás conectada contigo misma y sientes que evolucionas". Y como datos prácticos: "Una linterna, un cargador extra para el móvil y una tarjeta de teléfono local".