correcto. Faltaría ver cómo se integran a todas las corrientes de izquierda posmoderna hispanas que, como pollos sin cabeza, solo saben lloriquear o intoxicar, como vemos en este hilo. No lo tengo claro aun, por eso de entrada mi política sería de firmeza total contra ellas, como está haciendo la derecha. No se puede dejar prisioneros. Implacabilidad total. Guerra cultural a saco contra el posmodernismo progre. Es la única forma de que de su derrota cultural pueda reconstruirse una izquierda que vuelva a tener como referencia política a la nación y a la civilización, y salga de esa nebulosa (alemana y francesa) autodestructiva de la empatia, voluntarismo ciego e inteligencia emocional.
El proyecto geopolítico progre pasar por diluirse en un magma global. Es un suicidio porque lo progre a día de hoy sólo es hegemónico en la "clase poco trabajadora" de Occidente, que va desapareciendo. Es una minoría dentro de una minoría.
A veces me da por encuadrar esta reacción global de las Nuevas derechas que vemos en estos años como una especie de "carlismo internacional" que quizás pueda tener sus horas contadas (el carlismo fue derrotado), pero al final desecho esta idea una y otra vez, veo que es el progresismo el que ha perdido la vanguardia intelectual, no hay mucho que hacer, han perdido el Globo (quizá el símil es el de los jesuitas en el XVI-XVII, que lo perdieron al no poder conquistar Asia). Las naciones en ascenso vienen pisando fuerte y desechan los esquemas progres igual que Asia tiró a los cristianos al volcán. El mundo multipolar es un mundo de bloques proteccionistas, celosos, nacionalistas, ¿qué se creían? Una China o una India no van a hacer ya ni caso a lo que salga de las élites pijas de la Costa Este o la Sorbona.
Sobre el proyecto hispano.
Lo hispano en África, Asia o incluso Europa es muy poca cosa, naciones contadas; nuestra España, Filipinas, Guinea, si se quiere Angola, un Israel sefardí si nos apuramos... más allá de eso, se pueden tantear las naciones de identidad católica fuerte tipo Polonia, etc., pero el conjunto no cuenta con la fuerza ni el tamaño de un Islam, una India o una China.
Así que el proyecto está ultraconcentrado en América, no es malo, pero tenemos el "pequeño" problema de que tenemos a la hiperpotencia menguante de EEUU como "sombrero", y ahí la tendremos porque no se va a mover, poderosa incluso cuando abandone plazas de Eurasia, que como digo nos afectan menos. EEUU está en decadencia y pueden ocurrir varias cosas:
1. Que se aísle del todo y abandone el Sur (la tendencia de Trump), nos haría el trabajo.
2. Que, al verse débil, negocie con el Sur (esta sería la oportunidad), deberíamos estar a la altura del reto.
3. También puede ser que aplique política de tierra quemada, destruir todo lo que no pueda controlar.
Puede que toque bailar con la Reina destronada en su vejez. Asumir como espacio la América en su totalidad, en ese caso el Océano ya nos hace el trabajo para perfilarlo, y tener a EEUU de compañero temporal de batalla y apoyo antiindigenista, antiprogre, etc., suponiendo que no triunfe allí lo progre de nuevo.
Posibles problemas: este control antiprogre es la subyugación por la fuerza, pero en cuanto EEUU desaparezca como potencia, que antes o después lo hará, a ver con qué cara nos podemos quedar, porque no veo que la intervención norteamericana a lo largo y ancho de las Américas sea "constitutiva". Brasil, Argentina y México sobre todo, antes o después van a volver a reclamar su espacio y a alejarse de EEUU. España debería ayudar en esto.
A día de hoy si se excluye a EEUU, el proyecto tiende a alinearse más con el proyecto latinoamericanista de las izquierdas del Foro de São Paulo, pero el problema es que estas izquierdas no tienen un proyecto hispanizante de por sí, se constituyen en contra de la idea de España desde la Independencia y estos años se han subido al carro progre. Parece necesario un "período de contención" hasta que estas izquierdas vomiten todo el indigenismo, progresismo, etc. que puedan tener, que no es poco.
De todas formas hay tipos como Axel Juárez Rivero (filósofo mexicano invitado por la Escuela de Oviedo) que dicen que AMLO es más VOX que Podemos (
Juárez: "López Obrador es más cercano a Vox que a Podemos por su proyecto" ), en el sentido de representar un nuevo nacionalismo y no tanto un progresismo. Quizás no tanto AMLO en sí sino lo que representa el movimiento Morena. Esta lectura podría indicar un comienzo de desintoxicación de la izquierda iberoamericana. A pesar de las declaraciones que todos conocemos.
Es un juego "bismarckiano" donde te alías con uno a esperas de traicionarle a la vuelta, y al revés, quizás te alías en el futuro con los que estás corrigiendo en el presente.
Añadir que un proyecto hispano tiene que ser una Alineación de Nacionalismos, muchas naciones orgullosas mirando en la misma dirección, en paralelo, tipo "Commonwealth", sobre todo de las naciones fuertes (Brasil, México, Argentina, España), las pequeñas sí podrían integrarse en federaciones regionales, no se conoce mucho pero el caso de la integración centroamericana es más sólido de lo que parece.