luisgarciaredondo
Madmaxista
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Si, ibérico. Hahahahaha.
Recuerdo un tratado de medicina medieval que había por casa de un tío mío. Era bastante descacharrante leerlo. No era medieval, era posterior, perdón. Como de la época de Carlos I (quien hoy sin dudad sufriría con el partido de futbol España-Alemania) entre otras cosas que recuerdo que leí y me impactaron (recomendaba un "pediluvio" al año, como mucho, como hacían los príncipes alemanes) fue su definición de la vida. La vida es calor y humedad. Y la fin es frío y sequedad. Lo recuerdo vivamente. El niño nace en medio del calor de su progenitora y la humedad del líquido amniótico. La mujer se seca, queda fría y muere. La bruja, fría y seca, quiere robar la vida de ese niño cálido y húmedo.
Trato de hilar esto con lo que usted dice sobre los niños. A ver si puedo. Cada época, cada momento histórico, ha tenido una manera de hacer encajar lo que no encaja, o de explicar lo que no se entiende. La mujer soltera y sin hijos no encaja, ni ha encajado nunca en niguna sociedad. Porque su rol natural es el de progenitora-cuidadora. La mujer soltera y sin hijos es objeto de escarnio, de burla y de rechazo. Porque no produce. Porque no aporta nada. Además, lo sabe. Y por eso odia a todo y todos, en especial a esos niños que no ha tenido ni tendrá. (En la actualidad puede usted ver esta figura en cualquiera lado, por España y Europa, esa mujer amargada, profundamente resentida, nulípara y tocacojones, que atacará, sobre todo, a la mujer, no al hombre, a la mujer que es lo que ella no pudo ser: la paridora de famlia numerosa. Se quejará de que los niños son molestos y paseará con su perro o mimará a su gato, mientras mastica su prozac y se caga en su vida). Las brujas no son más que eso. Mujeres amargadas, solas y sin familia. Anomalías inexplicables en la sociedad antigua. (Y en la actual, digan lo que digan). De ahí el desconfiar de ellas. De ahí que se las acusase (con razón o sin ella) de determinadas prácticas.
La mujer, históricamente, por su faceta de progenitora-cuidadora, conoce remedios, porque probablemente su abuela o progenitora se lo tras*mitió (hoy se sigue haciendo), sabe de hierbas, de pomadas, de curación. Cuando ese conocimiento no se enfoca hacia el cuidado de la prole o la familia, surge la bruja. La mujer que conoce algo sobre hierbas y que es una anomalía social, por estar desarraigada, y que mezcla superstición con ciencia para subsistir. Esa es la bruja.
De hecho esto que dice, es prácticamente contemporáneo. Recuerdo cuando era pequeño en el pueblo que había una mujer ya muy mayor, "la vieja de la fuente" la llamaban, no me pregunte porqué, que era temida y a la vez insultada por toda la chavalada, al menos por los más osados ¿Por qué? Pues una vez más ni idea. Solo sé que vivía sola, no tenía familia, iba siempre de neցro y no se le acercaba nadie. Nunca le pregunté a mi abuela por ella. Supongo que solo sería una loca que se había quedado sola.... pero años después me dio por pensar que si hubiesen sido otros tiempos, esa termina en la picota.
Así que sí, bajo el epíteto de brujería al final se escondían bastantes cosas. En general todo aquello que en un tiempo se podía asociar al lado perverso del sesso femenino. Desde actividades o vocaciones claramente criminales a marginalidad, locura o simplemente paganismo rudimentario y prácticas heréticas que habrían sido proscritas por el cristianismo ¿Nos imaginamos que se podría pensar en plena edad media de una mujer esquizofrénica?
Y todo ello con un nexo en común, conocimientos o costumbres paganas en un mundo supersticioso donde la magia o la brujería era algo MUY REAL aún y a la que se le achacaban de forma habitual incluso la aparición de ciertas enfermedades.
Como dice @Taliván Hortográfico de ahí la relevancia, el giro copernicano que supuso la aparición de la Inquisión española y su nueva perspectiva racional a la hora de afrontar este tipo de asuntos.
Ya por otro lado, se podría discutir si a su vez no se aprovechó que el Pisuerga pasaba por Valladolid para por ejemplo en el caso alemán o suizo encubrir la persecución religiosa que sufrieron los católicos.