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Es curioso, ¿no? Hay algunos que se dan el pasaporte en el gimnasio levantando kg y kg de hierro, sudando la gota subida de peso y marcando bíceps para la foto. Pero luego, en la vida real, cuando les pides que muevan una caja en el trabajo, de repente se vuelven "delicados" y prefieren ahorrarse el esfuerzo. Parece que los músculos solo son para el espejo y las redes sociales, porque para cargar peso de verdad, ahí ya no hay tanto entusiasmo.
Claro, ser fuerte en el gimnasio no siempre significa ser práctico o estar dispuesto a ensuciarse las manos fuera de ese entorno. Es como si los bíceps estuvieran más para presumir que para usarlos. Tal vez les falta el cardio de la responsabilidad y la flexibilidad de la disposición. Pero bueno, al final, cada quien elige qué tipo de "fuerza" quiere desarrollar.
Al rojo y al neցro a la vez. Ruleta ganadora 100%.No, soy bisexual reconocido