Estados Unidos prepara el mayor proyecto de demolición de presas hasta la fecha
El Río Klamath, el segundo más caudaloso del estado de California, atraviesa Oregón y el norte de California antes de desembocar en el Pacífico. Durante...
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Estados Unidos prepara el mayor proyecto de demolición de presas hasta la fecha
El Río Klamath, el segundo más caudaloso del estado de California, atraviesa Oregón y el norte de California antes de desembocar en el Pacífico. Durante miles de años, las comunidades indígenas en su cuenca han subsistido gracias a las poblaciones de salmón en el río. El Río Klamath también proporciona agua para el riego agrícola y a viviendas construidas en sus márgenes.
Como parte de los esfuerzos para restaurar el río, se van a desmantelar cuatro presas hidroeléctricas de un tramo de unos 600 km de río. El proyecto ejemplifica el debate entre usuarios que compiten entre sí por los recursos hídricos en el oeste de EE. UU., según informa Associated Press.
Antaño un río con importantes poblaciones de salmón, estas han disminuido considerablemente con el deterioro de las condiciones en el Klamath a lo largo de los años. También han contribuido al declive del salmón los cambios en las condiciones en el océano debido al cambio climático, y la degradación del hábitat piscícola en los afluentes. Aunque el desmantelamiento de las presas es parte fundamental de los trabajos de restauración del río, incluso sus partidarios reconocen que por sí solo no será suficiente para restablecer las poblaciones de salmón.
Las primeras negociaciones entre diferentes partes interesadas en el Río Klamath tuvieron lugar en 1998. El acuerdo actual (Klamath Hydroelectric Settlement Agreement) fue modificado en 2016, con la creación del organismo encargado de la restauración del río, la Klamath River Renewal Corporation (KRRC) encargada de llevar a cabo el proyecto de demolición de las presas, con un coste de unos 450 millones de dólares. El proyecto está a la espera de ser aprobado por la Comisión Federal Reguladora de la Energía.
Hay muchos actores interesados en la gestión de los recursos de la cuenca: comunidades indígenas, agricultores, ganaderos, propietarios de viviendas, ecologistas... Los partidarios del proyecto citan numerosos beneficios económicos y ambientales, que incluyen mejoras en la economía a nivel local, en las condiciones ambientales del río, y beneficios para los consumidores de electricidad. Se espera un aumento de la producción de salmón, que beneficiaría a la industria pesquera comercial y recreativa, así como a la autosuficiencia de las comunidades indígenas. Además, se reducirían las proliferaciones de algas en los embalses. PacificCorp, a cuyo nombre están las autorizaciones para la generación hidroeléctrica, apoya la demolición como alternativa a la costosa renovación de las autorizaciones, ya caducadas, en beneficio de sus clientes.
Por otra parte, las razones que esgrimen los que se oponen al proyecto son muy variadas. Los propietarios de terrenos al borde del río arguyen que sus viviendas ya han perdido valor. Aunque las presas a ser demolidas no se utilizan para el agua de riego, los agricultores temen que se siente un precedente que pueda amenazar a otras presas de las que sí dependen. Otros residentes dicen que los embalses proporcionan agua para apagar posibles incendios forestales.
El debate está servido. Las grandes presas ya no son económicamente viables, por lo que, junto con la tendencia a eliminar obstáculos al movimiento de especies piscícolas nativas, cada vez se plantean más proyectos para su demolición en los EE. UU., con más de 1.700 presas desmanteladas desde el año 2012. Si este proyecto sigue adelante, sería el de mayor envergadura hasta la fecha.
Puedes leer la noticia original en Smart Water Magazine.