Entonces... tal vez no. Ser cristiano viejo equivalía a "confianza" en el plano religioso, del que emanaban los demás que dependían de él, es decir, prácticamente todos. Pero eso era una generalización que admitió muchas excepciones, algunas excepcionales valga la redundancia, como Sta. Teresa de Jesús, de origen judío al igual que San Juan de la Cruz.
Del mismo modo, el indio era considerado "inmaduro" respecto a la Fe, lo cual tiene sentido pero no en modo humillante. Véase que su temprana conversión le alejaba de ser investigado por la Inquisición. Se les consideraba "niños" en el sentido de que no podía exigírseles la misma coherencia religiosa que a los europeos, que lo había vivido desde su tierna infancia en medio de todo su entorno social.
El tema racial se plantea desde un punto de vista materialista y por eso ofrece el resultado que se lee en este foro sin ir más lejos, que no es más que la reproducción de creencias de la cultura materialista, perfectamente integrada en cualquier corriente política y cultural del momento. Quien no puede entender -y admirar- que tan temprano como en el siglo XV-XVI se admitiera la posibilidad de que esas razas americanas fueran personas y por tanto dotadas de espíritu, solo podrá asomarse a este fenómeno con prejuicios raciales ajenos a la cultura hispano-católica.
Por eso también se llevan las cosas al absurdo de exigir que la perfecta igualdad debió darse desde el principio como si la confianza mutua cayera de los árboles, y como no se diera, quedaría patente ese racismo que algunos se empeñan en buscar en todas partes, sea como atributo honorable o como condena.
Las cosas grandes se hacen a partir de grandes ideas y las grandes ideas raramente se abren paso a espadazos. Muchos admiran sus efectos o los desprecian y tengo claro que estos últimos sí conocen las causas de esas obras y por eso desprecian tan furibundamente sus efectos...