Mi progenitora, oye en que manicomio dijistes que estabas.
nancy DE cosa.
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No tengo por costumbre dirigirme a los de su grey y pelaje pero voy a hacer una excepción.
Señala usted en rojo una parte de mi post para, a continuación, y sin preocuparse de rebatirlo, llamarme nancy, adornándolo con un epíteto escatológico.
Este tipo de boutades son de lo más frecuente y a ellas nos tienen acostumbrados la guano que amablemente nos visita en calidad de pagapensiones cuando se les reprende por su desprecio constante a las normas más elementales de educación y convivencia, aún vigentes en Europa, o incluso por la comisión de delitos.
Pero ya le digo, queda usted exonerado de otro tipo de comportamiento por no serle exigible, teniendo en cuenta su origen y la vehemencia con que defiende a sus correligionarios.
De la lectura de sus anteriores aportaciones voy a extraer una serie de "perlas" que no tienen desperdicio y que resultan muy esclarecedoras para el asunto que nos ocupa:
"A mi me han escupido los ricitos y tampoco es para tanto"
"Mi familia vive sin trabajar"
"Tenemos un ejército para que nos defienda"
A estas alturas imagino que nadie le tiene que explicar a usted el por qué de la actitud histórica de determinados países europeos hacia gentes de su catadura jovenlandesal. Yo no soy nacionalsocialista pero no me voy a tomar la molestia, ni siquiera, de desmentirlo.
Y por último, antes de pasarle a usted a la lista de ignorados, voy a decirle algo que no es nuevo y sobradamente conocido por todos:
Los nazis, ni antes ni ahora se han molestado en peregrinas diatribas con un judío. Como bien sabe, un nancy jamás escucharía sus argumentaciones ni se tomaría tiempo en rebatirlas. Se puede rebatir o combatir al que se odia, nunca al que se desprecia.
