Si España exploró y conquistó el mundo, es porque su material humano deseaba hacerlo. Había exploradores, conquistadores, evangelizadores, con la necesidad, el deseo y el potencial de expresar sus habilidades. La expansión de la cultura española por todo el orbe les permitió hacerlo.
La España del siglo XV desbordaba talento, energía e impulso. Y por eso se merendó América con un puñado de hombres, exploró un océano tan inmenso como el Pacífico y le dieron nombre, y fueron los primeros en arriesgarse a lanzarse a ese océano que limitaba el fin del mundo de la época.
Sobre la Conquista, ayer leí y anoté: "Ellos no creen que vayan a ganar. SABEN que van a ganar. Y es eso, y no los caballos o la pólvora, lo que les hace casi invencibles".
¿Qué supuso para el hombre peninsular, común, que no salió de España toda aquella expresión de energía? Imposible de saber. A unos favorecería, a otros perjudicaría.
¿Qué respuesta prefiere? ¿Que se empobreció? ¿Que fue malo para él? Busque un autor que subraye eso, y sea feliz. ¿Lo contrario? Pues lo mismo. A estas alturas, ¿cómo saber cual es la verdad de hace 500, 400 años?
Lo único cierto es que en el siglo XV una cultura desbordante de empuje, talento y energía, desbordó su ámbito peninsular y se merendó el mundo. Los ecos de aquello llegan hasta hoy siendo el español uno de los idiomas más hablados del mundo, y uno de los más influyentes.