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El origen de España como nación
ESPAÑA PUBLICADO EL JUEVES, 30 AGOSTO 2018 03:43 ESCRITO POR ENRIC J. MARTÍ ALBELLA
El origen de España como nación - La Tribuna de España
El origen de España como nación
La lectura de este artículo le vendría muy bien al presidente del Gobierno, que aún no tiene claro qué es una nación, ni qué significa España como nación, como una de las naciones más antiguas del mundo. Pocos artículos tan certeros y determinantes publica "la prensa del sistema" sobre el origen de España como nación. Este extraordinario texto del Doctor Enric J. Martí Albella, destruye todas las falsedades históricas que han inventado los defensores de un Estado plurinacional.
¿Desde cuándo existe España?
Yo no soy un ciudadano de derechas, tampoco soy de izquierdas. Soy uno mas de esos millones de españoles que sí, habla de política con los amigos, pero siempre me ha da repelúsdo formar parte de ella porque los políticos en general presentan las virtudes contrarias con las que fui educado: Honestidad, honradez, trabajo duro, esfuerzo, superación, dedicación, fidelidad … Ninguno de estos valores los encarnan los políticos que conozco, así que me he mantenido siempre al margen.
No obstante, sí que tengo una convicción: La libertad, la democracia, el respeto a las leyes, al Estado de Derecho y sobretodo, a mi nación, España.
Desde hace un tiempo, asistimos a un ataque constante contra nuestra nación por parte de sectores secesionistas que no dudan en utilizar la educación, la información intoxicada, sesgada y muchas veces falsa, para desacreditar la Historia de España y tratar de convencernos incluso de que nuestro país no existe, es un invento del siglo XIX. No sé a ustedes, pero a mi me hace hervir la sangre escuchar y leer semejantes majaderías en manos de inútiles desinformados que cobran por publicar o hacer declaraciones falsas que sirvan a sus intereses, que no es otro que destruir España para reivindicar sus aspiraciones.
Por todo ello, me he permitido escribir este artículo (algo extenso) en el que fruto de mis propias averiguaciones y fundamentandome en hechos concretos y demostrables, intentaré aclarar una pregunta que suscita millones de búsquedas en Google y solo obtiene alguna débil o efímera respuesta, nunca exhaustiva y fundamentada sólidamente para regocijo de los enemigos de nuestro país: ¿Desde cuándo existe España?
España, como una de las naciones más antiguas del mundo, tiene una evolución, no es fruto de una creación y fundación un dia concreto de un año concreto. Tenemos que estudiar esa evolución para entender desde cuando había ya una unidad política o jurídica que diferenciaba a Hispania del resto y cómo esa entidad, tras múltiples vaivenes históricos, logró asentarse y perdurar hasta nuestros días.
Cuanto menos, estoy harto de oir eso de “España es sólo una denominación geográfica”, tratando deliberadamente de extraer textos donde se confunde el significado geográfico con el jurídico y así justificar que ser español es algo así como decir uno que es asiático. Nada mas lejos de la realidad como intentaré explicar.
España, esto es, Hispania, nace con los romanos. No sé sabe a ciencia cierta ni el verdadero significado de la palabra, pero parece ser que fueron los cartagineses quieres expandieron ese vocablo. Sí, efectivamente, en los siglos III y IV antes de Cristo, la palabra Hispania tenía un sentido sólo geográfico, pues no existía entonces ninguna entidad jurídica ni política que ocupara toda nuestra península como un Estado, ya fuere independiente o vasallo.
Cuando los romanos ganaron a los cartagineses en el siglo III ac, la cosa empezó a cambiar. Los romanos crearon la Provincia (lo pongo en mayúsculas deliberadamente) de Hispania, así de claro. Como el territorio era tan grande, con Augusto y el Alto Imperio quedó definitivamente dividida en 4 sub-provincias: La Tarraconenses (provincia Imperial, gobernada por Un Procónsul) y la Lusitania, Bética y Cartaginenses, estas tres gobernadas por un propretor, -rango inferior al procónsul- que dependía jurídica, política y militarmente del primero.
Es decir, Hispania dejó de ser una zona geográfica para convertirse en una macro-provincia que se subdividía en otras 4 para mejorar la administración.
El Procónsul de Hispania (así se llamaba), vivía en Tarraco, capital de Hispania. Anualmente se celebraba en la capital un acto festivo donde eran invitados los notables de toda Hispania y los propretores del resto de provincias. Ahí, entre banquetes, actos religiosos y fiestas en el circo, el Procónsul explicaba las directrices de su política a todos los demás.
Acudía tanta gente que, dado que entonces no existía infraestructura hotelera, tenían que acondicionar los almacenes del Puerto para alojar a tantos invitados, los cuales se quejaban constantemente del mal olor de los mismos.
Hispania era así una entidad jurídica propia dentro del Imperio, la primera entidad que se llama España y tiene una existencia política y jurídica documentada.
A finales del bajo imperio, en los albores del siglo V, Hispania se subdividió en una provincia más, Gallaecia y un poco mas tarde, también Astúrica se segregó de la enorme Tarraconenses.
Con los visigodos se crea el Regnum Hispaniae, es decir, el reino de Hispania, pero al principio los godos eran arrianos y muy racistas, con lo que gobernaban el país segregando en leyes distintas a los hisponorromanos y a los godos (clase dirigente), y también religiosamente, pues los romanos eran católicos y ellos arrianos, dos corrientes cristianas irreconciliables.
Leovigildo fue el primer rey en darse cuenta de que así nunca se cohesionaría su reino, pues es necesario que gobernantes y gobernados se sientan unidos de alguna manera y por ello se convirtió al catolicismo, exterminó el arrianismo y dictó leyes mas suaves entre godos y romanos.
Pero fue con Recesvinto cuando se produce algo muy importante y sustancial: Este Rey legislador, quiso integrar de una vez por todas a todos los habitantes de su reino, dotarlo de un cuerpo jurídico claro, igualitario, que eliminase de una vez la segregación entre hispanorromanos y godos y que todo el reino se rigiese por un único fuero común.
Para ello hizo recopilar todas las leyes godas y romanas (basadas en el derecho romano) y elaboró el Liber Iodiciorum, un código completo de leyes civiles que tiene una importancia extraordinaria.
El Liber Iodiciorum o Fuero Juzgo como también se le conoce del siglo VII, fue un verdadero fuero, el primero en todo Occidente (le precedió sólo el Corpus Iuris Civiles del emperador Justiniano en el Imperio Romano de Oriente) y fue la base jurídica y legal por la que se asentó definitivamente y se rigió el entonces oficial y sin cortapisas Reino de España.
La importancia de este fuero es tan grande, que persistió como Código Civil hasta finales del siglo XIX nada menos, cuando fue sustituido por el actual Código Civil, pero quedó como Derecho Civil Subsidiario incluso en nuestros tiempos (lo que se conoce como “la costumbre”).
Incluso hoy en dia, el Fuero Juzgo es el fuero de ciudades como Córdoba, Toledo, León, todo el País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana.
Habaremos mas adelante del Fuero Juzgo, pero de momento quiero resaltar que se trató del primer Fuero completo que definía la organización del Reino, el nombre del reino como Hispania, los derechos, deberes y organización administrativa y jurídica de todo el país. Constituye, como luego veremos, la primera proto-consitución de un país europeo y de ahí radica su enorme importancia.
San Isidoro de Sevilla ya escribió la primera Historia de Hispania, en la que relataba la formación de Hispania y su organización e importancia dentro del Imperio Romano y así justificaba y daba forma al Reino visigodo de Hispania como nación.
La oleada turística árabe destruyó el reino visigodo y acabó bruscamente con todo, pero la resistencia iniciada por D. Pelayo trajo consigo la restitución del fuero Juzgo como cuerpo de leyes en el incipiente Reino de Asturias. Incluso las Marcas carolingias creadas por Carlomagno al sur de los Pirineos para frenar la expansión y el peligro árabe asumieron el Fuero Juzgo como cuerpo jurídico, ya que al fin y al cabo, era el Derecho Romano adaptado a aquellos tiempos y lo que conocían los habitantes hispanorromanos no islamizados.
El Fuero avanzaba con la Reconquista y en el siglo IX se produce otro hecho destacable para comprender qué es España y su existencia como nación bimilenaria. Se trata del ascenso al poder de Alfonso III de León, primer rey que se vio con suficientes fuerzas como para declarar a León capital de su reino, hacer una nueva recopilación de leyes, usos y costumbres que no era otra cosa que adaptar el Fuero Juzgo como base jurídica de su reinado. Mas aún, lo que era ya algo tras*mitido de viva voz de generación en generación, se atrevió Alfonso III a hacerlo oficial por medio de sus edictos y promulgaciones, a reivindicar a su reino como el sucesor del Reino de Hispania Visigodo, acuñó el término Reconquista para referirse a la empresa que debían de llevar a cabo él y sus sucesores tendentes a recuperar el Reino de España y expulsar a los fiel a la religión del amores.
En el año 866 se autoproclamó Imperator Totus Hispaniae y logró el reconocimiento y adhesión formal del rey de Navarra y de los condados de Aragón y catalanes mas importantes.
Podemos hablar, sin lugar a dudas, de ser el primer Rey que se considera de Toda España y no por motivos “geográficos” como tratan los revisionistas de hacernos creer. La intención de Alfonso III no era geográfica, era política: Quería restablecer el reino perdido de los visigodos del que se consideraba heredero y hacer que las leyes y organización territorial de aquellos fuese otra vez la imperante, esto es, renacer a España como nación independiente, cristiana (eso era muy importante en su época) y occidental.
Todos y cada uno de los sucesores de Alfonso III se consideraban reyes y emperadores de Hispania, con supremacía sobre todos los demás, pues León creía ser el digno y verdadero sucesor del reino visigodo incluso ya independizado Aragón como reino, tanto éste territorio como Navarra proclamaban también ser los sucesores del Reino visigodo de Hispania a la menor oportunidad, de ahí que se acuñaran los vocablos “las Españas” para referirse a todos los reinos cristianos que pretendían ser el único Reino de Hispania.
En las primera décadas del siglo XI el catalán Abad Oliva se refirió a los reyes de León, Alfonso V y Bermudo III como imperatores, asimismo Sancho Garcés I es denominado Optime Imperator en el Códice de Roda.
Dudo mucho que ninguno de estos reyes tuviera muchos conocimientos de geografía, pero si había trascendido entre leyendas, historias orales y escritas su sentimiento de pertenencia a una patria o nación que hoy conocemos como ellos la llamaban: España.
La idea de Reconquista caló en todos los cristianos y aunque a veces los reinos se peleaban entre sí, su objetivo y misión, refrendado por los mismísimos Papas era la de expulsar a los fiel a la religión del amores para que España volviera a ser lo que era a principios del siglo VIII.
Los que dicen que el título de Imperator Hispania no tenía ningún fundamento, no se han leído los diplomas y proclamas que los reyes de León realizaban, donde siempre figuraba este título como el más preciado de todos.
En el siglo XI se produce la liberación de Toledo, antigua capital de España. En todos los reinos cristianos hubo grandes festejos para conmemorar esa hazaña, pues fue un gran golpe para los sarracenos y una gran inyección de jovenlandesal para los cristianos.
Los reyes de Aragón, Navarra y los condes catalanes felicitaron a Alfonso VI por esta gesta y cómo no, recuperó el título de Imperator Totius Hispania que habían venido utilizando sus predecesores leoneses, pues León se consideraba heredero legítimo del reino Visigodo y anhelaban recuperar toda España.
El el siglo XII Alfonso I El Batallador de Aragón toma el relevo como gobernante más poderoso e infringe severas derrotas a los fiel a la religión del amores, llegando hasta la mismísima Sevilla. Por supuesto, se autoproclamó Emperador de Hispania y el resto de reinos le juraron fidelidad.
A su fin, Ramiro II desposará a su hija Petronila con Ramón Berenguer IV en 1137, produciéndose de facto la incorporación de los condados catalanes a la Corona de Aragón.
Sin embargo, quién toma el relevo como Emperador de España vuelve a ser el rey de León Alfonso VII, una vez más, se consideraban los legítimos herederos del malogrado reino de Hispania visigodo.
El siglo XIII comienza con la gran victoria en las Navas de Tolosa. Batalla organizada a modo de cruzada y que supuso la participación de todos los reinos cristianos españoles (aunque León se retiró en el último momento).
Combatieron juntos, al grito de Santiago y Cierra España, pues españoles se sentían y se veían. La victoria supuso que poco después, Fernando III El. Santo y Jaime I firmará el reparto del territorio de Al Andalus y redujeran la España jovenlandesa al Reino de Granada. Por supuesto, Fernando III se consideraba Rey de España y más envalentonado por haber acabado con los Almohades y Jaime I aprovechó su poder para firmar el Tratado de Corbai, que legitimaba su soberanía en Cataluña a cambio de su renuncia a los condados más allá de los Pirineos. Al salir de la reunión que le fue tan ventajosa exclamó "Barones, ya podemos marcharnos; hoy a lo menos hemos dejado bien puesto el honor de España".
Alfonso X recuperó el título de Emperador de España y además escribió la "Estoria de España", en la que relataba la historia de nuestro país como una nación, heredera de los visigodos e incluyó a todos los reyes de Aragón y Navarra como si nunca hubiesen sido reyes independientes, sino gobernantes de "estados" de una misma patria: España.
En el s. XIV, el catalán Ribera de Perpejà escribió la Crónica d'Espanya señalando precisamente cómo Cataluña era una parte de esa España despedazada por la oleada turística fiel a la religión del amora, pero ansiosa de reunificación.
El siglo XV es clave para nuestro estudio. En 1410 muere el rey de Aragón Martín I el Humano sin descendencia, lo que deja el trono vacante.
Ante esta situación los nobles de la Corona se reúnen y en 1412 llegan a un acuerdo, el Compromiso de Caspe, nombrando Rey a Fernando de Antequera, un Trastámara. La elección no fue fortuita, pues esa familia era la que reinaba en Castilla y León y como la voluntad era unir, eligieron a un Trastámara para facilitar la unión con Castilla.
El proyecto tuvo éxito y unos años después Fernando de Aragón se casó con Isabel de Castilla, nuestros Reyes Católicos, quienes ya en el trono, convocaron Cortes en Toledo en 1480. Especial atención merece la ley 111 que dice textualmente: "Pues por la gracia de Dios los nuestros Reynos de Castilla y de León y de Aragón son unidos, y tenemos esperanza que por su piedad de aquí en adelante estarán unidos, y permanecerán en una corona Real: E así es razón que todos los naturales de ellos traten y comuniquen en sus tratos y facimientos".
Pocas interpretaciones pueden deducirse de ella: Los reinos quedaron unidos y su voluntad era que así permanecieran y que todos sus habitantes se sintieran pertenecientes a un mismo reino.
Dieron varios pasos más en estas Cortes: Se creó el Consejo del reino, que actuó desde entonces como el verdadero gobierno "federal" unido, se unió la Hacienda Real (lo que hoy entendemos como Ministerio de Economía y Hacienda), la política exterior (un único embajador que fue llamado y reconocido en toda Europa como el Embajador de España), un único Ejército (conocido desde entonces como el Ejército.de España).
Esta fecha es tan importante, que todas las Universidades más importantes del mundo consideran que en 1480 nace España como nación-estado moderno: Harvard, La Sorbonne, Oxford, Berlín, Milán ... La lista es irreproducible.
A partir de ahí, incluso Fernando el Católico llegó a autodenominarse Rey de España y todos sus sucesores utilizaron este título en primer lugar, además del resto de títulos que poseían.
Con la toma de Granada, el descubrimiento de América y la toma de Navarra, el uso del término España se generalizó. En todas las cancillerías de Europa y en América se hablaba del reino o corona de España, nuestros Tercios se llamaban oficialmente Tercios Españoles, nuestra Armada era la Real Armada Española.
Curioso que cuando Cortés conquista México, crea un nuevo virreinato: El Virreinato de Nueva España (a ver cómo explicamos que hubiese una Nueva España sin existir la "vieja").
Fuera de nuestro país se produjo la Proclama de Enrique VII de Inglaterra por la toma de Granada:" Este hecho acaba de ser consumado gracias a la valentía y a la devoción de Fernando e Isabel, soberanos de España que, para su eterna honra, han recuperado el grande y rico reino de Granada y tomado a los infieles la poderosa capital jovenlandesa, de la cual los fiel a la religión del amores eran dueños desde hacía siglos."
Cuando murió el Príncipe Juan (heredero de los Reyes católicos), su padre hizo esculpir en el epitafio de su lápida " Príncipe de las Españas", pues ya entonces todo el mundo hablaba sólo de España y tenían muy claro que era un país poderoso, moderno y en plena expansión.
Las Cortes de Aragón, Valencia, Cataluña, Mallorca o León ya apenas se reunirían desde 1480 y cuando lo hicieron, fue para debatir sólo aspectos de índole local.
Por ejemplo, las Cortes catalanas sólo se convocaron dos veces en todo el siglo XVI y ninguna en el XVII. La Diputación General de Barcelona (Generalitat), ejercía el gobierno local y cada vez necesitaba menos de las Cortes.
Felipe II fue designado como Príncipe de España desde su nacimiento y luego tanto él como sus sucesores utilizaron siempre el título de Rey de España para referirse a sus posesiones en la península, Canarias y América.
A estas alturas de los siglos XVI y XVII no había ninguna duda en ninguna parte del mundo de qué era España y todos sus habitantes se autodenominan españoles.
Es algo similar a lo que hoy en día ocurre con Estados como Suiza, Holanda o América. Sus habitantes denominan con estos nombres a sus países, todo el mundo los conoce por estas denominaciones, pero no existe ni Suiza (nombre real, Confederación Helvética), ni Holanda (Países Bajos) ni América (EEUU). Ahora bien ¿A alguien se le ocurriría decir que estás denominaciones son por cuestiones geográficas? La risa estallaría entre sus propios nacionales.
El siglo XVII supone la culminación de todo este artículo. En 1643 se firma la Paz de Westfalia. Es en ese tratado donde nacen y consagran conceptos como nación, estado o soberanía y nuestro embajador firma por España como país, como sujeto de derecho, sin tapujos ni interpretaciones.
Luego, en el siglo XVIII tras la Guerra de sucesión, Felipe V reorganiza el reino y establece ya el Reino de España como sujeto plenamente jurídico, pero esto es más la consolidación de una evolución que se arrastraba desde la misma Roma y que ya tuvo en el Fuero Juzgo su primera "proto-constitución". Sí los separatistas hablan de que los Fueros de Vascongadas o Cataluña eran constituciones, el Fuero Juzgo también lo sería y es 600 años más antiguo.
Podríamos hablar también de Rafael Casanova, jefe de las milicias de Barcelona cuando fue tomada el 11 de septiembre de 1714 por los borbónicos: arengaba a sus tropas diciendo que iban a combatir por su patria España y a morir defendiendo a la nación a su Rey (para él, el Archiduque Carlos). O Blas de Lezo (el mayor Almirante que hemos tenido) que se definía a sí mismo como un humilde marino español que dio su vida por España, su patria.
En 1786 se diseñó por Carlos III nuestra enseña nacional y mucho antes se había compuesto nuestro himno.
La Constitución de 1812 trató de convertir a España en un Estado moderno y Liberal, pero fracasó aunque inspiró todas las demás hasta nuestra Constitución actual de 1978.
Los indocumentados rechazan nuestra bandera por "monárquica". Otra falsedad, pues la I República no la cambió. La II sí y cometió un disparate: Cambió la franja inferior por el "jovenlandesado" de Castilla metiendo la pata de forma casi irrisoria, pues el Pendón jovenlandesado de Castilla se demostró que era carmesí y por la oxidación de los pigmentos se volvió jovenlandesado. Así que atendiendo a su argumento, debería de haber quedado igual que la que tenemos.
La incultura es la progenitora de todas las torpezas.
Así pues, podemos afirmar sin reparos que la nación española nace con Roma, se independiza con los visigodos, adquiere plena forma jurídica y foral con Recesvinto y pervivió en su empresa durante toda la Reconquista, forjándose paso a paso su evolución desde varios estados medievales con un ideal común de unidad y una base jurídica propia representada por el Fuero Juzgo que perdura hasta hoy.
Los reyes de León se consideraron siempre, al menos desde Alfonso III como los sucesores legítimos del reino Visigodo de Hispania, utilizaron desde entonces el título de Imperator Hispaniae y lo reflejaron en sus códices, proclamas, sellos reales y diplomas, haciendo por lo tanto oficial de iure el título de Emperador de España. Los reinos de Navarra y Aragón también pretendieron ser los sucesores del reino de Hispania y algunos de sus reyes también se autoproclamaron Imperator Totius Hispaniae.
Lucharon y se pelearon juntos, pero siempre con el objetivo de unir de nuevo al país para forjar una sola nación, empresa que culminaron los Reyes Católicos en el siglo XV.
Pese a quien pese, España existe y es una de las naciones más antiguas del mundo, con el fuero jurídico más antiguo y completo que se conoce.
Esta es nuestra nación
ESPAÑA PUBLICADO EL JUEVES, 30 AGOSTO 2018 03:43 ESCRITO POR ENRIC J. MARTÍ ALBELLA
El origen de España como nación - La Tribuna de España
El origen de España como nación
La lectura de este artículo le vendría muy bien al presidente del Gobierno, que aún no tiene claro qué es una nación, ni qué significa España como nación, como una de las naciones más antiguas del mundo. Pocos artículos tan certeros y determinantes publica "la prensa del sistema" sobre el origen de España como nación. Este extraordinario texto del Doctor Enric J. Martí Albella, destruye todas las falsedades históricas que han inventado los defensores de un Estado plurinacional.
¿Desde cuándo existe España?
Yo no soy un ciudadano de derechas, tampoco soy de izquierdas. Soy uno mas de esos millones de españoles que sí, habla de política con los amigos, pero siempre me ha da repelúsdo formar parte de ella porque los políticos en general presentan las virtudes contrarias con las que fui educado: Honestidad, honradez, trabajo duro, esfuerzo, superación, dedicación, fidelidad … Ninguno de estos valores los encarnan los políticos que conozco, así que me he mantenido siempre al margen.
No obstante, sí que tengo una convicción: La libertad, la democracia, el respeto a las leyes, al Estado de Derecho y sobretodo, a mi nación, España.
Desde hace un tiempo, asistimos a un ataque constante contra nuestra nación por parte de sectores secesionistas que no dudan en utilizar la educación, la información intoxicada, sesgada y muchas veces falsa, para desacreditar la Historia de España y tratar de convencernos incluso de que nuestro país no existe, es un invento del siglo XIX. No sé a ustedes, pero a mi me hace hervir la sangre escuchar y leer semejantes majaderías en manos de inútiles desinformados que cobran por publicar o hacer declaraciones falsas que sirvan a sus intereses, que no es otro que destruir España para reivindicar sus aspiraciones.
Por todo ello, me he permitido escribir este artículo (algo extenso) en el que fruto de mis propias averiguaciones y fundamentandome en hechos concretos y demostrables, intentaré aclarar una pregunta que suscita millones de búsquedas en Google y solo obtiene alguna débil o efímera respuesta, nunca exhaustiva y fundamentada sólidamente para regocijo de los enemigos de nuestro país: ¿Desde cuándo existe España?
España, como una de las naciones más antiguas del mundo, tiene una evolución, no es fruto de una creación y fundación un dia concreto de un año concreto. Tenemos que estudiar esa evolución para entender desde cuando había ya una unidad política o jurídica que diferenciaba a Hispania del resto y cómo esa entidad, tras múltiples vaivenes históricos, logró asentarse y perdurar hasta nuestros días.
Cuanto menos, estoy harto de oir eso de “España es sólo una denominación geográfica”, tratando deliberadamente de extraer textos donde se confunde el significado geográfico con el jurídico y así justificar que ser español es algo así como decir uno que es asiático. Nada mas lejos de la realidad como intentaré explicar.
España, esto es, Hispania, nace con los romanos. No sé sabe a ciencia cierta ni el verdadero significado de la palabra, pero parece ser que fueron los cartagineses quieres expandieron ese vocablo. Sí, efectivamente, en los siglos III y IV antes de Cristo, la palabra Hispania tenía un sentido sólo geográfico, pues no existía entonces ninguna entidad jurídica ni política que ocupara toda nuestra península como un Estado, ya fuere independiente o vasallo.
Cuando los romanos ganaron a los cartagineses en el siglo III ac, la cosa empezó a cambiar. Los romanos crearon la Provincia (lo pongo en mayúsculas deliberadamente) de Hispania, así de claro. Como el territorio era tan grande, con Augusto y el Alto Imperio quedó definitivamente dividida en 4 sub-provincias: La Tarraconenses (provincia Imperial, gobernada por Un Procónsul) y la Lusitania, Bética y Cartaginenses, estas tres gobernadas por un propretor, -rango inferior al procónsul- que dependía jurídica, política y militarmente del primero.
Es decir, Hispania dejó de ser una zona geográfica para convertirse en una macro-provincia que se subdividía en otras 4 para mejorar la administración.
El Procónsul de Hispania (así se llamaba), vivía en Tarraco, capital de Hispania. Anualmente se celebraba en la capital un acto festivo donde eran invitados los notables de toda Hispania y los propretores del resto de provincias. Ahí, entre banquetes, actos religiosos y fiestas en el circo, el Procónsul explicaba las directrices de su política a todos los demás.
Acudía tanta gente que, dado que entonces no existía infraestructura hotelera, tenían que acondicionar los almacenes del Puerto para alojar a tantos invitados, los cuales se quejaban constantemente del mal olor de los mismos.
Hispania era así una entidad jurídica propia dentro del Imperio, la primera entidad que se llama España y tiene una existencia política y jurídica documentada.
A finales del bajo imperio, en los albores del siglo V, Hispania se subdividió en una provincia más, Gallaecia y un poco mas tarde, también Astúrica se segregó de la enorme Tarraconenses.
Con los visigodos se crea el Regnum Hispaniae, es decir, el reino de Hispania, pero al principio los godos eran arrianos y muy racistas, con lo que gobernaban el país segregando en leyes distintas a los hisponorromanos y a los godos (clase dirigente), y también religiosamente, pues los romanos eran católicos y ellos arrianos, dos corrientes cristianas irreconciliables.
Leovigildo fue el primer rey en darse cuenta de que así nunca se cohesionaría su reino, pues es necesario que gobernantes y gobernados se sientan unidos de alguna manera y por ello se convirtió al catolicismo, exterminó el arrianismo y dictó leyes mas suaves entre godos y romanos.
Pero fue con Recesvinto cuando se produce algo muy importante y sustancial: Este Rey legislador, quiso integrar de una vez por todas a todos los habitantes de su reino, dotarlo de un cuerpo jurídico claro, igualitario, que eliminase de una vez la segregación entre hispanorromanos y godos y que todo el reino se rigiese por un único fuero común.
Para ello hizo recopilar todas las leyes godas y romanas (basadas en el derecho romano) y elaboró el Liber Iodiciorum, un código completo de leyes civiles que tiene una importancia extraordinaria.
El Liber Iodiciorum o Fuero Juzgo como también se le conoce del siglo VII, fue un verdadero fuero, el primero en todo Occidente (le precedió sólo el Corpus Iuris Civiles del emperador Justiniano en el Imperio Romano de Oriente) y fue la base jurídica y legal por la que se asentó definitivamente y se rigió el entonces oficial y sin cortapisas Reino de España.
La importancia de este fuero es tan grande, que persistió como Código Civil hasta finales del siglo XIX nada menos, cuando fue sustituido por el actual Código Civil, pero quedó como Derecho Civil Subsidiario incluso en nuestros tiempos (lo que se conoce como “la costumbre”).
Incluso hoy en dia, el Fuero Juzgo es el fuero de ciudades como Córdoba, Toledo, León, todo el País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana.
Habaremos mas adelante del Fuero Juzgo, pero de momento quiero resaltar que se trató del primer Fuero completo que definía la organización del Reino, el nombre del reino como Hispania, los derechos, deberes y organización administrativa y jurídica de todo el país. Constituye, como luego veremos, la primera proto-consitución de un país europeo y de ahí radica su enorme importancia.
San Isidoro de Sevilla ya escribió la primera Historia de Hispania, en la que relataba la formación de Hispania y su organización e importancia dentro del Imperio Romano y así justificaba y daba forma al Reino visigodo de Hispania como nación.
La oleada turística árabe destruyó el reino visigodo y acabó bruscamente con todo, pero la resistencia iniciada por D. Pelayo trajo consigo la restitución del fuero Juzgo como cuerpo de leyes en el incipiente Reino de Asturias. Incluso las Marcas carolingias creadas por Carlomagno al sur de los Pirineos para frenar la expansión y el peligro árabe asumieron el Fuero Juzgo como cuerpo jurídico, ya que al fin y al cabo, era el Derecho Romano adaptado a aquellos tiempos y lo que conocían los habitantes hispanorromanos no islamizados.
El Fuero avanzaba con la Reconquista y en el siglo IX se produce otro hecho destacable para comprender qué es España y su existencia como nación bimilenaria. Se trata del ascenso al poder de Alfonso III de León, primer rey que se vio con suficientes fuerzas como para declarar a León capital de su reino, hacer una nueva recopilación de leyes, usos y costumbres que no era otra cosa que adaptar el Fuero Juzgo como base jurídica de su reinado. Mas aún, lo que era ya algo tras*mitido de viva voz de generación en generación, se atrevió Alfonso III a hacerlo oficial por medio de sus edictos y promulgaciones, a reivindicar a su reino como el sucesor del Reino de Hispania Visigodo, acuñó el término Reconquista para referirse a la empresa que debían de llevar a cabo él y sus sucesores tendentes a recuperar el Reino de España y expulsar a los fiel a la religión del amores.
En el año 866 se autoproclamó Imperator Totus Hispaniae y logró el reconocimiento y adhesión formal del rey de Navarra y de los condados de Aragón y catalanes mas importantes.
Podemos hablar, sin lugar a dudas, de ser el primer Rey que se considera de Toda España y no por motivos “geográficos” como tratan los revisionistas de hacernos creer. La intención de Alfonso III no era geográfica, era política: Quería restablecer el reino perdido de los visigodos del que se consideraba heredero y hacer que las leyes y organización territorial de aquellos fuese otra vez la imperante, esto es, renacer a España como nación independiente, cristiana (eso era muy importante en su época) y occidental.
Todos y cada uno de los sucesores de Alfonso III se consideraban reyes y emperadores de Hispania, con supremacía sobre todos los demás, pues León creía ser el digno y verdadero sucesor del reino visigodo incluso ya independizado Aragón como reino, tanto éste territorio como Navarra proclamaban también ser los sucesores del Reino visigodo de Hispania a la menor oportunidad, de ahí que se acuñaran los vocablos “las Españas” para referirse a todos los reinos cristianos que pretendían ser el único Reino de Hispania.
En las primera décadas del siglo XI el catalán Abad Oliva se refirió a los reyes de León, Alfonso V y Bermudo III como imperatores, asimismo Sancho Garcés I es denominado Optime Imperator en el Códice de Roda.
Dudo mucho que ninguno de estos reyes tuviera muchos conocimientos de geografía, pero si había trascendido entre leyendas, historias orales y escritas su sentimiento de pertenencia a una patria o nación que hoy conocemos como ellos la llamaban: España.
La idea de Reconquista caló en todos los cristianos y aunque a veces los reinos se peleaban entre sí, su objetivo y misión, refrendado por los mismísimos Papas era la de expulsar a los fiel a la religión del amores para que España volviera a ser lo que era a principios del siglo VIII.
Los que dicen que el título de Imperator Hispania no tenía ningún fundamento, no se han leído los diplomas y proclamas que los reyes de León realizaban, donde siempre figuraba este título como el más preciado de todos.
En el siglo XI se produce la liberación de Toledo, antigua capital de España. En todos los reinos cristianos hubo grandes festejos para conmemorar esa hazaña, pues fue un gran golpe para los sarracenos y una gran inyección de jovenlandesal para los cristianos.
Los reyes de Aragón, Navarra y los condes catalanes felicitaron a Alfonso VI por esta gesta y cómo no, recuperó el título de Imperator Totius Hispania que habían venido utilizando sus predecesores leoneses, pues León se consideraba heredero legítimo del reino Visigodo y anhelaban recuperar toda España.
El el siglo XII Alfonso I El Batallador de Aragón toma el relevo como gobernante más poderoso e infringe severas derrotas a los fiel a la religión del amores, llegando hasta la mismísima Sevilla. Por supuesto, se autoproclamó Emperador de Hispania y el resto de reinos le juraron fidelidad.
A su fin, Ramiro II desposará a su hija Petronila con Ramón Berenguer IV en 1137, produciéndose de facto la incorporación de los condados catalanes a la Corona de Aragón.
Sin embargo, quién toma el relevo como Emperador de España vuelve a ser el rey de León Alfonso VII, una vez más, se consideraban los legítimos herederos del malogrado reino de Hispania visigodo.
El siglo XIII comienza con la gran victoria en las Navas de Tolosa. Batalla organizada a modo de cruzada y que supuso la participación de todos los reinos cristianos españoles (aunque León se retiró en el último momento).
Combatieron juntos, al grito de Santiago y Cierra España, pues españoles se sentían y se veían. La victoria supuso que poco después, Fernando III El. Santo y Jaime I firmará el reparto del territorio de Al Andalus y redujeran la España jovenlandesa al Reino de Granada. Por supuesto, Fernando III se consideraba Rey de España y más envalentonado por haber acabado con los Almohades y Jaime I aprovechó su poder para firmar el Tratado de Corbai, que legitimaba su soberanía en Cataluña a cambio de su renuncia a los condados más allá de los Pirineos. Al salir de la reunión que le fue tan ventajosa exclamó "Barones, ya podemos marcharnos; hoy a lo menos hemos dejado bien puesto el honor de España".
Alfonso X recuperó el título de Emperador de España y además escribió la "Estoria de España", en la que relataba la historia de nuestro país como una nación, heredera de los visigodos e incluyó a todos los reyes de Aragón y Navarra como si nunca hubiesen sido reyes independientes, sino gobernantes de "estados" de una misma patria: España.
En el s. XIV, el catalán Ribera de Perpejà escribió la Crónica d'Espanya señalando precisamente cómo Cataluña era una parte de esa España despedazada por la oleada turística fiel a la religión del amora, pero ansiosa de reunificación.
El siglo XV es clave para nuestro estudio. En 1410 muere el rey de Aragón Martín I el Humano sin descendencia, lo que deja el trono vacante.
Ante esta situación los nobles de la Corona se reúnen y en 1412 llegan a un acuerdo, el Compromiso de Caspe, nombrando Rey a Fernando de Antequera, un Trastámara. La elección no fue fortuita, pues esa familia era la que reinaba en Castilla y León y como la voluntad era unir, eligieron a un Trastámara para facilitar la unión con Castilla.
El proyecto tuvo éxito y unos años después Fernando de Aragón se casó con Isabel de Castilla, nuestros Reyes Católicos, quienes ya en el trono, convocaron Cortes en Toledo en 1480. Especial atención merece la ley 111 que dice textualmente: "Pues por la gracia de Dios los nuestros Reynos de Castilla y de León y de Aragón son unidos, y tenemos esperanza que por su piedad de aquí en adelante estarán unidos, y permanecerán en una corona Real: E así es razón que todos los naturales de ellos traten y comuniquen en sus tratos y facimientos".
Pocas interpretaciones pueden deducirse de ella: Los reinos quedaron unidos y su voluntad era que así permanecieran y que todos sus habitantes se sintieran pertenecientes a un mismo reino.
Dieron varios pasos más en estas Cortes: Se creó el Consejo del reino, que actuó desde entonces como el verdadero gobierno "federal" unido, se unió la Hacienda Real (lo que hoy entendemos como Ministerio de Economía y Hacienda), la política exterior (un único embajador que fue llamado y reconocido en toda Europa como el Embajador de España), un único Ejército (conocido desde entonces como el Ejército.de España).
Esta fecha es tan importante, que todas las Universidades más importantes del mundo consideran que en 1480 nace España como nación-estado moderno: Harvard, La Sorbonne, Oxford, Berlín, Milán ... La lista es irreproducible.
A partir de ahí, incluso Fernando el Católico llegó a autodenominarse Rey de España y todos sus sucesores utilizaron este título en primer lugar, además del resto de títulos que poseían.
Con la toma de Granada, el descubrimiento de América y la toma de Navarra, el uso del término España se generalizó. En todas las cancillerías de Europa y en América se hablaba del reino o corona de España, nuestros Tercios se llamaban oficialmente Tercios Españoles, nuestra Armada era la Real Armada Española.
Curioso que cuando Cortés conquista México, crea un nuevo virreinato: El Virreinato de Nueva España (a ver cómo explicamos que hubiese una Nueva España sin existir la "vieja").
Fuera de nuestro país se produjo la Proclama de Enrique VII de Inglaterra por la toma de Granada:" Este hecho acaba de ser consumado gracias a la valentía y a la devoción de Fernando e Isabel, soberanos de España que, para su eterna honra, han recuperado el grande y rico reino de Granada y tomado a los infieles la poderosa capital jovenlandesa, de la cual los fiel a la religión del amores eran dueños desde hacía siglos."
Cuando murió el Príncipe Juan (heredero de los Reyes católicos), su padre hizo esculpir en el epitafio de su lápida " Príncipe de las Españas", pues ya entonces todo el mundo hablaba sólo de España y tenían muy claro que era un país poderoso, moderno y en plena expansión.
Las Cortes de Aragón, Valencia, Cataluña, Mallorca o León ya apenas se reunirían desde 1480 y cuando lo hicieron, fue para debatir sólo aspectos de índole local.
Por ejemplo, las Cortes catalanas sólo se convocaron dos veces en todo el siglo XVI y ninguna en el XVII. La Diputación General de Barcelona (Generalitat), ejercía el gobierno local y cada vez necesitaba menos de las Cortes.
Felipe II fue designado como Príncipe de España desde su nacimiento y luego tanto él como sus sucesores utilizaron siempre el título de Rey de España para referirse a sus posesiones en la península, Canarias y América.
A estas alturas de los siglos XVI y XVII no había ninguna duda en ninguna parte del mundo de qué era España y todos sus habitantes se autodenominan españoles.
Es algo similar a lo que hoy en día ocurre con Estados como Suiza, Holanda o América. Sus habitantes denominan con estos nombres a sus países, todo el mundo los conoce por estas denominaciones, pero no existe ni Suiza (nombre real, Confederación Helvética), ni Holanda (Países Bajos) ni América (EEUU). Ahora bien ¿A alguien se le ocurriría decir que estás denominaciones son por cuestiones geográficas? La risa estallaría entre sus propios nacionales.
El siglo XVII supone la culminación de todo este artículo. En 1643 se firma la Paz de Westfalia. Es en ese tratado donde nacen y consagran conceptos como nación, estado o soberanía y nuestro embajador firma por España como país, como sujeto de derecho, sin tapujos ni interpretaciones.
Luego, en el siglo XVIII tras la Guerra de sucesión, Felipe V reorganiza el reino y establece ya el Reino de España como sujeto plenamente jurídico, pero esto es más la consolidación de una evolución que se arrastraba desde la misma Roma y que ya tuvo en el Fuero Juzgo su primera "proto-constitución". Sí los separatistas hablan de que los Fueros de Vascongadas o Cataluña eran constituciones, el Fuero Juzgo también lo sería y es 600 años más antiguo.
Podríamos hablar también de Rafael Casanova, jefe de las milicias de Barcelona cuando fue tomada el 11 de septiembre de 1714 por los borbónicos: arengaba a sus tropas diciendo que iban a combatir por su patria España y a morir defendiendo a la nación a su Rey (para él, el Archiduque Carlos). O Blas de Lezo (el mayor Almirante que hemos tenido) que se definía a sí mismo como un humilde marino español que dio su vida por España, su patria.
En 1786 se diseñó por Carlos III nuestra enseña nacional y mucho antes se había compuesto nuestro himno.
La Constitución de 1812 trató de convertir a España en un Estado moderno y Liberal, pero fracasó aunque inspiró todas las demás hasta nuestra Constitución actual de 1978.
Los indocumentados rechazan nuestra bandera por "monárquica". Otra falsedad, pues la I República no la cambió. La II sí y cometió un disparate: Cambió la franja inferior por el "jovenlandesado" de Castilla metiendo la pata de forma casi irrisoria, pues el Pendón jovenlandesado de Castilla se demostró que era carmesí y por la oxidación de los pigmentos se volvió jovenlandesado. Así que atendiendo a su argumento, debería de haber quedado igual que la que tenemos.
La incultura es la progenitora de todas las torpezas.
Así pues, podemos afirmar sin reparos que la nación española nace con Roma, se independiza con los visigodos, adquiere plena forma jurídica y foral con Recesvinto y pervivió en su empresa durante toda la Reconquista, forjándose paso a paso su evolución desde varios estados medievales con un ideal común de unidad y una base jurídica propia representada por el Fuero Juzgo que perdura hasta hoy.
Los reyes de León se consideraron siempre, al menos desde Alfonso III como los sucesores legítimos del reino Visigodo de Hispania, utilizaron desde entonces el título de Imperator Hispaniae y lo reflejaron en sus códices, proclamas, sellos reales y diplomas, haciendo por lo tanto oficial de iure el título de Emperador de España. Los reinos de Navarra y Aragón también pretendieron ser los sucesores del reino de Hispania y algunos de sus reyes también se autoproclamaron Imperator Totius Hispaniae.
Lucharon y se pelearon juntos, pero siempre con el objetivo de unir de nuevo al país para forjar una sola nación, empresa que culminaron los Reyes Católicos en el siglo XV.
Pese a quien pese, España existe y es una de las naciones más antiguas del mundo, con el fuero jurídico más antiguo y completo que se conoce.
Esta es nuestra nación
