Alois Schicklgruber
Himbersor
Estoy harto de ver en el foro como una cantidad ingente de vidas se están yendo por el retrete.
Legiones de derroídos sin rumbo, comedoritos y pajilleros compulsivos pululan sin rumbo, perdidos. Pero la culpa no es vuestra, el problema es que habéis bebido toda vuestra vida de la fuente equivocada, os han hecho creer que el mundo es blanco y neցro, o eres un alfa o no tienes nada que hacer, eres un perdedor y a lo único que puedes aspirar es a una subida de peso bigotuda que tarde a temprano te aplicará una viogen.
Si quieres abrirte a la verdad adelante pero antes aviso:
Si no estas dispuesto a leer un tocho de cuidado, déjalo, sigue en tu puñetero agujero.
Si no estás dispuesto a dejar tu forma de vida, basada en comer comida sarama y ver prono, sigue con tu cosa de vida.
Si no estás dispuesto a desechar los pilares con los que la sociedad ha deformado tu carácter, sigue viviendo en la oscuridad.
Si estás dispuesto a mejorar tu vida, adquirir hábitos de vida saludables, aficiones sanas, abrazar una nueva forma de ver la vida, adelante, eres bienvenido. Voy a cambiarte la vida y lo voy a hacer sin pedir nada a cambio.
Antes de empezar quiero aclarar el término Némesis, porqué?
El Hombre Némesis es indestrutible, no tiene rival y a la vez no compite por nada. Los otros tipos de machos no tienen nada que hacer contra él, pero a la vez no tienen necesidad de competir pues en principio no lo ven como una amenaza. Cuando una hembra se cruza en su camino el macho alfa, este se pavonea, enseña sus bíceps, ocupa espacio, agrava la voz. El Hombre Némesis se ríe y observa la actuación de forma divertida, pues cada interacción es una oportunidad de aprender algo nuevo...
El Hombre Némesis no es una cara bonita, un cuerpo musculado, un cerebro inteligente, un buen coche, una conversación agradable... El Hombre Némesis es sinergia pura, es un bloque compacto de energía, es preciso, metódico, no busca la aprobación de nadie pues él es su único juez.
Es difícil definir un concepto, pero poco a poco si sigues leyendo tendrás claro a lo que me refiero.
Llega la hora de contar mi historia, esto no es ninguna invención de ningún gurú de estos de cosa que pululan por ahí, que lo único que consiguen es enraizar más los falsos dogmas de los que habéis mamado toda la vida. Esta historia soy yo.
Cuando era joven, yo, era lo que se puede llamar un beta, un pagafantas de manual. Después de una relación no muy larga, una chica me dejó bastante tocado, tanto que estuve 3 años sin salir con ninguna otra. Me hundió en la más fruta de las miserias.
Tenia algo especial esta chica? No, en absoluto. Viendo fotos ahora, creo que no llegaría a ser ni un 5 para que nos entendamos. Una gordita que se creía el centro del universo solo por tener shishi, y claro, el pagafantas de turno, YO, hacía todo lo posible para mantener su atención. Como es obvio me dejó, y esto me convirtió en un gusano perversos.
Pasados los tres años, un amigo me dijo de salir a una discoteca con unas amigas que habían venido de otra ciudad. De hecho él, había conocido a una por internet, y venía todo su grupo en modo escolta. Obviamente dije que sí.
Nos presentamos en la discoteca con mi grupo de amigos y al cabo del rato aparece el grupo de amigas, 5 si no recuerdo mal. La verdad es que estaban de bastante buen ver. Nos presentamos y empezamos a hacer el iluso, que es básicamente lo que se hace cuando eres joven y tienes delante un grupo de chicas guapas.
Bien, resulta que una de las chicas, la llamaremos María, no se encontraba bien, tenía la regla y le dolía el estómago como me confesaría tiempo después. La verdad es que yo no la vi guapa, no iba muy arreglada y recuerdo bien que al sentarse le salía una barriguilla nada apetecible. Estaba sentada en un taburete de la barra, de vez en cuando se le acercaba alguna amiga y ya está. En ese momento pensé que sería interesante conocer a alguien, no pensé en nada más. Estaba harto de hacer de baboso por las discotecas sin comerme un rosco. Empecé a hablar de forma natural, solo quería conocer a alguien, al principio la cosa fue despacio, pero poco a poco se animó y al final estuvimos más de tres horas hablando, la verdad es que fue una conversación agradable. Me pareció una persona interesante.
Llegó el momento de marcharnos, dos besos y adiós, ni teléfonos ni nada. Daba por hecho que no la volvería a ver.
Pasaron unos pocos meses y el amigo que conocía a la chica de la otra ciudad nos dijo si queríamos ir nosotros ahora a la suya. Que les habíamos caído simpáticos. Obviamente dijimos que sí.
Llegamos, hacemos algo de vida diurna para conocer la ciudad y por la noche quedamos con el grupo de amigas. Esta vez eran unas 7, empezamos con los besos y las presentaciones, yo en modo automático dando los besos de protocolo cuando de repente me para una de ellas y señalando a la chica a la que había dado los dos besos me dice. "Que pasa, que ya no te acuerdas de ella? Es María" Pensé... que shishi? "María?" Os digo que tenía delante a un auténtico pibón. Pelo largo claro, tejanos ajustados con un ojo ciego perfecto, una blusa que dejaba ver el ombligo, vientre completamente plano... Creo que se me notó el descuadre durante unos segundos.
Para que os hagáis una idea de lo que estoy hablando, al ir andando por la calle, un par de veces le dijeron algún piropo, de todo el grupo que eran, solo a ella le dijeron algo.
Pasa la noche y en un momento inesperando me encuentro besándola, sin hacer nada especial, simplemente pasándolo bien.
Se acaba la noche y el grupo de chicas nos acompaña a nuestro hotel. Estamos en la recepción y al pasar el rato la gente se empieza a ir. Ellas a sus casas y nosotros a las habitaciones, pero María no se va. Comenta que vive lejos y que a estas horas el bus ya no pasa, le pregunto si quiere descansar en mi habitación hasta que llegue la hora del bus, accede.
En la habitación la cosa se va calentando, acabamos los dos en pelotas. No tenía condones, se la meto una vez, le digo que no podemos hacerlo y ella dice que da igual que siga. Me niego, la abrazo y nos quedamos dormidos.
Por la mañana al despertar le pregunto si querrá tomar un café por la tarde. Accede pero dice que no se podrá alargar mucho que tiene cosas que hacer. Se marcha.
Aprovecho para comprar condones y dar una vuelta con los colegas.
Por la tarde aparece en la puerta del hotel, le digo que podemos ir a tomar café o subir a mi habitación, me dice que subamos. Y ahí ya coroné.
Nos volvimos a ver varias veces, pero esa es otra historia.
Después de esto, empecé a coger confianza, a tratar a las mujeres de forma diferente, no sabía que era, pero algo había cambiado. Notaba la perturbación en la fuerza, era una sensación extraña que no sabía identificar.
Durante la época, otro amigo me preguntó si lo acompañaba a una ciudad a tomar por ojo ciego, había conocido a una chica por internet y no quería ir solo. Accedí, lo pasaremos bien pensé, además es una zona de España que todavía no conocía.
Al llegar resultó que la chica era muy maja y simpática, obviamente nos presentó a su amiga, a la que llamaremos Ramona.
Ramona era una jaca, una chavalilla de 18 años impresionante, como tenía novio y le llevaba 8 años, los días que estuvimos básicamente me dediqué a reírme de ella, más que de ella de su juventud e inexperiencia. Le decía cosas como, "Pero si tú no habías ni nacido" y tener una actitud paternal, como obligarle a ponerse el casco de la moto y cosas así. Lo pasé en grande.
Llegó el día de marcharnos y nos fuimos, mi amigo no llegó a coronar y yo me fui contento pues había sido un viaje entretenido.
El San Juan siguiente, habían pasado unos meses. Estábamos de fiesta en una casa cuando llaman al teléfono de mi colega, era la chica de a tomar por ojo ciego. De repente me dice mi colega que Ramona quiere hablar conmigo. Lo cojo.
Yo - Ramona?
Ramona - Funcitroll?
Y - Sí que pasa.
R - Fóllame.
Y- Perdona?
R - Que quiero que me ***es.
En eso se escuchan ruidos y de repente salta la amiga y me dice, no le hagas caso, está borracha. Mientras de fondo se escuchaba a Ramona gritar. Fóllame! Fóllame!...
Le pasé el teléfono al colega y ahí quedó todo. Ningún polvo vale 1000 km contando ida y vuelta, además yo ya tenía objetivos a la vista al lado de casa.
Estas dos experiencias, me dieron que pensar.
Que había hecho yo realmente? Nada... No había mostrado interés, me había resbalado todo. Y al cabo del tiempo, sin hacer nada. Ellas fueron las que dieron el paso.
Las lecciones del Hombre Némesis que extraje son;
Sé un caballero:
Un caballero es aquella persona, que cuando deja a otra persona, la deja en mejor estado de ánimo que la encontró. Haz esto con todo el mundo, no solo con las mujeres, también con otros hombres. No hagas por una mujer guapa aquello que no harías por una antiestética, haz las cosas por que te apetecen.
No compitas:
Considero que competir es signo de debilidad. Las mujeres están hartas de tener a tíos mostrándose valiosos todo el puñetero día. Si eres tu mismo y no buscas la aprobación de nadie, acabarás encendiendo la bombilla de alguna. Estarás marcando la diferencia. Si les entra curiosidad, empezarán a pensar en ti. Si empiezan a pensar en ti... están acabadas.
A veces no hacer nada, es lo más valioso que puedes hacer:
Cuando interactúes con una mujer, deja la interacción en su punto más álgido, vete. Si sientes que ya no tienes nada que decir, vete. Si a ti o a ella se le hace tarde, separaros. Habrás plantado una semilla.
El mundo está lleno de tíos que extienden las interacciones más allá de lo razonable, buscando mantener su atención. Deja que conozca a otros hombres, que la agobien y atosiguen. Si cuando la vuelvas a ver no tienes nada que decir, no digas nada, hola y adiós. Deja que ella riegue la semilla con su imaginación.
Disfruta del momento:
Pásalo bien, diviertete. Crearás un estado interno contagioso. Nadie quiere estar con muermos o con amargados.
Quiérete:
Si tu no te quieres, no te respetas. Como vas a pretender que otras personas lo hagan?
Quiere a los demás:
Cada persona, es un alma llena de contradicciones que lucha por sobrevivir. Hazle la vida más fácil. Arráncale una sonrisa, y te aseguro que el karma te será devuelto con creces.
Pues esto es todo para empezar. Espero que pienses en lo que he escrito.
Seguiré por aquí.
No me leo eso ni con tu regazo atado a unas tijeras de podar telescópicas.