Eso, más caros, con eso se soluciona todo. Siempre proponiendo subir los precios para seguir alimentando la inflación. La hostelería ya es cara, lo que es demigrante es el trato en muchos sitios. Los camareros jóvenes, a pesar de haber pasado muchos por la Escuela de Hostelería, salvo honrosas excepciones son muy poco profesionales, trabajan de mala gana, cabreados y tratan al cliente como si fuera un felpudo.
Muchos ni siquiera saben usar la caja registradora, que hoy en día incluye en la mayoría de los sitios un ordenador donde se puede registrar lo que va consumiendo cada cliente y tener una especie de ficha suya de lo que ha pagado y de lo que no mientras permanezca en el local. Pues hay muchos camareros que no lo usan por vagancia, o directamente no saben usarlo, y al final hay que acabar discutiendo con ellos si tal o cual consumición ya está pagada o no, lo cual deja al cliente con mal sabor de boca por haber sido tratado como si hubiese pretendido hacer un simpa, cuando la consumición o consumiciones ya estaban pagadas.
Y lo más grave es que esto ocurre muchas veces estando el bar casi vacío de clientes, por lo que ¿si llegas a tener el local a rebosar de clientes cómo te arreglarías, chiquillo/a? Algunos prefieren estar mirando el móvil en vez de registrar en la máquina (o acordarse de memoria, como hacían muchos chigreros de antaño) lo que ha consumido cada uno y si ya lo ha pagado o no. Tampoco les ves pasar una bayeta para limpiar la barra si está sucia o recoger los platos y las tazas sucios, que se acumulan en una esquina de la barra durante un montón de tiempo mientras los camareros y las camareras hablan entre ellos, miran el móvil o salen a la puerta a echarse un cigarro.
Supongo que será que como les pagan una cosa pasan de todo, pero es que encima como les digas algo o les critiques lo más mínimo responden con una agresividad inusitada. En mi caso ha habido alguna ocasión de llegar casi a las manos con algún camarero por intentar cobrarme dos veces por la misma consumición y encima ponerse chulos intentando impedir que te vayas del local, poniéndose cual matones en medio de la puerta o intentando agarrarte por el brazo cuando ya habías pagado, pero no tienes el ticket porque esa es otra: en muchos sitios no te dan ticket cuando están obligados por ley a darlo. Y si se lo pides te ponen mala cara o se excusan diciendo que la máquina está averiada o que se les han acabado los rollos de papel.
Falta muchísima formación y profesionalidad, mejor atención y salarios y sobran muchísimos locales, de acuerdo, pero los precios ya no se pueden subir mucho más. Decía recientemente el presidente de los hosteleros de Gijón que en su local estaba vendiendo el menú del día a pérdidas, aunque necesita mantenerlo porque el menú también le aumenta la venta de las bebidas y al final le sale un poco rentable. Pero que no puede subir más el precio del menú porque si lo pone a 15 euros entre semana no los pagaría nadie, por eso lo mantiene a 10 u 11. Es un encaje de bolillos bastante difícil: poca profesionalidad de algunos, exceso de oferta (demasiados locales de hostelería), precios de las materias primas y gastos de alquiler, luz, etc., que dejan cada vez menos margen de ganancia, precios que si los subes más espantas a los pocos clientes fijos que te quedan, etc, etc.
