M. Priede
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Una energía casi infinita y barata multiplicaría la población mundial hasta devastar todos los demás recursos. Eso alegan los mathusianos, y no les falta razón, porque Malthus acertaba de lleno en el problema que se estaba originando dado que la población aumentaba de manera exponencial mientras los recursos lo hacían de manera lineal; quienes le critican no se dan cuenta de que Malthus no podía saber de los desarrollos técnicos y científicos posteriores, que ahora tocan a su fin debido a la escasez de energía.
Se podría pensar que una solución pasaría por sancionar a aquellos países que incumplan las tasas de natalidad, pero ¿quién obligaría a cumplir esos acuerdos? Ya vemos que los rusos buscan por todos los medios aumentar el número de hijos por mujer, lo mismo los chinos, y es que la humanidad existe como abstracción, o frente a otras especies, en sí misma está compuesta por individuos con intereses totalmente contrapuestos. Esas cosas que tanto gustan a los masones, de la humanidad y la hermandad, lo dicen mientras ellos manden, no así si lo hacen otros, de ahí la planificación genocida en nombre de la especie humana, sobre todo la suya. Es un problema para el que no se le ve una solución.
Quizá radique en el desarrollo económico. En un país pobre los hijos son una inversión; en uno rico son gastos hasta casi los treinta años, por eso se tienen menos hijos, y lo estamos viendo en China, donde ya no hace falta acabar con la prohibición de que los matrimonios tengan más de un hijo; ahora piden que tengan tres pero los chinos se niegan. Salvo que se cometa la locura de subvencionarlos por número de hijos cuando no hacen falta, como sucede en España con los marroquíes, que llegan con la lista de derechos nada más bajar de la patera, y si no están de acuerdo, llaman a una de las múltiples delegaciones que tiene Mohamed en España y rápidamente se soluciona. No digamos que con la mayor desfachatez te meta en casa miles de niños, sin que nadie en todo el mundo condene un acto tan perversos, y luego nos obligue a mantenerlos.
Viene de lejos, y eso por no remotarnos a los indígenas que les sobraban:
www.strategic-culture.org
La dinámica de la diplomacia de la energía nuclear: Rusia y China frente a los neomalthusianos
Matthew Ehret
7 de junio de 2021
© Foto: Dominio público
El Green New Deal de hoy y la visión verde anti-BRI del G7 tienen en su corazón esta profunda visión misantrópica de la humanidad entretejida en su programación, escribe Matt Ehret.
En 1975, un influyente biólogo de Stanford llamado Paul Ehrlich (autor de la bomba de población misantrópica de 1968) declaró que, en su opinión, la adquisición de energía de fusión por parte de la humanidad era “como darle una ametralladora a un niño petulante”. Los puntos de vista de Ehrlich fueron ampliamente compartidos entre la peculiar secta de científicos que han llegado a conocerse como neomalthusianos. El colega de Ehrlich, John Holdren, rumió que el desarrollo de la energía de fusión no era deseable porque solo inflamaría la mentalidad de "pavimentar el planeta y pintarlo de verde" de la humanidad.
El autor de la Tercera Revolución Industrial y activista marginal convertido en asesor climático internacional de la ONU llamado Jeremy Rifkind declaró que "la perspectiva de energía de fusión barata es lo peor que le podría pasar al planeta".
A través de las muchas voces de este paisaje neomalthusiano, el mantra ha sido el mismo: la energía de fusión siempre está a 30-40 años de distancia y dado que el mundo se desbordará mucho antes de que llegue este día de todos modos, ¿por qué molestarse en soñar con eso cuando podríamos empezar? cubriendo el mundo con paneles solares ahora para descarbonizar la sociedad y detener el nuevo Armagedón?
El Green New Deal de hoy y la visión verde anti-BRI del G7 tienen en su corazón esta profunda visión misantrópica de la humanidad entretejida en su programación. Si bien muchos se sienten atraídos por el concepto de una tierra limpia, las consecuencias de la descarbonización global a niveles preindustriales, tal como lo describen los tecnócratas modernos, serán la desafortunada, aunque planificada, fin de una gran proporción de la población mundial ... a menos que la energía nuclear sea limpia y abundante. El poder con un enfoque en los procesos de fisión y fusión impulsa esa tras*ición energética global.
Desafortunadamente, el poder del efecto Pigmalión es fuerte entre la raza actual de ideólogos maltusianos.
Tan pronto como un maltusiano alcanza una posición de influencia política económica o científica, estos ideólogos no pierden tiempo en sabotear el apoyo del gobierno a todos los programas energéticos que harían irrelevante y errónea su fe permanente en la "superpoblación humana".
El propio Holdren no perdió tiempo en cancelar las escasas iniciativas estadounidenses de investigación sobre la fusión durante el tiempo que dirigió la política científica estadounidense bajo Barak Obama. Pero Holdren simplemente estaba siguiendo una larga tradición de sabotaje.
Tomemos, por ejemplo, la reducción drástica de la investigación sobre energía de fusión iniciada bajo la presidencia controlada por la Comisión Trilateral de Jimmy Carter, que ha continuado sin cesar hasta el día de hoy.
La financiación real no solo cayó muy por debajo de los requisitos mínimos para construir y activar prototipos de nuevos diseños, sino que a partir de 1977 la financiación se redirigió cada vez más hacia formas de energía de “crecimiento tecnológico cero” como la tecnología de molinos de viento y células fotovoltaicas. Incluso los dominios convencionales de la investigación de la energía nuclear, como el cierre del ciclo del combustible mediante el uso de reactores reproductores rápidos, que Estados Unidos alguna vez defendió, fueron eliminados bajo una Orden Ejecutiva y enterrados bajo una jovenlandesatoria durante la década de 1970. Una de las figuras clave en este ataque a la fusión fue el zar de RAND Corp Energy, James Schlesigner, quien amplió las leyes reguladoras y recortó los fondos en la fusión a pesar de que se alcanzaron hitos en Los Alamos y Princeton en 1976. La cosmovisión de Schlesinger como un sacerdote de la perdición se definió enun libro de 1960 donde dijo:
“La economía es la ciencia preferida en un mundo de recursos limitados…. Hemos viajado por todo el mundo difundiendo el 'evangelio de la abundancia' elevando el nivel de expectativas… [pero] en la naturaleza de las cosas, estas expectativas crecientes nunca pueden ser satisfechas…. En nuestra política estratégica debemos volver a los días anteriores a la Revolución Industrial ... [y] prepararnos para librar guerras limitadas ".
Esta nueva era de guerras limitadas fue marcada por el NSSM-200 de Kissinger en 1974, que pedía convertir la política exterior a favor del desarrollo de Estados Unidos, ejemplificada por Átomos para la paz de Eisenhower y Nuevas fronteras de Kennedy en un programa de despoblación.
El informe de Kissinger no se anda con rodeos: “La economía de Estados Unidos requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales del exterior, especialmente de los países menos desarrollados. Ese hecho le da a Estados Unidos un mayor interés en la estabilidad política, económica y social de los países proveedores. Dondequiera que una disminución de las presiones demográficas mediante la reducción de las tasas de natalidad pueda aumentar las perspectivas de tal estabilidad, la política demográfica se vuelve relevante para el suministro de recursos y los intereses económicos de los Estados Unidos…. Aunque la presión demográfica no es obviamente el único factor involucrado, este tipo de frustraciones es mucho menos probable en condiciones de crecimiento demográfico lento o nulo ".
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Se podría pensar que una solución pasaría por sancionar a aquellos países que incumplan las tasas de natalidad, pero ¿quién obligaría a cumplir esos acuerdos? Ya vemos que los rusos buscan por todos los medios aumentar el número de hijos por mujer, lo mismo los chinos, y es que la humanidad existe como abstracción, o frente a otras especies, en sí misma está compuesta por individuos con intereses totalmente contrapuestos. Esas cosas que tanto gustan a los masones, de la humanidad y la hermandad, lo dicen mientras ellos manden, no así si lo hacen otros, de ahí la planificación genocida en nombre de la especie humana, sobre todo la suya. Es un problema para el que no se le ve una solución.
Quizá radique en el desarrollo económico. En un país pobre los hijos son una inversión; en uno rico son gastos hasta casi los treinta años, por eso se tienen menos hijos, y lo estamos viendo en China, donde ya no hace falta acabar con la prohibición de que los matrimonios tengan más de un hijo; ahora piden que tengan tres pero los chinos se niegan. Salvo que se cometa la locura de subvencionarlos por número de hijos cuando no hacen falta, como sucede en España con los marroquíes, que llegan con la lista de derechos nada más bajar de la patera, y si no están de acuerdo, llaman a una de las múltiples delegaciones que tiene Mohamed en España y rápidamente se soluciona. No digamos que con la mayor desfachatez te meta en casa miles de niños, sin que nadie en todo el mundo condene un acto tan perversos, y luego nos obligue a mantenerlos.
Viene de lejos, y eso por no remotarnos a los indígenas que les sobraban:
Una de las figuras clave en este ataque a la fusión fue el zar de RAND Corp Energy, James Schlesigner, quien amplió las leyes reguladoras y recortó los fondos en la fusión a pesar de que se alcanzaron hitos en Los Alamos y Princeton en 1976. La cosmovisión de Schlesinger como un sacerdote de la perdición se definió enun libro de 1960 donde dijo:
“La economía es la ciencia preferida en un mundo de recursos limitados…. Hemos viajado por todo el mundo difundiendo el 'evangelio de la abundancia' elevando el nivel de expectativas… [pero] en la naturaleza de las cosas, estas expectativas crecientes nunca pueden ser satisfechas…. En nuestra política estratégica debemos volver a los días anteriores a la Revolución Industrial ... [y] prepararnos para librar guerras limitadas ".
Como indicativo de la filosofía deshonesta utilizada para justificar el rechazo de Estados Unidos a la investigación de la fusión, uno de los padres del renacimiento neomalthusiano Paul Ehrlich, autor de la bomba de población en 1968, dijo en una entrevista de 1989 que proporcionar energía barata y abundante a la humanidad era “como dar una ametralladora a un niño petulante ”.
Un discípulo y coautor de Ehrlich que se convirtió en el "zar de la ciencia" bajo Barak Obama fue el biólogo John Holdren, quien escribió en 1969: "La decisión de controlar la población se opondrá a los economistas y empresarios con mentalidad de crecimiento, a los estadistas nacionalistas, a líderes religiosos celosos, y por los miopes y bien alimentados de cada descripción. Por lo tanto, corresponde a todos los que perciben las limitaciones de la tecnología y la fragilidad del equilibrio ambiental para hacerse oír por encima del coro vacío y optimista, para convencer a la sociedad y a sus líderes de que no hay otra alternativa que el cese de nuestros irresponsables, todos. un crecimiento demográfico exigente y que todo lo consume ".
https://www.strategic-culture.org/n...s-fusion-energy-national-priority-for-russia/
The Dynamics of Nuclear Power Diplomacy: Russia and China vs the Neo-Malthusians
Today’s Green New Deal and G7 Green anti-BRI vision have at their heart this profound misanthropic view of humanity weaved into their programming, Matt Ehret…
La dinámica de la diplomacia de la energía nuclear: Rusia y China frente a los neomalthusianos
Matthew Ehret
7 de junio de 2021
© Foto: Dominio público
El Green New Deal de hoy y la visión verde anti-BRI del G7 tienen en su corazón esta profunda visión misantrópica de la humanidad entretejida en su programación, escribe Matt Ehret.
En 1975, un influyente biólogo de Stanford llamado Paul Ehrlich (autor de la bomba de población misantrópica de 1968) declaró que, en su opinión, la adquisición de energía de fusión por parte de la humanidad era “como darle una ametralladora a un niño petulante”. Los puntos de vista de Ehrlich fueron ampliamente compartidos entre la peculiar secta de científicos que han llegado a conocerse como neomalthusianos. El colega de Ehrlich, John Holdren, rumió que el desarrollo de la energía de fusión no era deseable porque solo inflamaría la mentalidad de "pavimentar el planeta y pintarlo de verde" de la humanidad.
El autor de la Tercera Revolución Industrial y activista marginal convertido en asesor climático internacional de la ONU llamado Jeremy Rifkind declaró que "la perspectiva de energía de fusión barata es lo peor que le podría pasar al planeta".
A través de las muchas voces de este paisaje neomalthusiano, el mantra ha sido el mismo: la energía de fusión siempre está a 30-40 años de distancia y dado que el mundo se desbordará mucho antes de que llegue este día de todos modos, ¿por qué molestarse en soñar con eso cuando podríamos empezar? cubriendo el mundo con paneles solares ahora para descarbonizar la sociedad y detener el nuevo Armagedón?
El Green New Deal de hoy y la visión verde anti-BRI del G7 tienen en su corazón esta profunda visión misantrópica de la humanidad entretejida en su programación. Si bien muchos se sienten atraídos por el concepto de una tierra limpia, las consecuencias de la descarbonización global a niveles preindustriales, tal como lo describen los tecnócratas modernos, serán la desafortunada, aunque planificada, fin de una gran proporción de la población mundial ... a menos que la energía nuclear sea limpia y abundante. El poder con un enfoque en los procesos de fisión y fusión impulsa esa tras*ición energética global.
Desafortunadamente, el poder del efecto Pigmalión es fuerte entre la raza actual de ideólogos maltusianos.
Tan pronto como un maltusiano alcanza una posición de influencia política económica o científica, estos ideólogos no pierden tiempo en sabotear el apoyo del gobierno a todos los programas energéticos que harían irrelevante y errónea su fe permanente en la "superpoblación humana".
El propio Holdren no perdió tiempo en cancelar las escasas iniciativas estadounidenses de investigación sobre la fusión durante el tiempo que dirigió la política científica estadounidense bajo Barak Obama. Pero Holdren simplemente estaba siguiendo una larga tradición de sabotaje.
Tomemos, por ejemplo, la reducción drástica de la investigación sobre energía de fusión iniciada bajo la presidencia controlada por la Comisión Trilateral de Jimmy Carter, que ha continuado sin cesar hasta el día de hoy.
La financiación real no solo cayó muy por debajo de los requisitos mínimos para construir y activar prototipos de nuevos diseños, sino que a partir de 1977 la financiación se redirigió cada vez más hacia formas de energía de “crecimiento tecnológico cero” como la tecnología de molinos de viento y células fotovoltaicas. Incluso los dominios convencionales de la investigación de la energía nuclear, como el cierre del ciclo del combustible mediante el uso de reactores reproductores rápidos, que Estados Unidos alguna vez defendió, fueron eliminados bajo una Orden Ejecutiva y enterrados bajo una jovenlandesatoria durante la década de 1970. Una de las figuras clave en este ataque a la fusión fue el zar de RAND Corp Energy, James Schlesigner, quien amplió las leyes reguladoras y recortó los fondos en la fusión a pesar de que se alcanzaron hitos en Los Alamos y Princeton en 1976. La cosmovisión de Schlesinger como un sacerdote de la perdición se definió enun libro de 1960 donde dijo:
“La economía es la ciencia preferida en un mundo de recursos limitados…. Hemos viajado por todo el mundo difundiendo el 'evangelio de la abundancia' elevando el nivel de expectativas… [pero] en la naturaleza de las cosas, estas expectativas crecientes nunca pueden ser satisfechas…. En nuestra política estratégica debemos volver a los días anteriores a la Revolución Industrial ... [y] prepararnos para librar guerras limitadas ".
Esta nueva era de guerras limitadas fue marcada por el NSSM-200 de Kissinger en 1974, que pedía convertir la política exterior a favor del desarrollo de Estados Unidos, ejemplificada por Átomos para la paz de Eisenhower y Nuevas fronteras de Kennedy en un programa de despoblación.
El informe de Kissinger no se anda con rodeos: “La economía de Estados Unidos requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales del exterior, especialmente de los países menos desarrollados. Ese hecho le da a Estados Unidos un mayor interés en la estabilidad política, económica y social de los países proveedores. Dondequiera que una disminución de las presiones demográficas mediante la reducción de las tasas de natalidad pueda aumentar las perspectivas de tal estabilidad, la política demográfica se vuelve relevante para el suministro de recursos y los intereses económicos de los Estados Unidos…. Aunque la presión demográfica no es obviamente el único factor involucrado, este tipo de frustraciones es mucho menos probable en condiciones de crecimiento demográfico lento o nulo ".
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