Cada vez es algo más grotesco pero peor que los panzudos rellenitos resoplando metiéndose una comida de 4000kcal por la que han pagado junto a su Charo y a su larva mediocre el salario de 14 días y bebiendo para quemar la barra libre hasta terminar borrachos, malolientes y sudorosos delante de familiares y niños es el hecho de celebrar algo que supone una condena para el hombre y una frustración a largo plazo para la mujer
Es un rito completamente poco agradable, sin sentido y nocivo
Pobres, pero pobres infelices e ingenuos los nuevos maridos (palabra que da ardor de estomago y apesta a pishavieja) que se desviven por darle a su precharo la boda más ostentosa y lujosa posible, en lugar de dedicar ese esfuerzo, tiempo y dinero en mejorarse como hombres (gimnasio, dieta sana, higiene del sueño, lectura y meditación), en mandar a tomar por pandero a la bigotuda que ya tienen polifollada y en aprender a VIVIR
La curiosa sociedad en la que los hombres se ponen una soga en el cuello con todo su esfuerzo y ganas.