MANUEL CASCÓN BRIEGA, piloto, coronel y último jefe de la aviación REPUBLICANA Española, FUSILADO en Paterna en 1939 por los franquistas
Manuel Cascón Briega nació en Oviedo en 1895. Fue el tercero de los 6 hijos de Avelino Cascón Martínez, oficial de Infantería, y Elvira Briega Martín. Se crió en Ciudad Rodrigo (Salamanca). Ingresó en la Academia de Intendencia Militar (Ávila) en 1912. Fue destinado a la comandancia de Melilla, como jefe de convoyes de aprovisionamiento a unidades de primera línea. En 1919 se incorporó a la escuela militar de pilotos en Cuatro Vientos y Getafe.
En 1922 participó en bombardeos en la guerra de jovenlandia. Su intervención se vio recompensada con la concesión de 3 cruces del Mérito Militar de 1.ª clase con distintivo rojo más la Medalla Militar de jovenlandia con el pasador de Melilla. En 1923 ya era capitán, su carrera como piloto fue ascendente desde entonces. Tras la proclamación de la República el 14 de abril de 1931 fue destinado a la escuadra 1 de Getafe. Tenía un carácter serio, amante del orden, del ejercicio físico y de la vida austera. Como mando militar tenía fama de ser muy recto, muy reglamentario y muy justo, lo que le granjeó desencuentros con compañeros, superiores y soldados.
El alzamiento militar le sorprendió como jefe del grupo de caza 11 de Getafe, cuyo acuartelamiento no se sublevó. Sin dudarlo un momento contribuyó eficazmente a reducir la sublevación del vecino Regimiento de Artillería ligera núm. 1, gracias a su liderazgo y capacidad de organización. El 20 de julio, el capitán Cascón protagonizó el primer combate aéreo de la guerra civil, pilotando un Nieuport 52, desde el que alcanzó a un Breguet 19 sublevado.
En septiembre de 1936, siendo Hidalgo de Cisneros jefe de la Aviación Militar de la República, fue nombrado jefe de las fuerzas aéreas del Norte, con cuartel general en Santander. Los medios de que disponía eran muy escasos y fueron reforzados con una escuadrilla de “Alas Rojas” procedentes de Cataluña. En noviembre llegaron 19 aparatos de caza Polikarpov I-15. Cascón fue ascendido a comandante y en enero de 1937 fue relevado del mando para hacerse cargo de la expedición de 191 jóvenes que salían destinados para formarse como pilotos en Kirovabad (URSS) en los aparatos Polikarpov I-15 (“Chato”) y Polikarpov I-16 (“Mosca”).
A su regreso a España fue ascendido a teniente coronel por méritos de guerra y nombrado jefe de la 2ª Región Aérea e Inspector jefe de las escuelas de vuelo, participando activamente en la formación de nuevas promociones de pilotos. En 1939 Cascón fue nombrado jefe de la Aviación Militar, con puesto de mando en el aeródromo de Los Llanos (Albacete). En todo momento manifestó su voluntad de permanecer en España, sin abandonar a sus subordinados. Cuando llegó el momento de la rendición, Cascón participó en una reunión, el 27 de marzo de 1939, en Los Llanos, para tratar de la entrega de los aviones en Barajas a los nazionales, donde entregaron 17 Katiuskas disponibles y 3 fueron utilizados para salir de España, pilotados por Leocadio Mendiola, Ananías Sanjuan y Juan Sospedra, que volaron hasta Orán (Argelia).
Cascón tuvo la posibilidad de huir pero se quedó porque no podía abandonar a sus hombres y dejarlos en la estacada. Leocadio Mendiola intentó convencer al coronel Cascón de que saliera con ellos, y este le contestó: -¡Soy el Jefe de Aviación y debo permanecer en mi puesto! -Mi coronel, le fusilarán. -¡Cometerán un grave error! Mendiola, que tenga usted un feliz viaje y buena suerte.
Cacón confió en las promesas de Franco de que no habría represalias para aquellos militares profesionales que, como él, no hubieran pertenecido a ningún partido político y se habían limitado a cumplir órdenes. Sin embargo una vez hecho prisionero le enviaron como a un vil delincuente a la prisión común de Albacete, donde le asignaron los mas deshonrosos menesteres. El comandante “nazional” de Aviación, Gerardo Fernández Pérez, después de humillarle le dijo: ¡Han perdido una guerra con todas sus consecuencias, no piensen en la guandoca, serán condenados a fin y fusilados!
El consejo de guerra contra Cascón se celebró el 20 de julio de 1939. Durante la sesión cuando el fiscal se refirió a él como “coronel de la Aviación roja” Cascón le replicó: “De ninguna manera. Soy coronel de la Aviación Republicana”. Cuando fue acusado de traición y rebelión militar rechazó todas las acusaciones, que le fueron presentadas: “Yo no me rebelé nunca. Quienes os habéis rebelado habéis sido vosotros”. Solicitó clemencia para todos sus antiguos subordinados, aunque se negó a pedirla para sí mismo. El tribunal, compuesto por jefes y compañeros suyos de antes de la guerra, lo declaró culpable y dictó sentencia de fin. Fue fusilado en el campo de tiro de Paterna (Valencia) el 3 de agosto de 1939.