I. de A.
Madmaxista
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¿A qué se refieren los podemitas con ‘Arderéis como en el 36’? (3ª parte)
Juan E. Pflüger
/ 25 junio, 2015
Continuamos con la serie centrada en explicar qué significa el grito de guerra enarbolado por algunos podemitas y la izquierda radical: “Arderéis como en el 36”. Aquellos miles de asesinatos de hace casi 80 años vuelven a cobrar actualidad gracias al nuevo ataque anticatólico que padece España.
Esta vez nos centraremos en la crueldad del martirio de los dominicos de Almagro. Los estudios que se realizaban en el convento de esa localidad de Ciudad Real habían concluido con el inicio del verano y solo una treintena de frailes y estudiantes permanecían en las instalaciones.
El 18 de julio, tras el levantamiento militar los religiosos empezaron a percibir un aumento de los insultos y las amenazas por parte de un sector de la población dirigido desde el ateneo libertario. Tres días después, varios miembros de esta institución anarquista quemaron la Iglesia de la progenitora de Dios, próxima al convento. Cuando varios de los religiosos acudieron a sofocar el incendio fueron agredidos por la turba que saqueaba el interior del templo mientras prendían el fuego. Al frente de la gente estaban los dirigentes del ateneo libertario que llevaban desde el principio de la guerra insistiendo al alcalde, el socialista Daniel García Pozo, para que les permitiera acabar a los religiosos.
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El alcalde propuso que los dominicos abandonaran el convento y se instalasen en casas particulares tras enterarse de que los anarquistas estaban planeando incendiar el edificio con sus habitantes dentro. Sin embargo, la presión de los miembros del ateneo libertario obligó a que los religiosos fueran reubicados en una casa abandonada. Para intentar que no fueran asesinados en la localidad, el alcalde les facilitó poco a poco salvoconductos para que fueran abandonando Almagro.
Sin embargo, los anarquistas los seguían en sus desplazamientos para que fueran detenidos y asesinados en las poblaciones en las que eran interceptados. Así, tres religiosos fueron asesinados en Miguelturra y otros tantos en Manzanares, algunos de ellos fueron torturados y mutilados antes de recibir la descarga del pelotón de fusilamiento.
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El grueso de los dominicos fue fusilado el día 13 de agosto en Almagro para evitar que fueran trasladados a Madrid a instancias del alcalde socialista. Por la noche fueronllevados a un descampado próximo al municipio donde fueron fusilados uno a uno en presencia del resto de los miembros de la congregación. Mientras les disparaban, eran insultados e instados a blasfemar y abandonar la fe.
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Los restos de los 27 mártires de Almagro fueron recuperados tras la Guerra Civil y enterrados en la capilla del convento en el que fueron detenidosen la noche del 23 de julio de 1936.
Juan E. Pflüger
/ 25 junio, 2015
Continuamos con la serie centrada en explicar qué significa el grito de guerra enarbolado por algunos podemitas y la izquierda radical: “Arderéis como en el 36”. Aquellos miles de asesinatos de hace casi 80 años vuelven a cobrar actualidad gracias al nuevo ataque anticatólico que padece España.
Esta vez nos centraremos en la crueldad del martirio de los dominicos de Almagro. Los estudios que se realizaban en el convento de esa localidad de Ciudad Real habían concluido con el inicio del verano y solo una treintena de frailes y estudiantes permanecían en las instalaciones.
El 18 de julio, tras el levantamiento militar los religiosos empezaron a percibir un aumento de los insultos y las amenazas por parte de un sector de la población dirigido desde el ateneo libertario. Tres días después, varios miembros de esta institución anarquista quemaron la Iglesia de la progenitora de Dios, próxima al convento. Cuando varios de los religiosos acudieron a sofocar el incendio fueron agredidos por la turba que saqueaba el interior del templo mientras prendían el fuego. Al frente de la gente estaban los dirigentes del ateneo libertario que llevaban desde el principio de la guerra insistiendo al alcalde, el socialista Daniel García Pozo, para que les permitiera acabar a los religiosos.
El alcalde propuso que los dominicos abandonaran el convento y se instalasen en casas particulares tras enterarse de que los anarquistas estaban planeando incendiar el edificio con sus habitantes dentro. Sin embargo, la presión de los miembros del ateneo libertario obligó a que los religiosos fueran reubicados en una casa abandonada. Para intentar que no fueran asesinados en la localidad, el alcalde les facilitó poco a poco salvoconductos para que fueran abandonando Almagro.
Sin embargo, los anarquistas los seguían en sus desplazamientos para que fueran detenidos y asesinados en las poblaciones en las que eran interceptados. Así, tres religiosos fueron asesinados en Miguelturra y otros tantos en Manzanares, algunos de ellos fueron torturados y mutilados antes de recibir la descarga del pelotón de fusilamiento.
El grueso de los dominicos fue fusilado el día 13 de agosto en Almagro para evitar que fueran trasladados a Madrid a instancias del alcalde socialista. Por la noche fueronllevados a un descampado próximo al municipio donde fueron fusilados uno a uno en presencia del resto de los miembros de la congregación. Mientras les disparaban, eran insultados e instados a blasfemar y abandonar la fe.
Los restos de los 27 mártires de Almagro fueron recuperados tras la Guerra Civil y enterrados en la capilla del convento en el que fueron detenidosen la noche del 23 de julio de 1936.