El marxismo se vale de la teoría del valor-trabajo (recordémoslo por enésima vez: se debe a Adam Smith y David Ricardo y era la teoría común entre los economistas burgueses en la época de Marx) principalmente para demostrar la existencia de explotación mediante la extracción de plusvalía. Secundariamente sirve para explicar la formación de los precios de las mercancías en un mercado pero, antes de a Heinz Dietereich con su economía de las equivalencias, a ningún economista marxista se le ha ocurrido aplicarla diréctamente para calcular esos precios.
La teoría del valor-trabajo es radicalmente errónea.
En una economía primitiva sin uso del capital o muy poco capitalizada, en la que la producción es puramente artesanal, la cantidad de trabajo que los artesanos asignan a la producción de cada bien viene casi a ser proporcional al valor que luego esos bienes alcanzan espontaneamente en un mercado.
El agricultor artesanal dedica 3,2 veces más horas de trabajo a los tomates que a las patatas y esos tomates tienen aproximadamente una tasa de intercambio o valor de mercado de 3,2 kilos de patatas por kilo de tomate.
(Esta agricultor artesanal, en un proceso de maximización de su salario, uniformiza su salario de modo que gana lo mismo por hora de cultivo de patatas que por hora de cultivo de tomates)
De esta casi coincidencia entre cantidad de trabajo y cantidad de valor es falaz deducir que la cantidad de trabajo invertido "causa" el valor el bien producido y el valor del bien sería un efecto proporcional al trabajo empleado. La relación causal, en este caso tan limitado, es la inversa: el agricultor invierte 3,2 veces más trabajo en cada kilo de tomates porque esos tomates tienen un valor de mercado 3,2 veces mayor.
El valor de mercado es la causa y el trabajo proporcional asignado es el efecto.
En cualquier economía mínimamente desarrollada está presente el uso del capital, lo que hace que esta correlación cantidad de trabajo - cantidad de valor desaparezca por completo y no tenga utilidad explicativa incluso aunque se use la dirección causal correcta (la opuesta a la que ven Adam Smith o Marx)
La plusvalía es un error contable derivado de un uso incorrecto del valor económico, de la incomprensión radical del valor económico.
Las mentes económicas más ingenuas, lo que incluye las mentes de los economistas, "agregan" o "integran" el valor económico mediante una suma repetida (también llamada "multiplicación")
Por ejemplo: si una motocicleta tiene un valor de mercado de 2.000 euros y el sector de la motocicleta ha producido 1 millón de motocicletas un año, entonces el valor total de la producción de ese sector ese año ha sido de 2.000 millones de euros (1 millón de motos x el valor de cada moto)
Esto es (radicalmente) erróneo: el valor de mercado de las motos es "marginal", es el valor de la última moto producida, el valor de la moto que menos valor tiene, no el valor de cualquiera de ese millón de motos.
Veamos el espejismo contable de la plusvalía.
Imaginemos una economía medieval puramente basada en la artesanía. En esta economía todo el capital es "natural": tierras de cultivo, ríos con los que regar o un mar en el que pescar. Este "capital natural" es propiedad de un Lord, el bisabuelo de de Keynes, por ejemplo, y no tiene un coste contable porque no fue comprado sino robado por el Estado y no debe producirse ni reponerse.
Esta economía tiene un PIB de 100.000 millones con 2 millones de trabajadores. Puesto que no hace falta producir capital, toda la economía es destinada a producir bienes de consumo como comida, ropa, medicinas o viviendas, o sea: salarios.
El PIB es de 100.000 millones, el sector de bienes de consumo o sector productor de salarios es de 100.000 millones y por tanto la masa salarial tiene un valor de 100.000 millones. La economía tiene una producción total de 100.000 millones de los cuales 100.000 millones son salarios.
En promedio, cada trabajador produce un valor de 50.000 euros y recibe un salario de 50.000 euros. La plusvalía es cero.
Imaginemos ahora que esta economía se capitaliza por medio de la producción de capital artificial, cosas como motores, máquina herramienta y locomotoras con las que va formándose un "tejido productivo"
Como ese tejido productivo aumenta la productividad, el PIB pasa de 100.000 a 200.000 millones. La necesidad de producir y mantener ese tejido productivo hace que ahora la economía esté dividida en un sector de bienes de consumo o salarios del 70% del PIB y en un sector de capital o bienes de equipo del 30% del PIB. Sigue habiendo 2 millones de trabajadores.
La masa salarial, que antes era el 100% del PIB ahora es del 70% del PIB.
La producción de cada trabajador en promedio es tiene un valor de 100.000 euros (200.000 millones / 2 millones). El salario de cada trabajador en promedio es de 140.000 euros (0.7 x 200.000 millones / 2 millones)
El valor del salario que recibe cada trabajador es del 70% del valor de la producción de ese trabajador y aparece una "plusvalía" del 30%.
(Nótese que el salario de los trabajadores ha crecido un 40% a pesar de la aparición de una "plusvalía" que antes no había)
Este modelo económico es tan elemental que podemos descartar que haya explotadores o vividors: hemos supuesto en los cálculos que la totalidad de los salarios producidos es repartida igualitariamente entre la totalidad de los trabajadores.
La "plusvalía" es una falacia de cálculo contable que aparece automáticamente cuando una economía deja de destinar el 100% de su producción a los bienes de consumo y dedica parte de su esfuerzo productivo a los bienes de equipo (debido a que los salarios están formados solo por bienes de consumo)
Cualquier economía, sea de mercado o soviética que dedique un 19% de la economía a la producción de bienes de equipo verá la aparición de plusvalías promedio del 19% pero esto es un espejismo y no indica que alguien esté explotando a los demás o robando la riqueza.
Las economías que usan capital, y toda economía prospera usa mucho capital, simplemente no dedican todo su esfuerzo productivo a producir salarios lo que obliga a que la masa salarial tenga que ser necesariamente menor que el valor del PIB.