Estoy bastante de acuerdo, e iba a decir algo parecido, aunque no exactamente identico.
Para mi existen dos clases de genios militares.
Creadores. Como bien dices, los grandes militares son quienes reforman e innovan en el campo militar alumbrando nuevas revoluciones que cambian las cosas. En particular lo que yo llamaría "padres de ejércitos" que son los que reforman las fuerzas armadas de un pais, algunos buenos ejemplos serían Filipo de Macedonia, Almilcar Barca, Cayo Mario o Federico Guillermo I de Prusia.
Estos son quienes organizan, crean, plantean las cosas y generan un know how que después va a ser decisivo.
Herederos. Después están quienes reciben todas esas doctrinas y las emplean a la perfección. Y con respecto a los de arriba, no es casualidad que aparezca un sucesor que es quien recibe la fama: Alejandro Magno, Anibal, Julio Cesar o Federico de Prusia no hacen sino recibir una buena herencia e "invertirla" bien. Estos últimos no siempre tienen que "recibir una herencia", también hay grandes genios militares que tuvieron una ejecutoria "mas o menos" convencional en lo que a técnica se refiere, pero que lograron colosales éxitos simplemente porque eran mejores, el mejor ejemplo es Napoleón.
Como es mas que evidente, las posibilidades de éxito de un militar, dependen de factores completamente incontrolables para el. Al final la cosa se trata de conducir bien un coche pero especialmente que el coche sea bueno. De hecho la mayoría de batallas se ganan no en el momento ni ya dias o meses antes, sino años y posiblemente décadas (demografía, economía, ethos marcial, tradiciones, etc.).
PD: Ni que decir tiene que estos "rankings" son pueriles, comparar militares históricos es como comparar a escritores, tiene nulo sentido comparar a Homero con Cervantes o a Salinger con Hesiodo...
Excelente mensaje.
Para mi, hay ciertas diferencias entre Alejandro, Aníbal y Julio César.
Alejando si que heredó un ejercito hecho, la organización, las tácticas, los generales, y hasta el plan de invadir Persia. Aunque eso no quiere decir que fuera un niñato que le cayó todo heredado, porque él ya había demostrado su habilidad y valor luchando a las órdenes de su padre. Pero Filipo también había inventido grandes esfuerzos en criar a Alejandro como un máquina, contratando al mismísimo Aristóteles para que fuera su tutor, entre otras cosas.
Aníbal se asemeja a Alejandro en que también fue criado por su padre con el propósito de que fuera una máquina, para que vengara su derrota en la Primera Guerra Púnica (incluido el famoso juramento de repruebo eterno a los romanos). Y heredó el imperio personal que Amilcar se había conquistado en Hispania, como fuente de recursos. Sin embargo, Aníbal si que tuvo que "construirse" su ejército, ganándose la lealtad de sus mercenarios, y aprendiendo a conocer el carácter y capacidades de cada pieza de una hueste compuesta por tropas de muy diferente origen y forma de combatir. El mérito personal de Aníbal respecto a la herencia de su padre queda de manifiesto con sus hermanos, que habían sido criados por el mismo padre con el mismo propósito (juramento incluido) pero distaron mucho de estar a la altura. La pega que le veo a Aníbal ya la he comentado antes, que él era un genio en una determinada manera de hacer las cosas (explotar la superioridad de su caballería), y cuando esa manera no funcionaba, se quedaba sin opciones.
Julio César, por su parte, fue un hombre hecho a sí mismo. No fue el resultado del proyecto personal de su padre, y a parte de haber nacido en familia patricia, no heredó una posición especial en la política romana. Cuando accedió al Consulado (cosa que era relativamente fácil lograr para un patricio en su época), se lanzó a la aventura en las Galias, porque era su única oportunidad de darse un nombre (el Consulado solo duraba un año y luego adiós y gracias por palmar dinero). Ciertamente heredó el modelo de ejército de Mario, como todos los de su quinta, pero, al igual que Aníbal, se tuvo que ganar la lealtad personal de sus legionarios, sin la cual no habría podido cruzar luego el Rubicón y enfrentarse al SPQR.
Federico el Grande es ya de otra época. Pero, si, hereda un ejército, una doctrina, y hasta un país, preparado para hacer lo que hizo con él. Ya sabes lo que dicen, que Prusia era un ejército con un país, no un país con un ejército. Y su padre, obviamente, le educó para que fuera lo que fue, para eso le apodaban "
El Rey Sargento". A diferencia de Alejandro, sin embargo, Federico si que se mantuvo fiel al plan de su padre. Y a diferencia de Aníbal, si que consiguió llevar a cabo con éxito el proyecto familiar.
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Y es que, a mi,
Alejandro siempre ha sido una figura que se me atraganta. Fue a la vez el que llevó al mundo griego al máximo esplendor, pero también quien lo condenó a la decadencia. Obligó al mundo griego a tragarse mas de lo que podía digerir. Si Filipo no hubiera sido asesinado, hay pocas dudas de que se habría ido a Asia, le habría dado dos palos al Persa, se habría anexionado Anatolia (las ciudades griegas de Anatolia, al menos), quizá habría llegado a saquear Persépolis, y luego se habría vuelto a Grecia y hubiera consolidado un Reino Griego que quizá habría hablado de tu a tu a Roma o incluso hubiera prevenido la ascensión de Roma. En vez de eso, Alejandro se flipó en Persia y se empeñó en fusionar ambas culturas en una especie de Imperio Greco-Persa que, al final, no dejó satisfecho a nadie.
Grecia invirtió muchas fuerzas en helenizar a los persas, sin lograrlo, ya que al final los partos patearon a los seleúcidas y Persia renació. Mientras tanto, Grecia en si quedó fragmentada y sumida en autodestructivas guerras constantes, ya que el Reino de Macedonia nunca terminó de convencer a la Grecia mas desarrollada, y las polis griegas siempre pudieron apoyarse en Seleúcidas y Ptolemáicos para dar por pandero al macedonio de turno. Pirro intentó parar a Roma, pero Pirro era un outsider, el verdadero rey de Macedonia era Gonatas, Pirro no tenía detrás toda la fuerza de Grecia para impedir que Roma adquiriera el control de la Magna Grecia.
Los ptolemáicos son para darles de comer a parte. Probablemente fueron lo mejor que resultó de todo aquello, y Alejandría se convirtió en el Faro (literalmente) de la Civilización durante muchos siglos, incluido el periodo romano. Seguramente fue algo muy afortunado que para cuando llegaron los romanos, el Egipto Ptolemáico estaba enfrascado en luchas entre muyeres y niños, y Roma se pudo hacer con todo aquello con poca sangre, pudiendo mantenerlo todo luego básicamente igual que estaba. Si Egipto hubiera tenido en ese momento un faraón varón mínimamente fuerte, la conquista romana habría sido mucho mas destructiva y seguramente habrían arrasado con el lugar. Que ya sabemos como eran los romanos cuando se encabronaban, no dejaban piedra sobre piedra.
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Pero en fin, dejando la divagación y volviendo al tema del hilo,
Sun Tzu decía aquello de que
los buenos guerreros ganan y luego van al combate, mientras que los malos guerreros van al combate y pretenden ganar. Eso lo cumplieron Alejandro y Federico, se hicieron invencibles y fueron a la guerra. Aníbal y César, sin embargo, se lo pasaron por el forro de los cojines. Aníbal se lanzó a la guerra sin tener el apoyo de Cartago, y lo pagó con la derrota. César se lanzó a la aventura en las Galias y luego cruzó el Rubicón con una sola legión (encima, la Trece, con dos cojines) sabiendo que tendría en frente a todo el Senado. Pero César si que le sacó el dedo a Sun Tzu y se hizo el amo de Roma.
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Por cierto, respecto a
Napoleón, él si que no heredó nada. Cogió los restos que había dejado la Revolución Francesa y se montó una máquina de picar carne, eligiendo por el camino a sus mariscales y comandantes, separando el grano de la una manola.
Como estratega y organizador fue brillante. Se inventó lo de dividir el Ejército en Cuerpos, para poder moverse mas rápido y vivir del terreno, y tuvo la capacidad de coordinación de poder mover distintos cuerpos de Ejército y luego unirlos para la batalla, cuando lo normal es que ese modelo organizativo hubiera poco equilibrado en la confusión y el caos. Su habilidad para maniobrar durante las campañas dividiendo a los ejércitos enemigos y luego destruyéndolos por partes también fue sobresaliente.
En el campo de batalla su uso agresivo de la artillería (no en vano llegó a general sirviendo en esa rama) como elemento de choque para pulverizar las líneas enemigas coordinado con la infantería y la caballería fue muy innovador, y su capacidad para leer el campo de batalla y explotar la situación táctica fue enorme. (Ejemplo en Austerliz, donde los Aliados al principio iban ganando, pero Napoleón supo ver que, al avanzar, sus enemigos se habían dividido, lo cual le permitía meter una cuña y darle la vuelta a la partida).
Con el tiempo, sin embargo, también acabó agotado. En la campaña de Waterloo hizo lo que siempre había hecho, ser agresivo para poder destruir a británicos y prusianos antes de que llegaran los rusos y los austríacos, luego seguir siendo agresivo para dividir a británicos y prusianos y destruirlos por separado. Pero al final, en la famosa batalla decisiva, se quedó sin ideas e intentó rebasar a Wellington a base de fuerza bruta, y se lo cepillaron. Con todo, si Blücher no llega a tirar de cojines tras Ligny, Waterloo hubiera acabado en una batalla indecisiva, y a saber lo que hubiera pasado después.