Cuando 40 soldados de los tercios derrotaron a 1000 samurais

lagarduña

Madmaxista
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En torno a 1573, los japoneses comenzaron a intercambiar oro por plata en la isla filipina de Luzón, especialmente en las actuales provincias de Cagayán, Gran Manila y Pangasinán (concretamente la zona de Lingayén). En 1580 sin embargo, un corsario japonés forzaba a los nativos de Cagayán a prestarles fidelidad y sumisión.

Los primeros asentamientos japoneses en Filipinas habían sido realizados por los wokou, unos piratas muy activos en las costas de China desde el inicio de la dinastía Ming. Su actuación se intensificó de nuevo en el siglo XVI alcanzando también las Islas Filipinas, aunque para entonces bajo el nombre de wokou se debería incluir también a los piratas chinos.

Se encargó enmendar la situación a Juan Pablo de Carrión, hidalgo y capitán de la Armada. Carrión se hizo con la iniciativa y, gracias a la superioridad técnica de los barcos occidentales, cañoneó con facilidad un buque japonés en el mar de la China Meridional hasta obligarlo a retirarse. La respuesta pirata llegó a través del cabecilla Tay Fusa (también referido como Tayfusu o Tayfuzu), que navegó rumbo al archipiélago filipino con 10 navíos. Para contrarrestarlo, el capitán Carrión consiguió reunir 40 soldados españoles armados hasta los dientes y 7 embarcaciones: cinco bajeles pequeños de apoyo, un navío ligero (el San José) y una galera (la Capitana).

Al pasar por el cabo Bogueador la flota descubrió a un junco japonés que acababa de arrasar la costa y había tratado con extrema dureza a los habitantes. Aunque el barco japonés era mucho mayor y los japoneses superiores en número, la Capitana acortó la distancia para interceptarlo. Los españoles prepararon los cañones de la crujía y los falconetes y sacres de cubierta y los hombres se cubrieron con sus capacetes y prepararon sus picas, arcabuces y hachas de abordaje. Cuando la Capitana alcanzó al junco le lanzó unas ráfagas de artillería que destrozaron el casco y dejaron la cubierta llena de muertos y heridos. Posteriormente el galeón se enganchó al barco japonés y los españoles llevaron a cabo un abordaje. En la cubierta del barco, al ser los japoneses superiores en número, los españoles no podían apenas avanzar. Carrión, con su media armadura de acero, con la celada bajada, intentaba abrirse paso con su rodela y coordinaba el ataque con el resto de sus hombres.

Los rodeleros españoles debieron verse entonces contra auténticos samuráis japoneses, con las armaduras propias y armados con katanas. Como los japoneses contaban también con arcabuces, que les habían sido provistos por los portugueses, y como eran superiores en número, la batalla tuvo que continuar en la propia cubierta de la galera. Lentamente, como si combatieran en un campo de batalla de Flandes, los soldados de Carrión formaron una barrera con los piqueros delante y arcabuceros y mosqueteros detrás y comenzaron a retirarse hacia popa. Carrión cortó entonces con un tajo de su espada la driza de la verga mayor, que cayó de golpe atravesada sobre el combés, creando una trinchera. Rápidamente, los mosqueteros y arcabuceros se parapetaron tras ella lanzando una ráfaga de balas que causó entre los japoneses decenas de bajas. Tras esto saltaron sobre el enemigo los piqueros y rodeleros. En ese momento llegó el San José, que lanzó una ráfaga de artillería contra el junco acabando con los tiradores japoneses que desde aquella nave hostigaban a la galera española. En ese momento los japoneses se batieron en retirada y saltaron al agua para intentar llegar a nado a la costa. Entre las bajas del combate estaba Pero Lucas, un curtido combatiente. Aunque las armas de fuego fueron decisivas en la victoria, también lo fue la mejor calidad de las armaduras y armamento español.

La flotilla continuó por el río Tajo (nombre del río Grande de Cagayán) encontrándose una flota de 18 champanes, abriéndose paso con sus culebrinas y arcabuces.4 Horas después, Carrión dejaba atrás los buques con cerca de 200 japoneses muertos o heridos.

Desembarcaron en un recodo del río para atrincherarse cerca de donde estaba el grueso de las fuerzas enemigas y colocaron en dicha trinchera los cañones desembarcados de la galera, con los que continuaron haciendo fuego contra el enemigo. Los wokou decidieron negociar una rendición y Carrión les ordenó marcharse de Luzón. Los piratas pidieron una indemnización en oro por las pérdidas que sufrirían si se marchaban, a lo que siguió una rotunda negativa de Carrión y los japoneses decidieron atacar por tierra con 600 soldados. La trinchera aguantó ese primer asalto, al que siguió otro. Como algunas picas eran arrebatadas por los japoneses los españoles pusieron sebo en la madera para que resbalaran y fueran más difíciles de agarrar. Los que intentaban sin éxito agarrar las picas estaban a merced de los hombres de Carrión, y eran ensartados y despedazados por piqueros y alabarderos.

Tras una tercera embestida, que prácticamente entró en las trincheras, y sin apenas pólvora, los 30 soldados españoles que quedaban lograron resistir y derrotar al enemigo, para luego lanzarse contra él, provocando una huida en la que eran acuchillados. Muchos japoneses se salvaron de las espadas españolas ya que, al ser sus armaduras más ligeras, podían correr más rápido. Los españoles entonces se hicieron con las armas japonesas que habían quedado sobre el campo de batalla como trofeo, lo que incluía katanas y hermosas armaduras. La esgrima europea había demostrado ser mejor que las artes marciales japonesas y las espadas de acero toledano mucho más resistentes y útiles que las katanas. Las armaduras japonesas fueron perfeccionadas con estilo europeo, añadiéndoles petos metálicos.

Pacificada la región, y ya con refuerzos, Carrión fundó en la zona la ciudad de Nueva Segovia (hoy Lal-lo). La actividad pirata aún quedaba de manera residual y de modo comercial en la bahía de Lingayén, en Pangasinán, muy centrada en el puerto de Agoo y consistía en el comercio de piel de ciervo.
 
no eran sumarais eran bandidos, piratas, delincuentes, gente sin formación militar y de poco valor.
 
Esto si que es historia y no las memeces que me contaban en el colegio. De donde has sacado los detalles de esta batalla garduña?
 
Esto si que es historia y no las memeces que me contaban en el colegio. De donde has sacado los detalles de esta batalla garduña?

Parece que a la peña de jewllywood y a los progres no les interesan nuestras gestas.

Está en la wiki.
 
Hombre, decir que no eran samurais es un poco gracioso, ya que en los últimos momentos del periodo Sengoku se calcula que Toyotomi disponía de un millón de samurais y por tanto esta masa de guerreros debía ser dirigida hacía algún lugar, motivo por el cual se invade Corea.

Dentro de los samurais existen varías "clases", la más alta de ellas es el Daimyo o señor feudal cuyo máximo jerarca es el Shogun. Es algo parecido a la casta de los Chatrias en la India, que son los guerreros y cuyo máximo exponente son los Maharajás que acaban como subalternos de los emperadores. Otra cosa, al igual que en Japón es que la élite guerrera quede debajo de la élite sacerdotal de los bramanes o del emperador japones como cabeza religiosa.

Cuando un samurai dejaba de servir a un señor o ni siquiera había conseguido uno era un Ronin, y existen ronins extremadamente hábiles que se dedicaban a la piratería dada su lucratividad, por tanto afirmar que los piratas no eran samurais es quitarle mucho sentido al complejo mundo antiguo.

Por otro lado eso de la esgrima Europea me parece otra de tantas, no es lo mismo el esgrima italiano que el Español donde existen extensos tratados basados en cálculos matemáticos, a los europeos que les den pero bien, el Arte de la Verdadera española y otras escuelas eran españolas y herederas de la guerra centenaria contra el mahometanismo.

Por otro lado que un reducido número de tropas venzan a una fuerza muy superior (una proporción superior a 1 contra 20) demuestra que España estaba constituida por unos individuos con una mentalidad donde el sufrimiento y el orgullo son sus ejes principales, y que por tanto han conceptualizado el verdadero cristianismo dejando atrás cualquier consideración buenista que lo aleje de la ley natural.
 
Última edición:
no eran sumarais eran bandidos, piratas, delincuentes, gente sin formación militar y de poco valor.


Vas listo si piensas que un delincuente japonés del s XVI se hacía con una armadura y espada así como así.

¿Te suena el término 'Ronin'?
 
no eran sumarais eran bandidos, piratas, delincuentes, gente sin formación militar y de poco valor.

Nada de eso chaval. El contingente japones estaba formado por samurais sin señor (ronin) y ashigarus, fuertemente armados con material portugués. Como anécdota que resume lo sucedido en Cagayán, existe una leyenda samurai que cuenta que estos combates los libraron contra unos demonios mitad peces mitad lagartos a los que llaman “wo-kou” (peces lagarto), dando a entender que la ferocidad con la que lucharon los españoles en aquellos combates no era humana.
 
Por otro lado que un reducido número de tropas venzan a una fuerza muy superior (una proporción superior a 1 contra 20) demuestra que España estaba constituida por unos individuos con una mentalidad donde el sufrimiento y el orgullo son sus ejes principales, y que por tanto han conceptualizado el verdadero cristianismo dejando atrás cualquier consideración buenista que lo aleje de la ley natural.

Creo que los españoles eramos tecnologicamente superiores a los japoneses, al menos militarmente. Teniamos un Imperio global que estaba librando batallas por todo el mundo y habiamos desarrollado las mejores armas de la epoca. Ademas de tener mejor organizacion militar y logistica.

El que se piense que el ejercito español eran simplemente una cuadrilla de gualtrapas con muchos huevones, erra completamente.
 
Ahora no tengo tiempo para buscar, pero os animo a que leáis crónicas escritas de primera mano (gente que estaba en el lugar de los hechos) de las disputas y batallitas que españoles y portugueses se tenían por las Molucas y toda esa zona de las islas del sudeste asiático.

Están escritas en el castellano de la época, y hasta resultan divertidas. Muchos de los originales están en bibliotecas de USA y están colgados de Interné.

Es una pena que la práctica totalidad de legajos y crónicas de las navegaciones y gestas portuguesas del XV, XVI... se perdieran en el terremoto de Lisboa.
 
jorobar cómo mola nuestra historia!

hay que hacer más pelis de la guerra civil, de tras*s, drojas y comedias románticas a base de tópicos.
 
y pensar que prácticamente no hay pelis de todas estas cosas de la historia de España
 
El resultado de la guerra naval depende mucho de la tecnología empleada. Un ejemplo es la batalla de Diu que los portugueses ganan en clara desventaja frente a los árabes sin prácticamente recibir un rasguño y todo gracias a su superioridad tecnológica.

En el caso de Cagayán, vemos cómo además de la superioridad artillera los españoles buscan el abordaje, que era nuestra táctica habitual en el combate naval, porque el soldado español en las distancias cortas ha sido siempre un enemigo terrible. Como bien han comentado otros foreros, aunque ya desde la época romana se alababa la aptitud de Hispania para dar guerreros por lo áspero del terreno, es en la reconquista donde se forja la leyenda del infante español. Las milicias concejiles castellanas acaban dando lugar a una sociedad de cultura marcadamente guerrera que lleva a cabo la gesta de la conquista de América y Filipinas y el control del Atlántico y el Pacífico en un lapso de tiempo brevísimo. Y eso, desde luego, no se consigue sólo a base de testosterona, sino que había un trabajo intelectual de siglos que se traduce en la superioridad de la tecnología naval o de la estrategia en tierra, como es el caso de la campaña de Italia del Gran Capitán.

Daría para una buena película. Como también servirían los almogávares de Roger de Flor o la vida de Hernán Pérez del Pulgar, que en pleno asedio de Granada se coló intramuros sólo para poner en la puerta de la Mezquita una nota que ponía AVE MARÍA.
 
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