Los Tercios Españoles

Le hago un upp al hilo con otro artículo educativo sobre los tercios para sacarlos del rincón de la historia en la que estaban :

******


Ocho armas desconocidas y letales de la época de los Tercios de Flandes

Entre picas, alabardas, dagas, ballestas, arcabuces, mosquetes, rodelas y espadas roperas también se colaron armas extrañas, en muchos casos prototipos o exclusivas de algunas zonas geográficas

NOTICIAS RELACIONADAS

El triste destino de Don Juan de Austria, el héroe de Lepanto vencido por una hemorroide
A mediados del siglo XV se produjo una revolución en la forma de hacer la guerra en Europa con la introducción de las armas de pólvora y el creciente protagonismo de las armas de aspas, que recuperando el espíritu de las falanges griegas limitaron aún más el concurso de la caballería pesada en las batallas.

Una cita del autor clásico Tibulo (siglo I a. C.), con la que empieza la película de culto «El oficio de las armas» (2001), sintetiza la melancolía que, a principios de siglo xvi, se extendió entre los condotieros, que veían cómo un fistro con un arcabuz a 50 metros podía acabar incluso con el más valeroso guerrero:

«¿Quién fue el primero que inventó las espantosas armas? Desde aquel momento hubo estragos y guerras y se abrió un camino más corto a la cruel fin. ¡Aun así, el perversos no tiene la culpa! Somos nosotros los que usamos mal aquello que él nos dio para defendernos de las feroces fieras»

Entre picas, alabardas, dagas, ballestas, arcabuces, mosquetes, rodelas y espadas roperas también se colaron armas extrañas, en muchos casos prototipos o exclusivas de algunas zonas geográficas, cuyos creadores tal vez soñaron un día con revolucionar los campos de batalla como lo habían hecho los cañones. Porque, ya se sabe, el que no arriesga no gana.

Martillo de lucerna

Uno de los citados es el martillo de lucerna o martillo enastado, que básicamente es una alabarda que usa una cabeza de martillo de guerra en vez de una hacha. La altura que alcanzaban este arma era similar a una alabarda, entre 1,80 y 2,50 metros, del mismo modo que también su uso era parecido: una servía para cortar y la otra para martillear armaduras gruesas. Su nombre surgió probablemente por la localidad suiza de Lucerna, referente en la fabricación de armas enastadas en el siglo XVI tanto por número como por calidad.

En el cuadro de Tiziano, Alocución del marqués del Vasto, se puede ver claramente un martillo de lucerna
En el cuadro de Tiziano, Alocución del marqués del Vasto, se puede ver claramente un martillo de lucerna
Como señala Molina Fernández , es frecuente encontrar ejemplos de martillos de lucerna en representaciones pictóricas de las guardias personales de maestres de campo y entre cuerpos de alabarderos (especialmente alemanes y suizos), lo que no quita que también pueden verse versiones baratas entre milicias, que engarzaban «martillos pilones» en sus astas para improvisar estas armas de impacto letal.

La ahlspiess y el candeliere

Igual de poco conocidas son la ahlspiess y el candeliere, también armas de astas extendidas en la zona austríaco-alemana a partir de la segunda mitad del siglo XV. La moharra (su punta de lanza) de ambas está compuesta por una larga hoja de punzón de alrededor de un metro en cuya base se solía asentar una rodela protectora para la mano. El ahlspiess, cuya asta mide entre 1,6 metros y 1,8 metros, era muy apreciada por su alcance en batalla, unos 2,5 a 2,8 metros, pensada para atravesar protecciones blindadas. El candeliere, en cambio, empleaba una asta mucho más corta llegando a lo sumo a un metro y ochenta centímetros. Su uso más habitual era en torneos y duelos con armadura del siglo XVI.

Dos caballeros se enfrentan con candeliere en la corte de Maximilano I.
Dos caballeros se enfrentan con candeliere en la corte de Maximilano I.
Según explica Molina Fernández es una de las entradas sobre armas raras, el probable origen de ambas armas está en la evolución de una lanza corta para enfrentarse a hombres de armas a pie, de modo que el candeliere sería el «arma progenitora» del ahlspiess, diseñada para enfrentarse a los coseletes de las primeras filas de un cuadro de picas con un arma de la longitud normal de una pica común. Estas armas fueron desapareciendo de los campos de batalla cuando lo hicieron los coseletes completos, esto es, cuando el poder de penetración de las armas de fuego dejaron sin empleo a las armaduras de metal. Conforme ganaron precisión los cañones, se hizo más recomendable moverse rápido que esperar blindado los cañonazos.

La estrella del alba

La estrella del alba, también conocida como hisopo porque a algunos les recordaba al objeto litúrgico con el que se lanza agua bendita, se suele vincular exclusivamente a la Edad Media, pero la realidad es que fue un arma muy utilizada en tiempos de los Tercios de Flandes , especialmente en la zona de Centroeuropa y el norte. Se trata de un arma compuesta por un asta (de una longitud de entre 1,50 y 1,80 metros) con un extremo más ancho o bien con una cabeza metálica en el extremo, que además tiene púas por toda su zona de ataque y una punta de lanza. En resumen, una mezcla entre una lanza y una maza a dos manos.

Las milicias y demás ejércitos de reemplazo recurrieron a estas estrellas debido a su fácil manejo en entornos urbanos y estrechos, véase callejuelas o trincheras. No obstante, consta el uso por soldados profesionales de modelos más sofisticados y pulidos en determinadas circunstancias.

El mangual y el mayal

Dentro de la misma familia que la estrella del alba, pero con cadenas, deriva el mangual (también llamado látigo de armas) y el mayal. Al igual que la anterior, también el mangual y el mayal se suelen vincular erróneamente a la Edad Media, cuando la realidad es que la mayoría de los ejemplares que hoy se conservan proceden de los siglos XVI y XVII. Incluso en ese periodo eran, como reseña Molina Fernández en su página, armas relativamente raras, salvo quizás el mayal de guerra, aunque fueron muy representado en tratados alemanes del siglo XVI.


Concretamente son varas a la que se añade una o varias cadenas de longitud variable y, en su extremo, un peso para golpear con fuerza al enemigo. Si la vara es corta (entre 50 cm y 1 metro), se denomina mangual, y si es larga (entre 1,5 y 1,8 metros), mayal.

Por su menor longitud, el mangual solía utilizarse como arma de caballería, mientras que el mayal, solía ser un arma de infantería. La zona europea con más aceptación de este arma fue el centro y el este de Europa, donde las milicias los producían con facilidad añadiendo púas a un mayor agrícola, aunque su uso en batallas fue limitado a zonas de difícil acceso.

El órgano

En una lista de armas raras del Siglo de Oro no puede faltar un represente de la artillería. Molina Fernández cita, entre otros, el órgano o ribadoquín por sus peculiares características. Esta pieza de artillería formada por más de cuatro tubos estaba diseñado para lanzar una descarga de pólvora a corta distancia contra tropas en cercanía. Su uso más propicio era, por tanto, en la defensa de fortificaciones, en brechas de muralla o zonas especialmente estrechas, donde las tropas enemigas no podían maniobrar para evitar la descarga. No en vano, su punto débil procedía de su lentitud de recarga, que con el tiempo se mecanizó y perfeccionó algo. A mediados del siglo XVII, estas armas fueron sustituidas paulatinamente por armas más polivalentes como cañones armados con botes de metralla.

Espadas gemelas

La escuela de esgrima española exigía el torso de frente, las piernas separadas, y la mano que no empuñara espada mejor que usara daga, capa, rodela o incluso sombrero, con tal de no tenerla desocupada. Era preferible quedarse manco de la izquierda que dejar un cadáver con manos de pianista, frente a la escuela francesa que empleaba la zurda para equilibrar el cuerpo. Italia, en la línea de la escuela española, desarrolló gran predicamento el uso de dos espadas gemelas. Según las crónicas de la batalla de Lepanto, Alejandro Farnesio , medio español, medio italiano, luchó sobre una galera fiel a la religión del amora, junto al soldado español Alonso Dávalos, ganando palmo a palmo de la embarcación con esta técnica de la doble espada.

Retrato del joven Alejandro durante su estancia en Madrid
Retrato del joven Alejandro durante su estancia en Madrid
Para llevar a cabo esta técnica eran necesarias dos espadas de guarniciones simples diseñadas para engarzarse entre sí en sus mangos de tal forma que pueden envainarse en la misma vaina como si fueran una misma espada, pero en realidad son dos. Como recuerda Molina Fernández, «la habilidad y destreza necesarias para usar dos espadas a la vez es más elevado que con otras armas por lo que la mayoría de esgrimistas preferían la clásica daga de mano izquierda o un broquel». Para gustos, los colores.

tercios - Buscar con Google





Learndix15
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Volver