Yo sí le daría el beneficio estratégico de la duda a la V1. El mero hecho de que fuera posible derribarla o desviarla (cosa que con la V2 no estuvo al alcance de ninguna tecnología hasta 1980) obligó a los aliados a desviar muchos recursos para defenderse de ellas. Y eran relativamente baratas.
El verdadero impacto de las V fue el psicológico. Para los aliados fue una respuesta inesperada y preocupante. A las tripulaciones de los bombarderos aliados les hacían mucha impresión las estelas de las V2 alzándose cuando ellos se aproximaban al continente, A pesar que cada bombardero tenía más capacidad destructiva que esos cohetes. Para la población ver y oír las V1 era desquiciante al principio.
Militarmente eran armas de desesperación y sus capacidades muy limitadas. Como dice las V1 en costo eficacia si eran interesantes. Sobre todo cuando se lanzaban desde avión y se evitaban la grandes y vulnerables rampas fijas. Además al ser visibles y ruidosas el impacto psicológico sobre la población era grande y obligaba a un esfuerzo para destruirlas.
Las V2 eran una ruina. Tecnológicamente avanzadísimas, consumían materiales estratégicos para una carga ofensiva ridícula.
Se hubieran justificado si al menos fueran precisas pero no lo eran. El sistema de guía inercial (su gran defecto) estaba en sus inicios, y al ser un arma con pocos ensayos y precipitada no había datos de dispersión.
En consecuencia la única forma de ajustar el tiro era basarse en los datos que dieran los ingleses. Inicialmente los ingleses creyendo que eran explosiones de gas (las V2 era silenciosas antes del impacto, el ruido aerodinámico y el estampido sónico llegaban después) colaboraron indicando inconscientemente los puntos de caída. Cuando se dieron cuenta, bastó mentir o no informar de los impactos para que los alemanes perdieran la mira.
Hay que tener en cuenta que una V2 si caía a 10 km del punto previsto era un éxito. Disparaban a Londres porque era prácticamente imposible acertar a algo más pequeño. En suma era un arma (como los kamikaces) que en lugar de mejorar con su uso empeoraba, ya que no era posible recolectar información y experiencia. Y se dependía absolutamente del enemigo para conocer su efectividad
Sobre el A10 (la V2 en realidad se llamaba A4) pretender acertar a Nueva York con la guía inercial de 1945 era una utopía. Incluso con cabeza nuclear (para la que no tenía suficiente capacidad de carga) las posibilidades de acierto eran nulas.
El sistema de guía de las V1 era todavía peor, pero para un arma de bajo costo era bastante aceptable.
El error en la apreciación de estas armas viene de basarse exclusivamente en su tecnología propulsiva (muy avanzada en las V2 y barata en las V1) que superaba en muchísimo a la tecnología de guía. En consecuencia eran armas completamente descompensadas y nunca pudieran hacer uso efectivo de su teórica capacidad destructiva.
Paradójicamente armas mucho más equilibradas como la Fritz X y la Hs293 pasan desapercibidas por tratarse de armas tácticas.