Pagad más, que al currela se le quedan 600 brutos, es que entre eso y pagarles con cuencos de arroz, no hay diferencia.Muy buenas a todos,
algunos más y otros menos sabrán que por circunstancias de la vida he tenido que retomar un antiguo negocio familiar de hostelería en el cual ahora nos dedicamos mi progenitora, mi padre y yo. Habría estado bien abrir un hilo sobre el negocio en si para los más interesados, pero ahora mismo ando con otras mil cosas y no podría darle mucho seguimiento.
Al caso. Mucho debatimos aquí acerca del mercado laboral en españistán, pero normalmente el lado de los "empresarios" lo tenemos filtrado por nuestra prensa, así que vengo a dar un relato en primera persona. El resumen es que, sin trabajo en B sería imposible sacar adelante muchos negocios de hostelería.
Para variar, hablemos directamente de las condiciones. Muy sencillas, buscamos 2 contratos para limpiar/fregar platos de 20 horas semanales a 10 € la hora (brutos, le quedan algo más de 600€ en el bolsillo), para que se puedan turnar entre ellos en base a sus necesidades (familia, otros trabajos, etc.). Mientras no haya 2 contratados, se le pagarían horas extras y en cualquier caso, se divide la propina del día entre camarero (yo) y limpiador, con lo que se sacan tranquilamente 10-20 euros más al día sólo de propinas. Como referencia, en nuestra zona se está pagando a los más afortunados 9 €/hora y la moda son 6-6.50 €/hora. Algunos trabajadores en nuestra provincia nos han comentado que incluso los hay cobrando 3.5€/hora (nos pareció inhumano e imposible cuando nos lo dijeron, pero bueno).
El trabajo en si es un chollo para absolutamente cualquiera interesado en ganarse un dinero extra y se puede compaginar con cualquier otra cosa, ya que se trabaja durante las cenas 4-5 horas (nuestro pico de momento son unos 50 clientes) y se libra 3 días. Lo importante es tener ganas de trabajar, y es aquí donde empiezan los problemas. Otro resumen: no hay necesidad real de trabajar, ya sea por paguitas, ayudas, alquileres o cualquier otra chuminada la gente no quiere ser contratada. Esencialmente vemos que casi todos los candidatos que quieren er contratados no lo hacen por dinero, sino porque lo necesitan para alguna cuestión burocrática (que si papeles, que para legalizar a mi mujer, porque sino me quitan el paro, etc.).
Para más detalles, hago una pequeña cronología (posible tocho).
- Antes del día I. Como ya habíamos trabajado en el sector, conocíamos una mujer que según nos dijo llevaba desde que trabajó con nosotros sin trabajar con un contrato legal
Que que bien que abramos de nuevo, tenía muchas ganas y que era el mejor regalo que le podrían haber hecho.
- Día I. La señora citada anteriormente no da señales de vida, 45 minutos antes de abrir el local conseguimos localizarla: está en urgencias con un dolor de espalda muy super fuerte. Error de cálculo, pensaba que ya tenía el contrato hecho y por mero azar la asesora laboral todavía no nos había cerrado todos los trámites. Por suerte, habíamos hablado con más gente y conseguimos localizar a María (nombre inventado) que se presentó allí en cuestión de minutos y nos salvó la noche.
- Día II III IV. María es una máquina, se nota que sabe del negocio y tiene ganas de trabajar. Alguien más debía saberlo, porque en el día III ya nos dice que no podrá venir el domingo puesto que la requieren para trabajar en nuevos pisos y que le sería imposible trabajar. Empieza el desfile (bueno, pequeña procesión para las tasas de paro que tenemos) de candidatos, eso ya lo detallaré más adelante. Me paro un poco en María. Entre ayudas, alquiler pagado por todos y absolutamente todo el trabajo en B, tranquilamente se saca unos 3.000-4.000 euros al mes. Nos agradece que le propongamos un contrato, pero como ella misma dice no le compensaría nisiquiera por 8 horas indefinidas.
- Día V. Ya sabemos que María no podría venir, y como los candidatos eran cuanto menos cuestionables tiramos una vez más de agenda. El día anterior vino Ángel (nombre inventado), que parecía decidido a venir para ganarse el dinerete. Ya lo estaréis suponiendo, Ángel no aparece y a día de hoy sigue sin dar señales de vida, así que de prisa y corriendo llamamos otra conocida (menos mal que conocemos mucha gente), llamémosla Angélica, que se presenta allí con "paquete". ¿El paquete? Resulta que Angélica se acaba de echar novio de 20 y largos de centropanchilandia a sus 50 y largos (ella es de buen ver, todo sea dicho) y como se acaban de conocer "no tenía donde dejarlo"
Me ahorro hablar de todos los candidatos de momento, salvo que haya mucha petición popular al respecto. Me detendré en uno de ellos, llamémoslo Mario, que es quien finalmente va a quedarse con el puesto por, esencialmente, auto exclusión del resto de candidatos.
Andaba yo limpiando la terraza y veo una parejita de pimpollos (yo creía menores de edad) rarisima, pensé que hermanos. Mario flaquito, con cara de niño y de estatura normal, ella básicamente 10 marios pero ligeramente más bajita. Me saludan y me dicen "Disculpas, están buscando gente para trabajar?" y empieza la novia de Mario a hablarme y hacer preguntas. Al rato la corto y le digo algo así como "Perdóname, no quiero ofenderte pero tenemos un problema estructural para pasar de la sala a la cocina y necesitaríamos ver si estás cómoda pasando por allí", a lo que ambos se parten y me dice "no no, si el puesto es para mi novio" (hasta ese momento no había abierto la boca). Al lío, Mario tiene la misma experiencia que la secretaria de igualdad (vamos, que nunca ha trabajado en su vida y si se carga 10 vasos el primer día nos damos con un canto en los dientes) pero parece buen chico aunque está por ver si lo suyo es simplemente timidez o le falta algún tornillo. Esta noche será su primer día, vamos a intentar enseñarle todo lo que podamos y que esté confiado.
En mi opinión, algo se está haciendo muy mal con el tema de las paguitas cuando todo rota alrededor de como y cuando te las conceden. No voy a entrar en posibles soluciones, pero que el único viable de 10 candidatos sea un chico sin experiencia alguna que no está enchufado (aún) a las paguitas me parece aberrante. Repito lo dicho al principio, la sensación es que trabajar no es para ganar dinero sino para acceder a determinadas prestaciones (o justificar las futuras), y en todo caso de trabajar, se trabaja en B y recibiendo ayuditas a diestro y siniestro.
Bueno, hasta aquí he llegado con el ladrillo. Gracias por llegar hasta aquí. Aunque no se pueda generalizar, esta es la experiencia que estamos teniendo hasta la fecha y otros tantos nos cuentan que la cosa está igual.
ACTUALIZACIÓN 11/01
- Día VI. Ha sido la noche del debut de Mario. Parecía que ibamos a ir tranquilos, cuando llaman un tipo con acento del norte de Europa una hora antes de abrir: mesa para 12. Parece que empieza bien la noche con unos 20 comensales reservados ya y Mario llega unos 20-15 minutos antes de abrir, lo cual nos da tiempo para explicarle un par de cosas y tranquilizarlo para que no se agobie al ser su primera vez trabajando. La verdad es que nos sorprendimos, calladito y poco a poco iba sacando el trabajo. Algunas sugerencias aquí y allá para que no trabajara de más (p.e. que use una bandeja para llevar los vasos limpios a su sitio para que no de muchas vueltas y cosas por el estilo) y resolviendole dudas que podía tener. Obviamente tiene para mejorar, pero no le vas a pedir el oro y el jovenlandés al chavalín en su primer día. Saca el trabajo adelante a su ritmo, y eso para nosotros es más que suficiente. Todo parecía ir de la mejor manera, cuando de repente se hacen las 23:00 y lo veo ir sin nada en la mano ni delantal, a lo que le digo "Dame un minuto que lleve la cuenta a la mesa y miramos las propinas del día antes de que te vayas con tu chica". En ese momento, Mario cambia de cara y hace una mueca como de dolor, a los pocos segundos se apoya en una de las neveras y dice "No puedo más, me duele demasiado la espalda", casi llorando. Ahí nos preocupamos (obviamente) y le dijimos que no se agobiara, que se siente para relajarse y si quería agua o algo de beber (a los malpensados, ya le habíamos dado de comer antes) mientras se recuperaba. No escribo esto para reirme del chico, pero literalmente su respuesta a todo esto fue "Sólo quiero irme a casa" con una voz que en lugar de un chico de 19 años parecía salir de la boca de uno de 12. Se sentó como buenamente pudo unos minutos, nos acercamos de nuevo para ver que tal estaba y yo le di la mitad de las propinas de la noche (25 euros, para los interesados). Al poco se largó sin decir ni mu (le dijimos que si quería esperar dentro no pasaba nada) y ya saltan las alarmas porque nos vemos mañana de nuevo con dificultades en cubrir el puesto, y por supuesto por el mal rollo de que realmente no sabemos que tal está Mario.
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