Consejos para armar una buena biblioteca grecolatina

Por qué dices lo de ruina?




Fíjate en la estética de aquel tiempo y en la de ahora

Con descripciones así, te das cuenta de que el debate actual entre Monarquía y República es sólo un pasito más del Kali Yuga, porque en realidad jamás hemos visto a un verdadero Rey. Sólo hemos padecido a guano aburguesada y afrancesada, sarama pura

Como ejemplo de rey, la toma de Gaza por Alejandro:


Habiendo mandado el rey tocar a retirar, ordenó el día siguiente a sus soldados que cercasen la ciudad; antes de lo cual, sacrificando al amanecer a los dioses, según el estilo de su patria, e implorando su socorro, un cuervo, que acaso volaba sobre el altar, dejó caer en la cabeza de Alejandro un terrón, que inmediatamente se deshizo todo, y pasándose luego a la torre más próxima, en la cual, dada toda de betún y de azufre, se embadurnó de suerte las alas de uno y otro, que fue fácil el cogerle.

Pareció el caso a todos digno de consultarlo con los adivinos, y no menos a Alejandro, cuyo genio no da repelúsba semejantes supersticiones. Aristandro, pues, que era quien tenía el primer crédito entre los adivinos, respondió: Que tomaría Alejandro la plaza, pero que corría riesgo de ser herido, y que así, le aconsejaba dejase pasar aquel día sin intentar nada. Por lo cual el rey, aunque llevaba con gran impaciencia atrasase una ciudad sólo su tránsito a Egipto, tuvo por bien conformarse con el adivino y ordenar que se retirasen sus tropas; a vista de lo cual, cobrando mayor ánimo los sitiados, hicieron una salida para cargar al enemigo por las espaldas, juzgando aprovecharse de la ocasión, si bien no mantuvieron la escaramuza tan vigorosamente como la habían empezado, porque al punto que vieron les hacían rostro los macedonios empezaron a aflojar.

Habían llegado ya los gritos de los combatientes a oídos de Alejandro, el cual, despreciando el peligro de que estaba amenazado, habiéndose armado de su coraza, a instancia de sus validos, contra lo que acostumbraba, partió aceleradamente a ponerse al frente de sus banderas. Apenas fue descubierto, cuando cierto árabe, soldado de Darío, emprendió una acción de mayor osadía que la que correspondía a su nacimiento; éste, habiendo ocultado un puñal debajo de su escudo, y arrojándose a los pies del rey, como si se le rindiese, después de haberle hecho levantar, y dado orden para que fuese recibido en sus tropas, pasando el bárbaro diestramente el puñal a la mano derecha, le tiró a la cabeza del rey, de cuyo golpe pudo librarse torciéndola algo; pero no el bárbaro de la prontitud con que castigó su desacato, cortándole de una cuchillada la mano que le había errado, creyendo haberse preservado por este medio del peligro de que estaba amenazado. Siendo empero, a lo que juzgo, inevitable nuestro destino, se verificó poco después la predicción del sueño, pues combatiendo entre los primeros fue herido de una flecha, que pasándole el arnés le penetró la espalda, de donde sacándosela Filipo, su médico, arrojó gran cantidad de sangre, no sin admiración de todos respecto de no poder reconocer, por impedirlo las corazas, la parte por donde había entrado la saeta.

El rey, sin alterarse ni mudar de semblante, mandó que se restañase la sangre, y que se le vendase la llaga, y de esta suerte, o disimulando el dolor, o venciéndole, se mantuvo por largo espacio delante de sus escuadrones; pero volviendo a correr con mayor abundancia la sangre que en virtud de la curación se le había detenido, y empezándosele a inflamar la llaga, que hasta entonces no le había ocasionado grandes dolores, por no haber llegado a enfriarse la sangre, no pudiendo ya mantenerse en pie, le retiraron los suyos a su real. Con cuya acción, teniéndole Batis por muerto, se retiró como victorioso y triunfante a la ciudad. Mas el rey, sin esperar a asegurarse enteramente de la herida, hizo levantar una plataforma que igualase con las murallas, y que con repetidas minas procurasen arruinarlas. Aumentaron también los sitiados por su parte nuevas fortificaciones en el muro antiguo, si bien no llegando a igualar con las torres que se levantaron sobre la plataforma, cuya altura predominaba la ciudad, eran desde ella bastantemente molestados de las saetas y flechas enemigas. Con todo, nada igualaba al que recibían con las minas, las cuales, derribando el muro, facilitaron con sus ruinas la entrada a los soldados.

Hallóse de los primeros en el asalto el rey, a quien, adelantándose inadvertidamente, le alcanzó una pedrada en la pierna que se la dejó bastantemente lastimada; si bien afirmándose en su dardo, en medio de no tener aún cerrada la otra herida, no dejó de combatir de los primeros, colérico de haber recibido en este sitio dos. Cargado Betis de heridas, después de haber hecho una gloriosa resistencia, quedó abandonado de los suyos; mas no por esto dejó de mantenerse con el mismo valor que mostró desde el principio y de conservar sus armas teñidas todas en su sangre y en la de sus enemigos, hasta que, oprimido de todas partes y sin querer rendirse, le tomaron en brazos y se lo llevaron al rey. El cual, olvidado de la generosa magnanimidad con que había aplaudido hasta allí, aun en sus enemigos, su valor e ilustres acciones, y preocupado de la ira y del deseo de la venganza, con semblante de alegría indigno de sí, «¡Morirás, oh Betis, (le dice) no como lo has deseado, porque antes has de padecer cuantos tormentos puede inventar contra un prisionero la más cruel venganza!» Pero él, mirando al rey con tan constante como airado semblante, no dio respuesta alguna a sus amenazas, de que más indignado el rey, a grandes voces, «Mirad (les dice a los suyos) la arrogancia y obstinación con que calla. ¿Habéis por ventura visto que haya inclinado la rodilla, ni hecho alguna demostración de rendido? Pero yo venceré tan tenaz silencio, o cuando no pueda le interrumpiré con su llanto y con sus gemidos.»

Finalmente, pasando a rabia la ira, y empezando a convertir con la nueva fortuna en bárbaras y extrañas sus loables y antiguas costumbres, le mandó (conservando aún algunos vitales alientos) agujerear los talones, por donde, introducidas unas correas, fue amarrado a un carro y arrastrado por unos caballos alrededor de la ciudad, con tan gran gusto como vanagloria del rey, por imitar en aquel cruel combate a Aquiles, de quien se suponía descendiente.




Compáralo con un Felpudo o un Viruelo: obsesionados con la seguridad, como gaies que son. "La ciudad X está blindada", dicen con orgullo en el telediario, como si eso fuera bueno. Cuando en realidad es de gente baja, sin valor, sin verdadera auctoritas, ese hálito divino que protege a los verdaderos caudillos

A PELO, A PELO SIEMPRE (como hacía Alejandro)
 
Fíjate en la estética de aquel tiempo y en la de ahora

Con descripciones así, te das cuenta de que el debate actual entre Monarquía y República es sólo un pasito más del Kali Yuga, porque en realidad jamás hemos visto a un verdadero Rey. Sólo hemos padecido a guano aburguesada y afrancesada, sarama pura

Como ejemplo de rey, la toma de Gaza por Alejandro:


Habiendo mandado el rey tocar a retirar, ordenó el día siguiente a sus soldados que cercasen la ciudad; antes de lo cual, sacrificando al amanecer a los dioses, según el estilo de su patria, e implorando su socorro, un cuervo, que acaso volaba sobre el altar, dejó caer en la cabeza de Alejandro un terrón, que inmediatamente se deshizo todo, y pasándose luego a la torre más próxima, en la cual, dada toda de betún y de azufre, se embadurnó de suerte las alas de uno y otro, que fue fácil el cogerle.

Pareció el caso a todos digno de consultarlo con los adivinos, y no menos a Alejandro, cuyo genio no da repelúsba semejantes supersticiones. Aristandro, pues, que era quien tenía el primer crédito entre los adivinos, respondió: Que tomaría Alejandro la plaza, pero que corría riesgo de ser herido, y que así, le aconsejaba dejase pasar aquel día sin intentar nada. Por lo cual el rey, aunque llevaba con gran impaciencia atrasase una ciudad sólo su tránsito a Egipto, tuvo por bien conformarse con el adivino y ordenar que se retirasen sus tropas; a vista de lo cual, cobrando mayor ánimo los sitiados, hicieron una salida para cargar al enemigo por las espaldas, juzgando aprovecharse de la ocasión, si bien no mantuvieron la escaramuza tan vigorosamente como la habían empezado, porque al punto que vieron les hacían rostro los macedonios empezaron a aflojar.

Habían llegado ya los gritos de los combatientes a oídos de Alejandro, el cual, despreciando el peligro de que estaba amenazado, habiéndose armado de su coraza, a instancia de sus validos, contra lo que acostumbraba, partió aceleradamente a ponerse al frente de sus banderas. Apenas fue descubierto, cuando cierto árabe, soldado de Darío, emprendió una acción de mayor osadía que la que correspondía a su nacimiento; éste, habiendo ocultado un puñal debajo de su escudo, y arrojándose a los pies del rey, como si se le rindiese, después de haberle hecho levantar, y dado orden para que fuese recibido en sus tropas, pasando el bárbaro diestramente el puñal a la mano derecha, le tiró a la cabeza del rey, de cuyo golpe pudo librarse torciéndola algo; pero no el bárbaro de la prontitud con que castigó su desacato, cortándole de una cuchillada la mano que le había errado, creyendo haberse preservado por este medio del peligro de que estaba amenazado. Siendo empero, a lo que juzgo, inevitable nuestro destino, se verificó poco después la predicción del sueño, pues combatiendo entre los primeros fue herido de una flecha, que pasándole el arnés le penetró la espalda, de donde sacándosela Filipo, su médico, arrojó gran cantidad de sangre, no sin admiración de todos respecto de no poder reconocer, por impedirlo las corazas, la parte por donde había entrado la saeta.

El rey, sin alterarse ni mudar de semblante, mandó que se restañase la sangre, y que se le vendase la llaga, y de esta suerte, o disimulando el dolor, o venciéndole, se mantuvo por largo espacio delante de sus escuadrones; pero volviendo a correr con mayor abundancia la sangre que en virtud de la curación se le había detenido, y empezándosele a inflamar la llaga, que hasta entonces no le había ocasionado grandes dolores, por no haber llegado a enfriarse la sangre, no pudiendo ya mantenerse en pie, le retiraron los suyos a su real. Con cuya acción, teniéndole Batis por muerto, se retiró como victorioso y triunfante a la ciudad. Mas el rey, sin esperar a asegurarse enteramente de la herida, hizo levantar una plataforma que igualase con las murallas, y que con repetidas minas procurasen arruinarlas. Aumentaron también los sitiados por su parte nuevas fortificaciones en el muro antiguo, si bien no llegando a igualar con las torres que se levantaron sobre la plataforma, cuya altura predominaba la ciudad, eran desde ella bastantemente molestados de las saetas y flechas enemigas. Con todo, nada igualaba al que recibían con las minas, las cuales, derribando el muro, facilitaron con sus ruinas la entrada a los soldados.

Hallóse de los primeros en el asalto el rey, a quien, adelantándose inadvertidamente, le alcanzó una pedrada en la pierna que se la dejó bastantemente lastimada; si bien afirmándose en su dardo, en medio de no tener aún cerrada la otra herida, no dejó de combatir de los primeros, colérico de haber recibido en este sitio dos. Cargado Betis de heridas, después de haber hecho una gloriosa resistencia, quedó abandonado de los suyos; mas no por esto dejó de mantenerse con el mismo valor que mostró desde el principio y de conservar sus armas teñidas todas en su sangre y en la de sus enemigos, hasta que, oprimido de todas partes y sin querer rendirse, le tomaron en brazos y se lo llevaron al rey. El cual, olvidado de la generosa magnanimidad con que había aplaudido hasta allí, aun en sus enemigos, su valor e ilustres acciones, y preocupado de la ira y del deseo de la venganza, con semblante de alegría indigno de sí, «¡Morirás, oh Betis, (le dice) no como lo has deseado, porque antes has de padecer cuantos tormentos puede inventar contra un prisionero la más cruel venganza!» Pero él, mirando al rey con tan constante como airado semblante, no dio respuesta alguna a sus amenazas, de que más indignado el rey, a grandes voces, «Mirad (les dice a los suyos) la arrogancia y obstinación con que calla. ¿Habéis por ventura visto que haya inclinado la rodilla, ni hecho alguna demostración de rendido? Pero yo venceré tan tenaz silencio, o cuando no pueda le interrumpiré con su llanto y con sus gemidos.»

Finalmente, pasando a rabia la ira, y empezando a convertir con la nueva fortuna en bárbaras y extrañas sus loables y antiguas costumbres, le mandó (conservando aún algunos vitales alientos) agujerear los talones, por donde, introducidas unas correas, fue amarrado a un carro y arrastrado por unos caballos alrededor de la ciudad, con tan gran gusto como vanagloria del rey, por imitar en aquel cruel combate a Aquiles, de quien se suponía descendiente.




Compáralo con un Felpudo o un Viruelo: obsesionados con la seguridad, como gaies que son. "La ciudad X está blindada", dicen con orgullo en el telediario, como si eso fuera bueno. Cuando en realidad es de gente baja, sin valor, sin verdadera auctoritas, ese hálito divino que protege a los verdaderos caudillos

A PELO, A PELO SIEMPRE (como hacía Alejandro)
Hace siglos el porcentaje de gente con conocimientos para la escritura era ridículamente bajo, con lo que no es de extrañar que las personas que sí poseían tales conocimientos tuvieran una inteligencia muy por encima de la media o pertenecieran a la aristocracia.

Si hablamos del mundo griego antiguo es más que evidente que estamos frente a autores que estaban hechos de otra pasta, claramente de mentalidad aristocrática.

Si tienes a mano un libro de Esquilo entenderás perfectamente a lo que me refiero. Confieso que su escritura, aunque no sea de una dificultad terrible, impresiona enormemente por su capacidad, erudición e ingenio. No creo que en la actualidad existan actores capaces de representar tales obras en su versión original, sin necesidad de llevar a cabo adaptaciones.
 
Hace siglos el porcentaje de gente con conocimientos para la escritura era ridículamente bajo, con lo que no es de extrañar que las personas que sí poseían tales conocimientos tuvieran una inteligencia muy por encima de la media o pertenecieran a la aristocracia.

Si hablamos del mundo griego antiguo es más que evidente que estamos frente a autores que estaban hechos de otra pasta, claramente de mentalidad aristocrática.

Si tienes a mano un libro de Esquilo entenderás perfectamente a lo que me refiero. Confieso que su escritura, aunque no sea de una dificultad terrible, impresiona enormemente por su capacidad, erudición e ingenio. No creo que en la actualidad existan actores capaces de representar tales obras en su versión original, sin necesidad de llevar a cabo adaptaciones.



Este verano, nada más llegar al hotel de la playa, tomándome un algo a precios de turista inglés en el bar de la piscina, en una de las mesas vi a un langosto que tenía un libro sobre Nerón

Estuve hablando un poco con él y me comentó que venían de Mérida, que si me gustaba el tema griego y romano que fuera

Le dije que me gusta, pero que no me gustan los montajes modernos en los que el suegro de Edwin Arrieta habla por el iPhone con el rey Jerjes, que es un chico muy normal, carpintero y tras*exual que estudió en un colegio concertado (es decir, los montajes de obras clásicas estilo Almodóvar)

El langosto me dijo que no, que habían visto no-recuerdo-qué y que era bastante fiel a un montaje antiguo

Como te comentaba, vivimos entre ruinas, como dijo Evola


Un saludo!
 
Este verano, nada más llegar al hotel de la playa, tomándome un algo a precios de turista inglés en el bar de la piscina, en una de las mesas vi a un langosto que tenía un libro sobre Nerón

Estuve hablando un poco con él y me comentó que venían de Mérida, que si me gustaba el tema griego y romano que fuera

Le dije que me gusta, pero que no me gustan los montajes modernos en los que el suegro de Edwin Arrieta habla por el iPhone con el rey Jerjes, que es un chico muy normal, carpintero y tras*exual que estudió en un colegio concertado (es decir, los montajes de obras clásicas estilo Almodóvar)

El langosto me dijo que no, que habían visto no-recuerdo-qué y que era bastante fiel a un montaje antiguo

Como te comentaba, vivimos entre ruinas, como dijo Evola


Un saludo!
Cabalgar el tigre


Saludos
 
Pues eso, chavales, me he terminado la "Historia de Alejandro Magno" de Curcio, y me ha parecido tremendísimo

Jajaja, ayer por la mañana, justo después de leer la última página, terminándome el segundo café antes de irme a entrenar, cometí el error de poner la televisión, y todo me parecía absolutamente fake y absolutamente lgtb: MasterChef famosillos de cosa, Pueblo de Dios, Got Talent, y demás cosas. Yo pensaba "Un momento, estás hablando de una espuma de tomate, o de como la Iglesia ayuda a bolivianos recién llegados, mientras Pérdicas ha salido de Babilonia con la caballería y todavía el cadáver de Alejandro está en el salón del trono?"


PS: Por cierto, conocéis algún libro clásico (por clásico me refiero a que esté escrito en griego o en latín) que hable de los años posteriores a la fin de Alejandro, de los Diádocos y demás?

Y -ya más loco- algún libro de historia-ficción que trate lo que podría haber pasado si Alejandro hubiera vivido y llevado a cabo su proyecto de ir hacia el Oeste por África, cruzar a Europa por el Estrecho, y llegar a enfrentarse a Roma?


PPS: Está mañana he empezado "La conjuración de Catilina" de Salustio, en la versión bilingüe de Gredos



Un saludo
 
Y -ya más loco- algún libro de historia-ficción que trate lo que podría haber pasado si Alejandro hubiera vivido y llevado a cabo su proyecto de ir hacia el Oeste por África, cruzar a Europa por el Estrecho, y llegar a enfrentarse a Roma?
Creo que hasta hicimos un hilo sobre ello, hace años.

En novela está éste:


No opinaré sobre él porque no lo he leído.
 
@Gurney

 
Creo que hasta hicimos un hilo sobre ello, hace años.

En novela está éste:


No opinaré sobre él porque no lo he leído.



El principio es una cosa poco buena extrema:


15 de decio según el calendario macedónico, 16 de ayaru en el calendario de Babilonia.
Año 1 de la 114.a olimpiada. 431 ab urbe condita


Ese cabrón tiene que morir.

—No hables así de él. Es Alejandro.

—Es mi esposo. Y tú eres su general y su amigo y te acabas de acostar conmigo. Otra vez.

Perdicas, jefe de la caballería de los Compañeros del Rey, se apartó un poco de Roxana para que el aire corriera entre ambos y le secara el sudor
 
Compradas a 4 euros "Las Heroidas" de Ovidio, en la traducción de Diego Mexía, de la Biblioteca Aula de la Editorial Planeta

Las Heroidas (o Heroides), conocidas también de forma más explícita como Cartas de las heroínas, son veintiún poemas epistolares a los respectivos amantes. Se atribuyen sin duda a Ovidio quince poemas de las heroínas a los héroes, mientras que se disputa aún la autoría de las llamadas Heroidas dobles (15-20).


PS: También me he encontrado y llevado "Una historia de los griegos", escrita por un tal Joachim Fernau. Creía que era algún periodista catalán de estilo de los de El País, pero he pensado "No pasa nada, seguro que hay alguna historia interesante". Resulta que el colega fue corresponsal de guerra con las Waffen SS, jajaja

Precio imbatible de 4 euros (y en Amazon venden el mismo a 178 euros, jajaja)


PPS: Y también me he llevado "Los héroes" de Thomas Carlyle (3 eurazos, jajaja, Ediciones Orbis, los tomos de marrón rojizo y neցro de los de toda la vida)


PPPS: Comiendo por ahí cerca con mi novia me he gastado el triple en tapas...así está la Vida
 
Compradas a 4 euros "Las Heroidas" de Ovidio, en la traducción de Diego Mexía, de la Biblioteca Aula de la Editorial Planeta

Las Heroidas (o Heroides), conocidas también de forma más explícita como Cartas de las heroínas, son veintiún poemas epistolares a los respectivos amantes. Se atribuyen sin duda a Ovidio quince poemas de las heroínas a los héroes, mientras que se disputa aún la autoría de las llamadas Heroidas dobles (15-20).


PS: También me he encontrado y llevado "Una historia de los griegos", escrita por un tal Joachim Fernau. Creía que era algún periodista catalán de estilo de los de El País, pero he pensado "No pasa nada, seguro que hay alguna historia interesante". Resulta que el colega fue corresponsal de guerra con las Waffen SS, jajaja

Precio imbatible de 4 euros (y en Amazon venden el mismo a 178 euros, jajaja)


PPS: Y también me he llevado "Los héroes" de Thomas Carlyle (3 eurazos, jajaja, Ediciones Orbis, los tomos de marrón rojizo y neցro de los de toda la vida)


PPPS: Comiendo por ahí cerca con mi novia me he gastado el triple en tapas...así está la Vida
El de los heroes de Carlyle a mi me gustó. Especialmente interesante su capitulo sobre Mahoma, que viniendo de un cristiano y reaccionario como el escoces, le da aún más merito.
 
Yo ahora estoy con las obras completas de Seneca en edicion de Aguilar. La version fijada por Justo Lipsio, en traduccion franquista de un cura-catedro. La verdad es que fuera de las tragedias, no hay mucho mas donde elegir, e incluso por la edicion de Aguilar te pueden pedir un pico (pague 40 en todocoleccion despues de no ver nada por debajo de 60 durante todo el año). Gredos a varios tomos sale caro.

Estoy de ramalazo estoico. Despues de Epicteto, el Reloj de Principes de Guevara y los Ensayos de Montaigne.

De la Historia Natural de Plinio, al final me pille los dos tomos del Facsimil de la traduccion castellana de Geronimo de Huerta, de 1629. Por ahi tengo a Columella, Caton, Palladio, Teofrasto, Virgilio, Varron, todos sobre agricultura. De alguno hay edicion reciente.

De Gredos solo tengo el Rerum Natura de Lucrecio.
 
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