Vlad_Empalador
Será en Octubre
La conselleira de Promoción do Emprego e Igualdade afirma tras dos años en el cargo que ha valido la pena el paso de un perfil más anónimo a otro totalmente expuesto
11 oct 2022. Actualizado a las 07:27 h.
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AMaría Jesús Lorenzana (A Coruña, 1981) la conocen por buscar soluciones y por ser muy respetuosa con los horarios de trabajo. Y también la conocen como Chus. Dice ser práctica (sus respuestas lo son), optimista, empática, inconformista (en el buen sentido) y testaruda. Tiene muchas ganas de hacer cosas, pero de esas que luego se ven y mejoran la vida de la gente.
—Viene de un perfil técnico, ¿es también política?
—Es cierto que llegué a la política siendo técnica, y que no llevo toda mi vida en política, todo lo contrario. Llegué porque surgió en mi vida esa oportunidad, me la dio el presidente Feijoo, y también Beatriz Mato. Pero por supuesto que me considero política, y además tiene partes muy enriquecedoras.
—¿Era una opción pasar a primera línea?
—Creo que, inicialmente, no. Cuando empecé en la Administración mi profesión era ser letrada, abogada, y en un primer momento te diría que no. Pero cuando di ese primer paso y cambié a la gestión, ahí se da un momento clave en el que ves si te gusta o no. Y, desde luego, en esta etapa de mi vida creo que es mucho más divertido estar en primera línea que el trabajo que hacía en la asesoría, en el sentido de que tienes la oportunidad de trabajar con muchísima gente, de conocer de primera mano Galicia. Esta es una oportunidad muy divertida, menos monótona. Y puedes ver directamente que con tu trabajo consigues cosas para la gente.
—¿Compensa ese paso del anonimato, de alguna manera, a este nivel de exposición?
—Sí, sí que compensa. Y yo lo digo desde la perspectiva de que a mí no es lo que más me gusta. Me gusta solucionar las cosas, el trato con la gente, hablar con todos los sectores... Pero la parte de que se haga público, quizás hasta lo tendría que corregir. Evidentemente todos los trabajos tienen cosas que te gustan más y menos. Pero si lo pones todo en conjunto, sí, siendo eso un elemento que cuesta, sobre todo, a la gente que no venimos desde siempre de la política.
—Ha dedicado toda su vida profesional a la Xunta.
—Cuando terminé la carrera me fui un par de meses fuera. Ya habitualmente me marchaba al extranjero a estudiar inglés. Era un poco una obsesión de mis padres, bueno, de mi padre, que aprendiese idiomas. Y me fui ese verano. Dándole vueltas, pero ya con la idea de opositar. Esa era la primera opción y la que decidí. También es verdad que un poco por tradición, mi progenitora era funcionaria, mi abuelo, mi tío… Era algo que quería, pero no de forma exclusiva, no quería dedicarme a eso toda la vida, quería hacer más cosas.
—¿Era y es muy estudiosa?
—Sí, superestudiosa. Ahora evidentemente lo soy menos. Lo que no tengo es especialmente buena memoria, para la oposición era un hándicap.
Pilar Canicoba
—Tuvo el reto de asumir una cartera, de nueva creación, en un momento histórico.
—Como todo cuando las cosas van muy mal, era un momento de muchas oportunidades. Creo que con todas las dificultades que hemos pasado, hay cosas que sí se pueden aprovechar, y en mi ámbito desde luego. Ante la necesidad siempre hay mucha más receptividad.
—No hay camioneros, no hay hosteleros, no hay gente para trabajar en la construcción...
—Primero hay que analizar por qué pasa eso y luego trabajar para mejorarlo. Hay un elemento en el que insisto, que es el bienestar laboral. Hay que hacer empleos atractivos, cambios de mentalidad. A lo mejor, lo mismo se puede hacer flexibilizando la jornada, teletrabajando o racionalizando los horarios. Hay que modernizar las relaciones laborales con sentido común.
—¿Su mejor acierto?
—Las personas que están conmigo, el haber tenido el acierto de conservar a algunas, de consolidarlas en el equipo y de escoger a otras. Esa es la base para que las cosas vayan saliendo.
—Vida y trabajo, ¿cómo las compagina?
—A veces mejor y otras peor. Este trabajo tiene picos, épocas de más actividad. Sí que intento, cuando puedo disfrutar, hacerlo y desconectar. No soy una obsesionada del trabajo, tengo responsabilidad y estoy conectada las 24 horas del día, en el sentido de estar disponible, pero intento disfrutar y buscar ese tiempo. Nadie es productivo 16 horas al día todos los días. Es bueno para los políticos tener otra vida, hablar con tus amigos, con tu familia, viajar...
—¿Qué aficiones tiene?
—Me encanta viajar, aunque no puedo todo lo que quiero. Luego hago ejercicio, no muchísimo, pero me gusta el pilates, creo que es bueno para desconectar. Quedar con mi familia y mis amigos, salir a cenar... Antes me gustaba ir de copas, pero llegó la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y estoy en un momento de más tranquilidad. Cosas normales.
—¿Próximo destino?
—Hay alguno que no puedo hacer en esta etapa porque requiere un viaje largo. Por ejemplo, tengo muchas ganas de ir a África.
—¿Cuántos idiomas habla?
—Evidentemente castellano y gallego, e inglés y francés.
—¿Es puntual?
—No mucho, pero tampoco soy exageradamente impuntual. Siempre llego entre esos cinco y diez minutos de cortesía, pero no hago esperar a nadie una hora.
—¿Y feliz?
—Eso son palabras mayúsculas. He tenido momentos más y menos complicados, pero soy superafortunada, y creo que eso te da una cierta responsabilidad, en el sentido de aprovecharlo. Me gusta recordarme a mí misma la suerte que tengo. Pero sí, creo que soy una persona feliz.