Mi consejo, después de algún año de preocupación e investigación casera por mi parte es -ya se ha dicho-:
No consumir edulcorantes. Así de claro. Independientemente de la toxicidad y el efecto metabólico directo (cada una de esas sustancias tiene su toxicidad demostrada, que no así conocida por nosotros, por eso nos la legalizan-venden) que cada uno produzca en el organismo, todos ellos son un "engaño" al páncreas: le estás comunicando en la boca (debido al sabor dulce) que algo con cierto contenido en glúcidos va a entrar en sangre en un rato, y luego resulta que lo que se absorbe es una sustancia sin esa naturaleza química, lo cual descompensa la sangre, que ya se había anticipado a ello con unos niveles de insulina mayores...
mucho más barato a niveles económico y de salud es no tomar edulcorantes. Es muy preferible recorrer el camino a adaptar el paladar al sabor genuino de las cosas, antes que lo que sobreviene, sin prisa pero sin pausa, tras media vida metiéndote esas porquerías.
Si a alguien le sirve...
Un saludo.