La guerra acorazada en la segunda guerra mundial degeneró en una autentica pelea de lobos. Acechos, emboscadas, trampas y triquiñuelas de todo tipo, los carristas veteranos eran catedráticos en el arte de la caza, casi tan valiosos como un piloto veterano.
Si lo piensan, realmente en Kursk, fueron las posiciones con cañones fijos AT y los cazacarros soviéticos, unidos a la aviación, los que detuvieron la ofensiva, en mucha mayor medida que los T-34 u otro carro de combate. El empleo masivo por parte de soviéticos y aliados occidentales de cazacarros es el síntoma de en lo que se convirtió la lucha blindada, acecho, ataque y movimiento.
Posiciones de bloqueo y emboscada, los duelos de carros, exclusivamente, entre dos masas de carros eran algo a evitar, un desperdicio de material y de vidas menso.
Los carros sirven para abrir brechas de penetración en frentes sin profundidad y para explotación del éxito, en ofensiva. En defensiva para formar reservas móviles a retaguardia que acudan a bloquear o a aislar penetraciones enemigas lo mas rápido posible, pero sin la coordinación entre armas nunca servirán de mucho y siempre será necesaria la infantería para consolidar y controlar lo obtenido por ellos.
Bueno, que se me esta yendo la pinza, eso, la cooperación entre armas, Patton tenía pues eso, de todo, y cuando se despejaron los cielos sobre las Ardenas se acabó lo que se daba para Peiper y sus amigos. Lo mismo que en el Bocage, en Falaise y también durante Cobra, aviones artillados y con cohetes a saco.
Si alguno ha leído a Sven Hassel le sonará lo de los "jabos", el terror de los carristas alemanes.