Son los celtas y sajones "working-class", no los pijos normandos que formaron la empresa pirata de rapiña imperial como buenos vikingos que eran y son. Les gusta pelear, claro, pero pelean por lo que consideran justo o noble. Por eso hubo que engañarlos con que las tropas alemanas asaban bebés belgas en sus bayonetas. O que los españoles quemábamos por deporte a los prisioneros ingleses.
Algo de rigor, por favor, que Historia va derivando hacia Temas Calientes a pasos agigantados. En la primera Guerra Mundial la mortalidad de los oficiales británicos fue más alta que la de sus tropas (17 contra 12 por ciento). Entre los ex estudiantes de Eton que sirvieron en el ejército la mortandad fue de cerca del 20%.
Tanto en Alemania como en el Reino Unido se les exigía un mayor esfuerzo a los oficiales que a los soldados, y tenían que dar muestra de valor personal para no ser tachados de cobardes y condenados al ostracismo social. Cayeron doscientos generales británicos. Murió Raymond Asquith, hijo del primer ministro en aquel momento en activo, que se negó a retirarse después de ser herido y siguió dirigiendo a sus hombres hasta recibir un tiro en el pecho.
Luego, lo de las divisiones étnicas en el siglo XX es para darle de comer aparte.