Centenario de la Batalla del Somme (1916-2016)

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100 años de la sangrienta batalla del Somme, en la I Guerra Mundial

"El profundo y menso desperdicio de la guerra, no solo material sino también jovenlandesal y espiritual, resulta escalofriante para los que tienen que soportarlo". La cita es de J. R. R. Tolkien, autor de 'El señor de los anillos', que vivió en primera persona como soldado raso la sangrienta batalla del Somme, cuyo centenario se celebra este viernes.

La contienda del Somme, que tras*currió alrededor del río del mismo nombre, en el norte de Francia, fue una de las batallas más sangrientas de la Primera Guerra Mundial: dejó más de un millón de bajas entre ambos bandos. Sólo en su primer día, el 1 de julio de 1916 casi 20.000 británicos perdieron la vida y otros 37.400 resultaron heridos, un golpe que es recordado como uno de los más duro sufridos por el ejército británico. El bando alemán tuvo ese día alrededor de 12.000 bajas, entre heridos y fallecidos.

Cuando dio comienzo el año 1916, el frente occidental de la Gran Guerra se encontraba en un punto muerto, con ambos bandos parapetados detrás de las trincheras. El ataque de las fuerzas alemanas sobre Verdún el 21 de febrero de 1916 amenazó con destruir ese equilibrio de fuerzas. Los aliados decidieron contratacar. La respuesta fue la batalla del Somme.

"La finalidad principal no era, en ese momento, romper el frente alemán para profundizar (aunque fuera ésta una de las intenciones perseguidas por el ejército británico) sino desgastar al enemigo para agotar sus fuerzas y recursos, obligándoles a recuperar parte de sus contingentes, reduciendo la presión que Alemania estaba ejerciendo sobre Verdún", narra José Rodríguez Terceño en una monografía dedicada a la I Guerra Mundial de la revista 'Historia de la Comunicación Social' de la Completense.

Durante los días previos al 1 de julio, doscientos cañones pesados y aproximadamente mil ochocientos ligeros bombardearon intensamente las líneas alemanas. "El mando británico estaba convencido que el único resultado posible de este bombardeo constante era la destrucción de las defensas alemanas, por lo que el avance, previsto para las 07:30 horas de la mañana del primero de julio, iba a ser lento, casi un paseo militar hasta las posiciones enemigas, que se creían y abandonadas", señala Terceño.

La realidad, sin embargo, fue muy distinta. Pese a los estragos causados por los bombardeos en las filas enemigas, los alemanes aguantaron en sus posiciones y causaron una masacre entre la infantería británica cuando el 1 de julio el mando aliado dio la orden de tomar las trincheras enemigas.

De hecho, el bombardeo, calificado de negligente por muchos historiados militares, tuvo un efecto adverso para las fuerzas aliadas, destrozando el terreno por el que tenía que avanzar la infantería para llegara las líneas alemanas. "El desastre para las fuerzas británicas no pudo ser más fuerte, sangriento y lastimoso", señala Quero Rodriguez en su 'Historia militar de la Primera Guerra Mundial'. Al acabar el día, los británicos habían sufrido 57.400 bajas entre muertos y heridos.

141 DÍAS DE BATALLA

Tras el fatídico primer día, las fuerzas aliadas sólo habían conseguido conquistar 3 kilómetros cuadrados de terreno enemigo. Fue el inicio de una batalla que iba a durar 141 días. Durante las siguientes dos semanas, el ejército británico realizó una serie de pequeños ataques sobre la línea alemana, en preparación de otro ataque mayor.

El avance era lento, aunque los aliados lograron que el bando alemán moviera hombres y municiones desde Verdún. El 14 de julio el ejército británico logró ganar terreno en la batalla de Bazentin, que tenía tenía como propósito la captura de la segunda línea de defensa alemana situada entre Pozières, en la carretera de Albert-Bapaume, y los pueblos de Guillemont y Ginchy.

Aprovechándose de la oscuridad, la artillería británica inició a las 3.20 horas un bombardeo intenso de las líneas alemanas y al amanecer inició el ataque. Las fuerzas alemanas fueron cogidas por sorpresa y tuvieron que retroceder permitiendo que los ingleses recuperaran el pueblo de Longueval. Durante las próximas semanas, en agosto y septiembre, las tropas aliadas llevaron a cabo una guerra de desgaste, con resultados desiguales. El 15 de septiembre, en la en la batalla de Flers-Courcelette, los británicos introdujeron una nueva máquina de guerra con el fin de desestabilizar a los alemanes: el tanque. Fue la primera vez que los tanques eran utilizados en un campo de batalla.

A finales de septiembre, los aliados habían logrado dos importantes victorias, en la población de Morval y sobre la fortaleza alemana de Thiepval. La última gran batalla en el Somme tuvo lugar entre el 13 y el 18 de noviembre, a lo largo del río Ancre.

Con un planteamiento muy similar al del 1 de julio, las tropas aliadas consiguieron ahora sí un mayor éxito: la infantería logró tomar los pueblos de Beaumont Hamel y Beaucourt, capturando 7.000 soldados alemanes. El 19 de noviembre, con el invierno causando estragos entre las tropas, se dio por cerrada la batalla del Somme. El general Douglas Haig decidió terminar la ofensiva hasta febrero. Fue el cierre a una de las batallas más sangrientas de la I Guerra Mundial.

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Yo he estado en Thiepval y en Albert. Recomiendo el museo de la batalla en Albert.

Tambien el crater Lochnagar, a las afueras de Albert

Google Maps
 
El Somme, cien años después.

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Una trinchera como dios manda, en zigzag para que no se te meta una metralleta y te mate a todos en fila.

Esta batalla empieza inextricablemente unida a la batalla de Verdún. Lo que iban a ser dos ofensivas paralelas pero sin comunicación se convierten en un auxilio inglés para que los franceses no se vean desbordados.

En 1916 los generales se rinden a la evidencia de la guerra industrial, y se vuelcan en las batallas de agotamiento, en las que la carne es sólo otra variable más.

Un siglo después todavía nos acordamos como sociedad de su experiencia. No ha vuelto a haber 60.000 bajas en un sólo día, la batalla con más bajas británicas en toda su historia.

Recomiendo la serie inglesa "Our World War", que puede verse subtitulada en internet. Uno de los capítulos se dedicó al 1 de julio de 1916.
 
La verdad es que la Gran Guerra fue una picadora de carne en todos los bandos, solo leer estas tablas, se te ponen los pelos como escarpias y encima la gran mayoria eran militares no civiles, porque en la Segunda guerra mundial al meter los civiles tambien se dispara pero en militares creo que son algo menores

Anexo:Guerras por número de muertos - Wikipedia, la enciclopedia libre
 
Creo que sigue teniendo el record de ser las horas mas sangrientas de cuarquier combate.

Creo que en un par de horas se cepillaron 30.000 ingleses.
 
Creo que sigue teniendo el record de ser las horas mas sangrientas de cuarquier combate.

Creo que en un par de horas se cepillaron 30.000 ingleses.

Se dice pronto...:8:

Debido a la formación de los batallones británicos, gente de un mismo pueblo, hubieron poblaciones que perdieron a todos sus hombres jóvenes.

Cuando mueren todos los jóvenes del pueblo.

En aproximadamente un mes voy a publicar una serie de artículos sobre la Batalla del Somme, la más sangrienta de la Primera Guerra Mundial, una historia de las más violentas en la historia de occidente, y una en la que se demostró el poco respeto por la vida de los soldados más jóvenes que sentían sus generales. Aquel 1 de julio de 1916, sólo los británicos sufrieron 57,000 bajas, la mitad de ellos en la primera hora.

Entre mis notas para esas entradas futuras, tengo el recordatorio de los llamados “Batallones de Colegas” (Pals Batalions), unidades formadas exclusivamente por vecinos de un mismo pueblo, de una mismo barrio, e incluso de una misma calle. Muchos de estos escuadrones participaron en el Somme y estuvieron entre los más castigados, condenando a toda una generación de jóvenes de una misma población, y a sus amigos, vecinos y familiares. Hoy me adelanto a dicha serie para recordarlos.

Jóvenes voluntarios.

Los primeros meses de la Gran Guerra evidenciaron la falta de avances estratégicos en la ciencia de la guerra, liderada por generales que seguían luchando las batallas de décadas anteriores. La tecnología había dado pasos gigantescos en el arte de apiolar con ametralladoras, granadas y más poderosos cañones, mientras que las tácticas seguían ancladas en el siglo XIX. Los alemanes, que en parte sí habían previsto el cambio, avanzaron con gran rapidez en las primeras semanas de la campaña, y sólo algunos errores estratégicos por parte de algunos de sus generales, dieron un respiro a los aliados, lo que les permitió frenar la ofensiva en la Batalla del Marne. La violencia inédita de las nuevas armas, con las que todos los combatientes sufrieron grandes pérdidas, obligó a los ejércitos a reclutar a más soldados, y rápido.

En Inglaterra, el Secretario de Estado para la Guerra, Lord Kitchener, creía que la clave de la victoria estaba en la superioridad de los números, y decidió romper con la tradición británica de llenar sus filas con soldados profesionales, reclutando entre todas las clases sociales. No obstante, fue el General Sir Henry Rawlinson quien sugirió que los hombres estarían más dispuestos a enrolarse si supieran que iban a luchar codo con codo con sus amigos y vecinos. Para dar ejemplo, pidió a los bancos y empresas financieras de la City que formaran un batallón entre sus empleados. En una semana lograron reunir a 1,600 hombres que formarían el “Batallón de los Corredores de Bolsa”. Siguiendo el modelo, la ciudad de Liverpool formó en dos días un batallón con 1,500 liverpudianos. Su organizador, el Conde de Derby, dijo de ellos: “Este debe ser un batallón de colegas, uno en el que amigos de la misma oficina luchará hombro con hombro por el honor de Gran Bretaña y el crédito de Liverpool”. El ejemplo cundió y durante las próximas semanas se formaron decenas de unidades similares a lo largo y ancho de las Islas Británicas.

Jóvenes valientes.

Otros batallones no siguieron criterios geográficos para sus campañas de reclutamiento, sino que se formaron con hombres de un mismo oficio, como el batallón de los Artistas, el de los fontaneros, y varios de jugadores de fútbol y de rugby. El Batallón de los Royal Scots (Escoceses reales), se compuso de la plantilla entera del Football Club Heart of Midlothian, más algunos de sus directivos y un grupo considerable de seguidores del club. El director de la Academia de Wintringham en Grimsby, organizó una compañía exclusivamente entre sus alumnos, a los cuales se le añadieron otros hombres de la región para formar un batallón de 1,500 hombres. Oficialmente denominado el 10º Re¡gimiento de Lincolnshire, serían conocidos como los Grimsby Chums (Amigotes de Grimsby).

De los más de 1000 regimientos formados por Kitchener en los primeros dos años de la guerra, casi un 18% eran “Batallones de Colegas”, la mayoría de los cuales eran de infantería. Amigos o no, los soldados cruzaron el estrecho para suplir las bajas de sus compañeros profesionales. En algunos casos tuvieron suficiente tiempo para recibir la formación adecuada, pero no en todos. En febrero, y como preparación de la planeada “Ofensiva del Somme”, muchos de estos batallones llegaron a Picardie, en el norte de Francia. Llegaron llenos de valor, con ánimos de aplicar un severo correctivo al enemigo, pero no sabían que el destino les tenía preparada una más que desagradable sorpresa.

Jóvenes muertos.

El día 1 de julio de 1916, el primero de la Batalla del Somme, muchos de los Batallones de Colegas se encontraban en la línea del frente, y estuvieron entre los primeros en dejar las trincheras y avanzar sobre el enemigo. Los generales creían que el bombardeo de artillería en la semana previa había desgastado al enemigo y destruir sus defensas, por lo que la ofensiva sería un paseo. Nada más lejos de la realidad. Los alemanes se habían pertrechado en sus sólidas trincheras y sus defensas apenas habían sufrido daños. Los Batallones de Colegas fueron directo al matadero.

Todas las unidades británicas sufrieron grandes pérdidas, algo de lo que hablaremos en más detalle en junio, pero el hecho de que los Batallones de Colegas estuviesen formados por jóvenes de un mismo pueblo, barrio o ciudad, tuvo un efecto devastador sobre la jovenlandesal de aquellos que dejaron atrás. Por ejemplo, de los 700 soldados del Regimiento East Lancashire, conocidos como los “Colegas de Accrington”, 235 murieron y 350 cayeron heridos en los primeros 20 minutos de la batalla. El Batallón de la Ciudad de Sheffield perdió a 495 hombres en el primer día, y los Amigotes de Grimsby sufrieron 502 bajas el 1 de julio, y sólo resultaron ilesos 100 hombres y 2 oficiales.

Muchos vieron cómo su mejor amigo caía por las balas, otros fueron testigos de cómo el vecino y compañero del colegio era destrozado por una bomba o una mina. La fin apareció en ocasiones, poco después de haber compartido una comida, o una broma. Cuando las noticias y las listas de bajas llegaron a sus respectivos pueblos, el efecto no podía haber sido más devastador. Hubo casos en los que todos los jóvenes de una misma calle habían muerto; algunas familias perdieron varios miembros, incluyendo una abuela de Manchester que perdió a cuatro nietos el 1 de julio.

Que muera un joven en la guerra es siempre trágico; que lo hicieran en grupos de amigos, colegas y vecinos duplicó el dolor de sus pueblos y familiares. Los Batallones de Colegas fueron inmediatamente descontinuados tras el fatídico resultado en el Somme y sus miembros repartidos entre otras unidades. Uno de los pocos errores que se corrigieron después de aquella batalla. Algo tarde para los que cayeron en los campos de Picardie, pero al menos dejaron el consuelo de que no volviese a repetirse.

Cuando mueren todos los jóvenes del pueblo. - Ciencia Histórica
 
El general Douglas Haig, es uno de los generales más incompetentes de todos los tiempos, a la altura de Manuel Fernández Silvestre(El Annual) o Semyon Budyonny(heroe nancy por excelencia, hizo perder más de 1.000.000 de hombres al ejército rojo como mariscal soviético).
 
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