Nos han estropeado.
Yo una vez le pregunté a mi padre a ver si me dejaba pasta para una idea de negocio que tenía... Me dijo que no le molestara, que el partido del Athletic empezaba en cinco minutos y solo llevaba dos gintonics encima, que si quería pasta podía empezar de camarero con Paco, que siempre necesita gente (paco asintió con la cabeza).
Y así me pasé dos años en el jai alai, dando su dosis a todos los alcohólicos del barrio y escuchando sus cosas. Fue la época que más hablé con mi padre.
Pues por lo menos Paco te daba una salida.