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HISPANOVENEZOLANO EN EL FRENTE
El clamor de Jacqueline por recuperar el cuerpo de su "pacífico" hijo: "Fue asesinado en Ucrania por un dron ruso"
Maximiliano Camino era informático y no contaba con formación militar. Aun así, se alistó para combatir a favor de los ucranianos. Ahora su progenitora ruega a las autoridades que la ayuden a enterrarlo en Canarias
Jacqueline sostiene una foto de su hijo Maximiliano Camino.
02/03/2024 19:46
¿Cómo es que un joven informático, pacífico y con espíritu emprendedor decide ir a Ucrania a librar una guerra que le es ajena? Esa es la pregunta que se hace Jacqueline Aramuni, progenitora de Maximiliano Camino, un joven de 32 años que en octubre del año pasado decidió irse de voluntario a Ucrania. Voluntario para curar heridos o darles de comer, pensó su progenitora. Soldado voluntario con nula formación o experiencia militar fue su rol en realidad. Desde Tenerife, ahora Jacqueline ruega recuperar el cuerpo de su hijo que, presuntamente, fue asesinado por un dron en Avdivka, un barrio a las afueras de Donetsk y el último territorio perdido por los ucranianos ante la oleada turística rusa.
Martes, 13 de febrero. La superstición de día fatídico se cumplió en la familia Camino Aramuni. Ese martes, el padre de Maximiliano, residente en Estados Unidos, recibió una llamada en la que le comunicaban que su hijo estaba muerto. "Mi hijo mayor, que también vive en Estados Unidos, fue quien llamó a sus hermanos de aquí y me dieron la noticia", cuenta Jacqueline. El pasado miércoles 21 de febrero ella recibió un correo electrónico del consulado español en Kiev en el que se le informaba de que Maximiliano tiene la condición oficial de "desaparecido" para Ucrania. Pero su familia considera "imposible" que esté vivo. "Fue asesinado en Ucrania por un dron ruso", asevera su progenitora.
Maximiliano Camino Aramuni nació en Venezuela en 1991. Pero a sus 11 años emigró con su familia a Canarias, lugar de nacimiento de su abuela materna. "Nosotros llevamos aquí 21 años", detalla Jacqueline con su acento venezolano. La mayor parte de su vida el joven la vivió en Santa Úrsula (Santa Cruz de Tenerife). Por eso su progenitora quiere recuperar el cuerpo de Maximiliano, para velarlo y enterrarlo en tierra española. "He contactado con el Defensor del Pueblo, con Asuntos Exteriores, con el cónsul de España en Kiev, con el alcalde, diputados... y veré cómo me muevo porque voy a llegar al rey y al presidente", asegura con vehemencia.
Maximiliano Camino con el uniforme del ejército ucraniano.
El joven treintañero estudió informática. Su progenitora lo describe como "muy inteligente", pero sin las capacidades físicas -más allá de sus 1.80 metros de estatura- para afrontar una guerra. "No era soldado, no era deportista. Ni siquiera le gustaba caminar o correr". Tampoco, según su progenitora, había disparado un arma. Por eso le sorprendió ver esas imágenes de Maximiliano vestido con uniforme militar y con un arma en su mano. "¿Qué misión pueden encargarle a un soldado inexperto? ¿Para qué lo quisieron los ucranianos? Para ponerlo al frente de una batalla que ni siquiera le corresponde", lamenta Jacqueline.
"Era muy pacífico. ¡Es que era pacífico!", enfatiza su progenitora, aún sin comprender por qué su hijo decidió ir a combatir contra los rusos en Ucrania. Cree que quizás lo hizo por vivir "una aventura". Ella relata que le gustaba mucho viajar. Sólo durante el 2023, enumera que "estuvo en Estados Unidos, Alemania, Venezuela, Barcelona y Madrid. De Madrid se fue a Ucrania".
En un momento, el padre de Maximiliano le advirtió a su hijo que, si iba a Ucrania, debía olvidarse de que tenía un padre. Fue una forma de intentar disuadirlo, según comparte Jacqueline. Sin embargo, la amenaza no frenó al joven y de igual forma se fue al invadido país. El domingo 11 de febrero salió a su última misión, sin saber que no regresaría. Según le explicaron a Jacqueline, su hijo sufrió heridas en el abdomen, en un brazo y en una pierna, antes de que un dron ruso con granadas lo asesinara.
"IBA A SER SU ÚLTIMA MISIÓN"
El inexperto soldado evitaba hablar con su familia de sus misiones en el frente para no preocuparla. "Pero sí vi conversaciones con amigos donde les decía que tenía miedo, que esa iba a ser su última misión y que volvería", relata la progenitora. Para su futuro, él estaba barajando dos opciones: "Irse a Alemania o venir a España a emprender". Jacqueline detalla que él tenía un afán por el emprendimiento, "siempre tenía en mente empresas, negocios, ideas muy buenas, pero que luego no les hacía un seguimiento y por eso no salían adelante".
La progenitora del presunto fallecido hace hincapié en que la "aventura", y no el dinero, fue lo que impulsó a Maxi a irse a Ucrania. "A él le pagarían apenas en torno a unos 1.500 euros, que es lo que gano yo como comercial, y no llego a fin de mes". En un principio la familia pensó que fue una empresa la que contrató a Maximiliano como mercenario, pero ahora Jacqueline defiende que "fue contratado directamente por el ejército ucraniano".
progenitora e hijo en una foto antes de que él se fuera a Ucrania. CRÓNICA
Jacqueline permaneció en cama hasta que dos de sus hermanos viajaron desde Venezuela para apoyarla. Desde la semana pasada, con medicación que la ayuda a paliar el dolor emocional, ha empezado a contactar con medios de comunicación y autoridades del Gobierno para llamar la atención y traer a su hijo sin vida a España.
A su vez, Jacqueline no ha parado de investigar sobre cómo su hijo pudo llegar a enrolarse para luchar con los ucranianos. Para eso ha recurrido a internet. Además de toparse con vídeos en TikTok donde soldados explican todo el procedimiento legal para ir, por ejemplo, de Colombia a Ucrania, ella también se ha topado con informaciones de medios rusos. "Descubrí una página donde celebraban la caída de los soldados ucranianos en la batalla de Avdivka, entre ellos está el nombre de mi hijo: Maximiliano Kalev Camino Aramuni". La progenitora aclara que Kalev no es el segundo nombre de Maximiliano, sino el de Gabriel, su hijo mayor. "Como los militares se ponen apodos, él usó el nombre de su hermano".
La última foto que Maximiliano le envió a su progenitora, "sin locura, con calma, sin esas porquerías militares". CRÓNICA
Crónica ha contactado con el Ministerio de Asuntos Exteriores y con el Defensor del Pueblo para preguntar por el caso. "El Consulado está en contacto con la familia y está realizando todos los trámites correspondientes con las autoridades locales", dicen desde el ministerio. "Efectivamente tenemos expediente abierto. Este es un asunto tremendamente delicado que se tratará con la discreción requerida. Estamos en contacto con Asuntos Consulares", respondieron por parte del Defensor del Pueblo.
En una pared de su salón, Jacqueline tiene enmarcada la última foto que su hijo le envió, "de uno de sus viajes, sin locura, con calma, sin esas porquerías militares". Esa es la imagen que quiere conservar en su corazón. "Mi mayor temor es que desaparezca su cuerpo... Hasta que no lo traiga, no estaré tranquila", concluye.
HISPANOVENEZOLANO EN EL FRENTE
El clamor de Jacqueline por recuperar el cuerpo de su "pacífico" hijo: "Fue asesinado en Ucrania por un dron ruso"
Maximiliano Camino era informático y no contaba con formación militar. Aun así, se alistó para combatir a favor de los ucranianos. Ahora su progenitora ruega a las autoridades que la ayuden a enterrarlo en Canarias
Jacqueline sostiene una foto de su hijo Maximiliano Camino.
02/03/2024 19:46
¿Cómo es que un joven informático, pacífico y con espíritu emprendedor decide ir a Ucrania a librar una guerra que le es ajena? Esa es la pregunta que se hace Jacqueline Aramuni, progenitora de Maximiliano Camino, un joven de 32 años que en octubre del año pasado decidió irse de voluntario a Ucrania. Voluntario para curar heridos o darles de comer, pensó su progenitora. Soldado voluntario con nula formación o experiencia militar fue su rol en realidad. Desde Tenerife, ahora Jacqueline ruega recuperar el cuerpo de su hijo que, presuntamente, fue asesinado por un dron en Avdivka, un barrio a las afueras de Donetsk y el último territorio perdido por los ucranianos ante la oleada turística rusa.
Martes, 13 de febrero. La superstición de día fatídico se cumplió en la familia Camino Aramuni. Ese martes, el padre de Maximiliano, residente en Estados Unidos, recibió una llamada en la que le comunicaban que su hijo estaba muerto. "Mi hijo mayor, que también vive en Estados Unidos, fue quien llamó a sus hermanos de aquí y me dieron la noticia", cuenta Jacqueline. El pasado miércoles 21 de febrero ella recibió un correo electrónico del consulado español en Kiev en el que se le informaba de que Maximiliano tiene la condición oficial de "desaparecido" para Ucrania. Pero su familia considera "imposible" que esté vivo. "Fue asesinado en Ucrania por un dron ruso", asevera su progenitora.
Maximiliano Camino Aramuni nació en Venezuela en 1991. Pero a sus 11 años emigró con su familia a Canarias, lugar de nacimiento de su abuela materna. "Nosotros llevamos aquí 21 años", detalla Jacqueline con su acento venezolano. La mayor parte de su vida el joven la vivió en Santa Úrsula (Santa Cruz de Tenerife). Por eso su progenitora quiere recuperar el cuerpo de Maximiliano, para velarlo y enterrarlo en tierra española. "He contactado con el Defensor del Pueblo, con Asuntos Exteriores, con el cónsul de España en Kiev, con el alcalde, diputados... y veré cómo me muevo porque voy a llegar al rey y al presidente", asegura con vehemencia.
Maximiliano Camino con el uniforme del ejército ucraniano.
El joven treintañero estudió informática. Su progenitora lo describe como "muy inteligente", pero sin las capacidades físicas -más allá de sus 1.80 metros de estatura- para afrontar una guerra. "No era soldado, no era deportista. Ni siquiera le gustaba caminar o correr". Tampoco, según su progenitora, había disparado un arma. Por eso le sorprendió ver esas imágenes de Maximiliano vestido con uniforme militar y con un arma en su mano. "¿Qué misión pueden encargarle a un soldado inexperto? ¿Para qué lo quisieron los ucranianos? Para ponerlo al frente de una batalla que ni siquiera le corresponde", lamenta Jacqueline.
"Era muy pacífico. ¡Es que era pacífico!", enfatiza su progenitora, aún sin comprender por qué su hijo decidió ir a combatir contra los rusos en Ucrania. Cree que quizás lo hizo por vivir "una aventura". Ella relata que le gustaba mucho viajar. Sólo durante el 2023, enumera que "estuvo en Estados Unidos, Alemania, Venezuela, Barcelona y Madrid. De Madrid se fue a Ucrania".
En un momento, el padre de Maximiliano le advirtió a su hijo que, si iba a Ucrania, debía olvidarse de que tenía un padre. Fue una forma de intentar disuadirlo, según comparte Jacqueline. Sin embargo, la amenaza no frenó al joven y de igual forma se fue al invadido país. El domingo 11 de febrero salió a su última misión, sin saber que no regresaría. Según le explicaron a Jacqueline, su hijo sufrió heridas en el abdomen, en un brazo y en una pierna, antes de que un dron ruso con granadas lo asesinara.
"IBA A SER SU ÚLTIMA MISIÓN"
El inexperto soldado evitaba hablar con su familia de sus misiones en el frente para no preocuparla. "Pero sí vi conversaciones con amigos donde les decía que tenía miedo, que esa iba a ser su última misión y que volvería", relata la progenitora. Para su futuro, él estaba barajando dos opciones: "Irse a Alemania o venir a España a emprender". Jacqueline detalla que él tenía un afán por el emprendimiento, "siempre tenía en mente empresas, negocios, ideas muy buenas, pero que luego no les hacía un seguimiento y por eso no salían adelante".
La progenitora del presunto fallecido hace hincapié en que la "aventura", y no el dinero, fue lo que impulsó a Maxi a irse a Ucrania. "A él le pagarían apenas en torno a unos 1.500 euros, que es lo que gano yo como comercial, y no llego a fin de mes". En un principio la familia pensó que fue una empresa la que contrató a Maximiliano como mercenario, pero ahora Jacqueline defiende que "fue contratado directamente por el ejército ucraniano".
progenitora e hijo en una foto antes de que él se fuera a Ucrania. CRÓNICA
Jacqueline permaneció en cama hasta que dos de sus hermanos viajaron desde Venezuela para apoyarla. Desde la semana pasada, con medicación que la ayuda a paliar el dolor emocional, ha empezado a contactar con medios de comunicación y autoridades del Gobierno para llamar la atención y traer a su hijo sin vida a España.
A su vez, Jacqueline no ha parado de investigar sobre cómo su hijo pudo llegar a enrolarse para luchar con los ucranianos. Para eso ha recurrido a internet. Además de toparse con vídeos en TikTok donde soldados explican todo el procedimiento legal para ir, por ejemplo, de Colombia a Ucrania, ella también se ha topado con informaciones de medios rusos. "Descubrí una página donde celebraban la caída de los soldados ucranianos en la batalla de Avdivka, entre ellos está el nombre de mi hijo: Maximiliano Kalev Camino Aramuni". La progenitora aclara que Kalev no es el segundo nombre de Maximiliano, sino el de Gabriel, su hijo mayor. "Como los militares se ponen apodos, él usó el nombre de su hermano".
La última foto que Maximiliano le envió a su progenitora, "sin locura, con calma, sin esas porquerías militares". CRÓNICA
Crónica ha contactado con el Ministerio de Asuntos Exteriores y con el Defensor del Pueblo para preguntar por el caso. "El Consulado está en contacto con la familia y está realizando todos los trámites correspondientes con las autoridades locales", dicen desde el ministerio. "Efectivamente tenemos expediente abierto. Este es un asunto tremendamente delicado que se tratará con la discreción requerida. Estamos en contacto con Asuntos Consulares", respondieron por parte del Defensor del Pueblo.
En una pared de su salón, Jacqueline tiene enmarcada la última foto que su hijo le envió, "de uno de sus viajes, sin locura, con calma, sin esas porquerías militares". Esa es la imagen que quiere conservar en su corazón. "Mi mayor temor es que desaparezca su cuerpo... Hasta que no lo traiga, no estaré tranquila", concluye.